domingo, 23 de noviembre de 2014

Uriel Martínez (1950 )

El buen fin. II

Era tan insegur@ que la partera anunció la llegada de un@ hermafrodita.

Era tan pobre y conflictivo que sus exnovias Jennifer, Roxy, Thèrese y Susana se cooperaron para regalarle una muñeca Barby inflable/desinflable.

Era tan pobre que en invierno procuraba los escasos rayos de sol para calentarse el chocho.

Era tan pobre que cuando quiso pedirle un trenecito a Santa Claus le recomendaron no hacerlo porque, le precisaron, Él sólo leía el nórdico.

Era tan tímido que conoció a Emma Bovary después de muerta.

Era tan pobre que cuando conoció el mar buscó en su cuerpo branquias.

Era tan pobre que cuando los cristeros lo colgaron de una ceiba, tardó semanas en morir por falta de peso.

Era tan tímido que cuando le pedían su autógrafo, escribía con la mano equivocada.

Era tan pobre que en las noches de luna nueva decía llamarse "Pepe El Toro".

Esos que andan por los tapancos de la noche como gato espinado ya no son de aquí. Pero no lo saben.

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