lunes, 8 de octubre de 2018

Igor Barreto (1952 )

Hambre


Tienen hambre
y han abierto
la boca.

Un árbol entero
podría colocarse
en ella

y un río
entero,
hasta unas montañas

con sus picos
y lomas.
Todo cabría

envuelto
en saliva,
en paños blancos.

La saliva
se estira
y ablanda el paisaje:

unas vacas pastan
en la profundidad
de su inocencia

y los caballos
sobre la barda
como estelas funerarias.

Piedad
para los que son
pasto y hueso

porque luego
serán triturados
por el deseo

bajo el cielo
incendiados,
y el ansia

y las paredes
del cosmos
se moverán

y el paisaje quedará guardado
en el saco ácido
de la desmemoria.

El deseo
de comer
lo incomible:

el perro fiel
calles y aceras,
edificios y trenes.

La hoguera de vidrio
de la pequeña ciudad
está encendida.

Devoración, devoración,
no importa cuánto
y cómo.

La hambruna,
la resaca súbita
del ánimo

una epidemia
masiva,
la voracidad

el ventoso remolino
de las aves carnívoras,
el entenebrecimiento.




("latin american literatura today")

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