El granizo
El cielo enfurecido brama
y está vestido de manta gris
para espantar a los conejos
dientones de la pradera.
Con su honda de nubes
y mecates de lluvia
tira piedras de agua a la tierra
hasta dejar una blanca capa
en la hondonada
en donde se esconde el tañido del viento.
Los niños de pies descalzos
juegan a comerse el agua
de la piedra celeste.
En el pelo húmedo de los niños
danza un espejo blanco
y el césped se tiñe de verde
con resplandor de colibríes.
("xochitlajtoli, poesía contemporánea en lenguas originarias de méxico", ed. círculo de poesía, 2019)
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