Recuerdo de la abuela
No sé por qué cuando boga el café mañanero por los corredores de la
casa
mientras el sol madura su túnica de color ocre en el rastro estelar,
el silencio es quizá el único lenguaje de mi abuela.
Será porque cada arruga de su rostro es un entrelazado camino del
destino
que ha cicatrizado en su alma;
o será porque a través de la vida ha coleccionado tantos calendarios,
tantas galerías de tapiz familiar,
que el recuerdo conserva aún ese sabor anisado con aroma de canela
sobre el surco húmedo y tupido de la memoria.
("hojanegra")
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