domingo, 11 de septiembre de 2011

Cormac McCarthy (1933)

En 1944 Sartre publicó A puerta cerrada, una obra de teatro en la que el infierno es representado como una habitación que tres personajes comparten para toda la eternidad y en la que la mirada de unos sobre otros crea consciencia. La obra pasaría a la posteridad, entre otras cosas, por una frase del filósofo francés en la que afirmaba que el infierno es la mirada del otro, del que no se puede prescindir.

70 años más tarde, The sunset limited, del laureado Cormac McCarthy, presenta un escenario similar en el que dos personas comparten una habitación y en la que discuten sobre Dios, la muerte y el sentido de la vida. La obra fue escrita en 2007 (Vintage USA) y ha sido llevada a la pantalla como "tv movie" de la mano de Tommy Lee Jones. Estrenada en febrero por HBO para Estados Unidos, en España se pudo ver a través de Canal plus el 30 de agosto. Jones interpreta el papel de un profesor universitario que se intenta suicidar en el metro y es rescatado por otro hombre, interpretado por Samuel L. Jackson. La película transcurre en su totalidad en el piso del religioso hombre que rescata al profesor suicida. Se establece un diálogo entre los dos personajes en los que ambos exponen sus creencias o la falta de las mismas. La interpretación de los dos actores es magistral y consiguen transmitir de una forma verosímil la densidad filosófica y existencial de los diálogos.
Desde que en 1985 publicara Meridiano de Sangre, Cormac McCarthy no ha dejado de ostentar el título de escritor apocalíptico ya que la muerte, dios y una teoría de la narración que lo acercan al pragmatismo estadounidense de Rorty, vertebran la obra de un esquivo autor que, con La Carretera (Pulitzer 2007), se erigió en el profeta de la muerte.
McCarthy nació en Providence, Rhode Island, el 20 de Julio de 1933. Siendo el tercero de seis hermanos, de pequeño se mudo con su familia a Knoxville, Tennessee, donde se quedó hasta entrar a la Universidad en 1951. En 1953 se alistó en el ejercito americano en el que estuvo enrolado cuatro años. Cuando volvió, retomó los estudios que finalmente no culminó. Desde entonces se dedicó de pleno a la escritura. El rechazo de McCarthy a hablar de su vida personal ha ayudado a aumentar el mito en torno al autor. Cuenta una de sus mujeres que al principio, malviviendo de los pocos ingresos que obtenía como escritor, más de una vez, rechazó ofertas para conferenciar en universidades, argumentando que todo lo que tenía que decir estaba en sus novelas, con lo que, resumía la mujer, continuaban comiendo alubias.
También se cuenta que, acabada su primer novela, El guardián del vergel (1965), la presentó, porque era la única editorial que le sonaba, a Random House que se convertiría en su sello. El reconocimiento de la crítica vino con la Trilogía de la Frontera, compuesta por Todos los hermosos Caballos (1992) con el que ganó el National Book Award, En la Frontera (1994) y Ciudades de la Llanura (1998). También es remarcable Sutree (1979), cuya escritura le llevó más de 20 años. Aunque la obra que sitúa a McCarthy como autor de culto es Meridiano de Sangre, que en palabras de Harold Bloom es la auténtica novela apocalíptica estadounidense de un logro imaginativo canónico, cuya magnificencia acaba por trascender la violencia convirtiendo la truculencia en un arte aterrador.
McCarthy asegura que cualquier escritor que se precie de serlo ha de escribir sobre la muerte y Dios. Así, influenciado por Shakespeare, Melville y Faulkner, la obra de McCarthy ahonda en el vacío que se abre ante el silencio de Dios y lo inevitable de la muerte. De este modo, por ejemplo en La Carretera, su última novela, nos enfrentamos ante la muerte en toda su macabra presencia. Un padre y un hijo han de atravesar un mundo destruido por una catástrofe global donde los supervivientes malviven como bestias y no como hombres, y en el que el canibalismo, la esclavitud y el asesinato quedan condicionados por la falta de comida en la lucha por la supervivencia. En este sentido, si lo que nos distingue de los animales es el lenguaje y en un mundo donde todo palidece hasta sumirse en tinieblas, lo que somos, para McCarthy, es los profetas de un Dios que no existe.
Bajo la misma temática de fondo se erige The sunset limited. El personaje religioso intenta comprender porque el profesor intentó suicidarse a la vez que pretende hacerlo desistir de su intención. El profesor, por su parte, expone su visión de la realidad, en la que la muerte y la ausencia de un Dios al que rendir cuentas, condicionan una determinada manera de ser y estar en el mundo. Por ejemplo, dice el profesor, "enseñame una religión que prepare a alguien para la nada, para la muerte. Esa sería la iglesia en la que entraría. La tuya prepara a uno sólo para vivir más vida. Sueños ilusiones, mentiras. Una vez desaparecido el miedo a la muerte del corazón de los hombres, no duraría ni un sólo día".
Para saber quién gana la batalla dialéctica no hay que dejar escapar The sunset limited, una obra en la que McCarthy, una vez más, da voz a un profeta de un Dios que no existe. ¿O tal vez sí?


(De McCarthy se ha dicho que vivió una larga temporada de vagabundo, que es el heredero directo de autores sureños como Tennessee Williams y Carson McCullers. Pero lo cierto es que su obra Meridiano de sangre parece, a un tiempo, una crónica extraída de los frailes españoles que vinieron con Hernán Cortés o un testimonio del México sangriento que urdieron los pinches panistas en el nuevo siglo, del que el poeta Javier Sicilia es el saldo más novelesco. Ensayo de Diego Jiménez tomado de La Vanguardia.)

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