Diciembre
Ve cómo nieva en diciembre.
Mira la nieve en la ventana, mi amada.
Pide que traigan más leña,
para poder el fuego escuchar rugir.
Empuja el sillón cerca de la estufa,
que en la chimenea lo hemos de oír.
Debo aprender la sinfonía de la tormenta
o de mis días -es lo mismo.
Pide también que traigan el té
y ven más cerca, más cerca, por favor.
Léeme algo sobre los polos.
Deja que la nieve nos sepulte... Nos sepulte.
Qué tibieza aquí en tu casa;
para mí es totalmente sagrada.
Mira cómo nieva en diciembre.
No rías. Tú sigue leyendo...
Es de día ¡y qué oscuridad hay!
Necesitamos una lámpara... ¿La traerás?
Mira, la nieve es ya tan alta como la cerca,
el cerrojo de la puerta se ha atascado por la escarcha.
Hoy no iré a ningún lado:
el pórtico y el patio se han inundado de nieve.
Mira cómo nieva en diciembre.
No rías. Sigue tú leyendo.
("revista la palabra y el hombre", no.43, ene-mar.2018, uv, xalapa, méx.; trad. aleqs garrigóz)
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