Pubis como melocotón
Por un momento recuerda a todas las mujeres de ojos claros que ha conocido. Son las que más le atraen. Mujeres de ojos de miel, cielo, uva, aguamarina y esmeralda. Le gustan, preferiblemente, las mujeres de cabelleras doradas, y sobre todo, menores de dieciséis -que es la edad de oro, el punto de maduración exacto en que las carnes duras empiezan a ablandar y los senos a bascular-. Si por una mentira piadosa resultan falsas rubias, de pubis desteñidos con tintes y agua oxigenada, sabe excusarlo a cambio de ver su inmediata depilación con cera caliente. Desde que cumplió cincuenta solo consigue a alcanzar una erección con menores de dieciséis y de pubis depilado como un melocotón. Solo al ver los ojos de aquellas mujeres tersas entre el pastizal de sus piernas, mujeres de ojos claros como babillas hundidas en aguas cenagosas conoce el placer verdadero, y la erección regresa.
("Viaje al interior de una gota de sangre", ed. Universidad Veracruzana, México, 2014)
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