El enamorado
I
Te busco en el castillo de mi cuerpo, soy
un rey abandonado en su palacio,
soy el tirano de mis mudos huesos.
Clausurado en mi cuerpo, te persigo
en la carrera de mi sangre,
te veo en los ojos que me arden
hasta girar la órbita de su reposo último,
te siento impenetrable entre mi vientre
como una dura catedral de vino.
rey demente en su país de sangre,
te recorreré por estancias agrietadas
hasta que estalles la frontera de mi piel,
hasta que alumbres mi hueso con tu hueso,
hasta que oigan caer el esqueleto
tu acantilado varón
y mi desierto.
(fuente: Eclipse, cierta poesía 1973/2003, coedición Alforja-Conaculta-Fonca, México, 2006.)
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