Marieluise Fleisser
El encuentro con Brecht fue para la escritora una fortuna intelectual y, probablemente, un infortunio existencial. En su relación sentimental con Brecht, de quien la Fleisser sintió la ardiente necesidad de distanciarse, la autora vivió y sufrió esa dominación masculina y esa sujeción femenina denunciadas por su arte, esa obligada mezcla de colaboración y subordinación, cultura y sexualidad, dedicación visceral y visceral rebelión que excluye la igualdad y acepta a priori, incluso protestando con rabia, la fatalidad de la violencia masculina sobre la mujer. Brecht, escribe la Fleisser, consumía a las personas y ella no escapó a ese papel de objeto de consumo.
("El Danubio", anagrama, tr. de joaquín jordá)
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