El reguero
Cuestión de días y el año
habrá expirado: las ventanas
altas siguen empañadas.
No restan demasiadas lunas
y las semanas se habrán
ido como las sombras de uno.
Como los cuerpos que no
se sostienen por sí
habrán huido los meses.
Cierto es que lunas, soles
estrellas, semanas son precarios,
imprecisa la salud, la alegría.
Todo y nada es cuestión
de horas, como latidos
imperceptibles, espaciados.
Como una piedra que rodó
hasta llegar veloz
a ninguna parte.
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