miércoles, 16 de mayo de 2018

George Bacovia (1881/1957 )


 Plomo



Los ataúdes de plomo reposaban en silencio,
con flores de plomo y su funeral cubierta.
Yo estaba sólo bajo la bóveda... y hacía viento…
y las guirnaldas de plomo chirriaban.

Alzada mi amor de plomo yacía dormida
sobre una flor de plomo… y comencé a llamar.
Yo estaba solo junto al cadáver... y hacía frío…
y goteaban las alas de plomo.





 Pastel



El fondo del otoño
resuena agonizantemente.
Los pájaros revolotean
y se esconden secretamente.
Una ligera llovizna gotea…

No hay nadie en el camino;
el humo te sofocaría
 si permaneces afuera.
Lejos, sobre el llano
los cuervos llueven gentilmente;
y largos mugidos vienen
del fondo del establo.

Quejumbrosamente los cencerros
 siguen disonando, locos.

Es muy tarde…
 ¡Y aun no he muerto!


("plomo", versión aleqs garrigóz)

1 comentario:

Uriel Martínez dijo...

Me duele lo que me ha dicho un poeta:

"Gran Uriel:

Cuando leo a Bacovia me dan ganas de ir ahí donde está lloviendo y abrazarlo, consolarlo de todo lo que nos ha dolido, nos duele y nos dolerá."

Pero no sé qué responderle.