El cauce
Cuando nadie escucha
ni el aleteo ni el color
de esa mosca,cojo la pluma
y trazo mudo sus alas;
cuando la mañana despunta,
cuando el día inicia,
cuando la sangre se abre
cauce, atento observo;
cuando nadie se hace
cargo de nadie, cuando
el río va, cuando ninguno
dice yo, yo escribo;
despacio, como tomar lejanas
catedrales y las trazo
con hebras de saliva,
voy lento, voy suave;
así empieza el día,
llámese como se llame,
así lento, me demoro
en cuencos rotos, otra vez.
[Inédito]
No hay comentarios:
Publicar un comentario