Escritos
5
Ya no volveré a saber aquello
que se hundía luminoso en un pantano.
Ya no veré ese fulgor que parecía
medido por el silencio.
Ya no oiré ese rumor inventado
por el paso de un fantasma.
Ya no sentiré el calor de los animales
en los establos antes del amanecer.
Ya no consideraré útil un poema,
ya no creeré inefable una palabra.
No sabré hacia qué lado se inclina
el planeta. No sabré más palabras
mientras no encuentre otro trabajo,
no leeré la luz de las húmedas piedras,
su resplandor de invierno.
Ya no escucharé, solo en la inmensa
caverna, el latido de mi respiración.
8
Mis amigos muertos juegan al ajedrez
con la muerte* o asisten a una clase
de matemáticas.** desde este lado del espejo
el ciclo parece cerrado e incólume.
El gesto perfecto, una vez llegados a la nada.
Los amigos tan espeluznantemente bellos, ***
transidos en el calmo latido
de un oscuro hotel, conversan frente al tablero
o ante sus ejercicios de matemáticas,
miran serenos o risueños en una interpretación
desconocida de lo apacible,
una versión en realidad indescifrable.
Mis amigos muertos ya saben
cómo brilla la única cara
del dado de la noche.
* Jorge Teillier
** Roberto Bolaño en una entrevista
*** Fragmento de un verso de Robert Lowell en versión de
Mario Santiago Papasquiaro.
("Mapas y escritos", ediciones La Ratona Cartonera, Cuernavaca, Morelos, México, primera ed., octubre 2209. Prólogo de Kato Ramone, ilustraciones de Iván Godoy.)
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