Parral, después del descubrimiento de sus minas en 1631, había crecido rápidamente. En contraste, Durango, al suroeste, a pesar de ser desde tiempo atrás la capital de la Nueva Vizcaya y sede del obispado, era un poblado que se mantenía a duras penas. Tanta era la diferencia entre los dos lugares que en 1632 el gobernador había dejado su capital para residir en el real de minas. En 1663, justo por la fecha de construcción de la casa de piedra de los Cortés del Rey en Parral, el obispo de Durango había pedido la supresión del obispado por insostenible. Durango, sin embargo, no fue abandonado y se mantuvo en gran parte por la presencia ahí del obispado, pero el gobierno civil se quedó en Parral hasta aproximadamente 1730, la época de los inventarios aquí publicados.
La arquitectura es el testimonio de esta situación. En Durango la catedral, aunque construída con dificultades y penurias, alcanzó a tener algunas paredes de piedra antes de la mitad del siglo, exhibiendo así un deseo de permanencia y dignidad; ninguna otra construcción en Durango ostentaba cantera. Solamente una centuria más tarde, hacia mediados del siglo XVIII, el arquitecto Pedro de Huertas construyó en Durango uno de los palacios más notables del virreintao, el del conde del Valle de Súchil. Parral en 1650 tenía una parroquia de adobe, aunque de buenas dimensiones, pero la casa de los Cortés del Rey, un edificio civil, construído en 1664, iba a ser el primero en piedra en el real y en toda la Nueva Vizcaya. Además, fue precisamente el sargento mayor Valerio Cortés del Rey, obligándose a una donación de 10 000 pesos, quien encabezó en 1672 a un grupo de vecinos en la iniciativa de construir una iglesia nueva en Parral. Habiendo establecido en forma su residencia urbana, es lógico que don Valerio pensáse en dignificar su entorno, patrocinando la erección de una parroquia más permanente y vistosa. Esta nueva iglesia es el templo monumentaal más antiguo que se conserva en el hoy estado de Chihuahua.
(texto tomado de Los bienes del mayorazgo de los Cortés del Rey en 1729, La casa de San José del Parral y las haciendas del Río Conchos, Chihuahua, de Gustavo Curiel, Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM, México, 1993. Presentación de Clara Bargellini.)
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