XVIII
Él me toca sin tocarme,
lava cada tercer día mi alma con Vel Rocita
y la tiende en la azotea para que por lo menos se escurra.
Y yo vuelvo a cortar flores. A
odiar un poco menos.
Hay un hombre que con su poesía me toca donde nadie me ha tocado y toda yo
lluevo.
Hay un hombre que besa la frente de cada uno de mis demonios y juega
a las escondidillas con cada uno de mis adentros.
Hay un hombre
que me hace sentir un dolor rico de mujer y me
vuelvo pan.
Hay un hombre que no sabe si existo,
pero me regala una punzada en forma de esperanza.
Hay un hombre que le gusta que le llame "mi imposible" y toda
yo lluevo.
("20 cuchillos mal afilados", edición fragmento celeste, zacatecas, méx. 2018)
No hay comentarios:
Publicar un comentario