El estado temporal de los cuerpos
VII
Llegó el jardinero muy temprano, el ruido de la
podadora te retumba en el oído, eso y los perros
fueron el despertador de esta mañana. Hoy que
llevas cargando varias noches de mal sueño y
que te espera una jornada de subidas y bajadas,
precisamente hoy que vuelves a un sitio al que
pensaste no regresar, y sientes un golpeteo, no
sabes exactamente dónde pero lo sientes y te
acelera el pulso, altera tus sentidos. Los ruidos de
afuera continúan por un largo periodo, y poco a
poco se fusionan con los golpes que imaginas
diera un monje asiático en algún punto de tu caja
torácica. Entonces piensas en la disposición de los
planetas, en el concierto de las esferas de luz, piensas
en el orden que te gustaría que tuviera el mundo y
decides escribir este poema.
("material peligroso", ed. uaz, zacatecas, méxico, 2013)
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