jueves, 27 de noviembre de 2014

Louise Glück (1943 )

Una vez creí en vos...


Una vez creí en vos; planté una higuera.
Aquí, en Vermont, el país
del no verano. Era una prueba, si el árbol vivía,
significaba que vos existías.

Por esta lógica, vos no existís. O existís
únicamente en climas más cálidos,
en la ardiente Sicilia y Méjico y California
donde crecen los inconcebibles
damascos y delicados duraznos. Quizá
ellos vean tu rostro en Sicilia, aquí apenas vemos
el dobladillo de tus prendas. Debo organizarme
para compartir con John y Noah la cosecha del tomate.

Si hay justicia en algún otro mundo, aquellos
como yo, a los que la naturaleza fuerza
a vidas de abstinencia, deberían
obtener la mejor parte de todo, todos
objetos del hambre, la avaricia
de alabarte. Y nadie alaba
más intensamente que yo, con
un doloroso deseo más documentado que yo, o nadie
se merece sentarse a tu derecha, si existe, compartiendo
lo perecedero, la higuera inmortal,
que no viaja.



(fuente: "otra iglesia es imposible",versión: Marina Kohon)

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