Muerte
Vuelvo a ti, como vuelve
un emigrado a su país y lo redescubre:
he hecho fortuna (en el intelecto)
y soy feliz,
tanto como hace tiempo lo era, destituido por norma.
Una rabia negra de poesía en el pecho.
Una loca vejez de jovencito.
Antes tu alegría se confundía
con el terror, es verdad,
y ahora casi con otra alegría lívida,
árida: mi pasión decepcionada.
Ahora me das miedo de verdad,
porque estás de verdad cerca, incluida
en mi estado de rabia,
de oscura hambre,
de ansia casi de criatura nueva.
La religione del mio tempo (1961)
(en muro de harold alvarado tenorio)
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