viernes, 13 de enero de 2017

Juan Carlos Mestre (1957 )

Hospital de anónimos



Los agonizantes preguntan a los lagartos, preguntan por el éxito de los gusanos y los planetas y por las manzanas que nunca volverán a ver. Nada los protege del verano extranjero , nada tampoco de la imparcialidad de los jóvenes y los amores ficticios ante las recompensas de los ancianos. Los agonizantes piensan en las criaturas infantiles y en los esqueletos de paloma en el museo de lo que vendrá. Piensan en los duraznos y piensan en las colmenas. Piensan en los jueces implicados en la farsa de la verdad y en los paritorios de las ratas. Y tiemblan, y oyen el argumento de los obreros violentados por la codicia de lo que no descendió del Monte. Los agonizantes meditan en sus íntimas camas sobre el silencio verdaderamente humano. Cierran los ojos como las reses al oír ladrar los viejos perros del matadero. Ya no lloran para seguir el ejemplo de los muertos y de los teatros vacíos. No piensan en el refugio de esquiadores, ni en la soleada mañana de los hombres ricos. Los agonizantes respiran junto a las máquinas como el gas habita en los sótanos. Ya se sabe todo lo demás, la eternidad de los fruteros, las rosas vulgares.  


("trianarts")

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