En vano el anhelar...
En vano el anhelar abre sus fuentes
y echa a volar sus aves inseguras;
aquel colmado edén, val de hermosuras,
sol de música y luz, porque impacientes
vamos con larga sed palpitando a oscuras,
ya la verdad, oh alma, que presientes,
o ilusión nada más con que nos curas,
más los miro las noches más oscuras,
más los oigo las noches más silentes.
Allá cuando hasta el mismo pensamiento
de su angustiosa empresa se retira,
cuando aún las horas dan su movimiento
al descanso, y el tiempo ya no gira,
y el pecho se serena y, sin aliento,
no aspira ya ni al aire que respira.
("obras", fce, col. letras mexicanas, méx., 1987, 1a. reimpresión)
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