¡Si no fuera!
(en la muerte de Xavier Villaurrutia)
Xavier si no fuera tu muerte
el azul la luz serían oro líquido puro
las manzanas guardarían cada una un diamante
las aguas tranquilas sonarían
bajo una noche de amatista que rueda.
Yo miraría a través de la esmeralda legendaria
el país de nubes de ídolos de nube y piedra
que amanece tanto.
Coatliclue la divinidad maestra de obras
llora el prestigio de tu nombre tus señales de fuego
en la noche de México y aquel ligero túmulo
que para siempre nos agobia.
¡Y la piel oscura y ardorosa!
las cuevas de Altamira del llanto
trashuma y muere, contigo muere
todo un girón de piel oscura y suave
un litoral de risas y de nardos de sombras.
¿Qué hará la Noche?
acaso brille ahora su azabache más hondo
y sea aún más honda la soledad humana
y el sol que nace
en pura pérdida alumbra los escombros
la hecatombe la gleba.
El crepúsculo vuelve y vuelve la noche
y la vida y los tambores de la vida
y el eco fúnebre redobla tan fuerte
que ya no deja oír la voz de tus volcanes
¡oh México de fuego!
Si el silencio pudiera reynar de nuevo
si el cristal de tu vida continuara
todo sería fresco y niño
y volvería a ser la vida
aquel sueño de juventud de praderas
al viento al puro sol desmelenadas.
¡Qué hacer! Tu la presencia
el calor la amistad
eres ahora piedra
y dureza de mármol y laurel
¡pero qué triste todo!
como si el mundo fuera tu heredad
tu abandonada casa
en que faltas de manera tan aguda
que todas las ventanas están ciegas
y abren desesperadas
sobre la noche sorda
sus batientes enloquecidos
herrumbroso.
¿Qué gritos de leones
qué arcángeles negros
pueblan la Puebla de los Ángeles?
¿Y Veracruz morena
detiene el canto y gime?
En México que llora tu pasado raudo
el tristísimo sueño en que al dormirte
nos sumiste.
(3 diciembre 34)
("in terra ignota", trad: kato molinari)
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