Nueve mineros permanecen atrapados en una mina de carbón en Sabinas (estado de Coahuila), al norte de México, después que una explosión por acumulación de gas metano que desprende la extracción del mineral les dejase enterrados a 60 metros bajo tierra. Al cierre de esta edición han sido rescatado cinco cuerpos sin vida y las autoridades son escépticas de encontrar vivos al resto. "La expectativa es bajísima, fue una explosión grande en un espacio reducido y en los cinco cuerpos recuperados hemos visto que fue una muerte instantánea", aseveró el ministro de Trabajo, Javier Lozano.
Mientras pasa el tiempo, los familiares también pierden las esperanzas. "Si ya salieron los cinco primeros cuerpos, ¿cómo estarán los que se quedaron abajo?", declaró a los medios locales Iris Robles. Otros familiares canalizan su dolor en indignación. "Aquí no se respeta la vida humana, no hay seguridad, sólo reciben el dinero y vámonos", espetó un hermano de otro minero.
La mina, de la empresa Beneficios Internacionales del Norte (BINSA), había iniciado trabajos hace 18 días sin notificarlo al Ministerio de Economía. Ni en la Cámara Minera, ni en la Dirección General de Minas, ni en la Coordinación General de Minas tienen datos sobre las actividades de la minera. El trabajador más joven del yacimiento, un chico de 15 años que recogía los cargamentos desde el exterior, se encuentra hospitalizado. Perdió un brazo y sufrió quemaduras en la cara y en el pecho.
La ley minera de México no permite que trabajen menores de edad, dado el alto riesgo de la profesión. Sin embargo, BINSA cometió muchas irregularidades: siete de los 15 trabajadores afectados no estaban dados de alta en la Seguridad Social.
En Coahuila, la minería es la principal fuente de trabajo, pero según los trabajadores, la falta de medidas de seguridad y la desprotección laboral es una constante en todas las minas y pozos. "¿Cuántos más se tienen que ir para que tomen cartas en el asunto?", se preguntó Pedro Rodríguez, supervisor de una mina clausurada el pasado 3 de febrero después que en 2009 muriesen dos de sus trabajadores. El exminero también denunció que muchos de sus colegas tienen contratos de palabra.
Sin medidas de seguridad
Los pozos no cuentan con salida de emergencia. No hay comisiones de seguridad e higiene. No reciben formación para el trabajo ni equipo de seguridad mínimo, como botas, lámparas o cascos, y los tienen que poner ellos mismos.
Este último accidente tuvo lugar a pocos metros de Pasta de Conchos, otra mina de carbón donde en 2006 fallecieron 65 mineros por una explosión similar. Cinco años después, sólo se han rescatado dos de los cadáveres y los otros 63 siguen en el interior de la mina pese a las demandas de sus familiares. La organización Familia Pasta de Conchos denunció que desde entonces hasta hoy, perdieron la vida 50 mineros más. "Esto muestra lo que ocurre en la región de manera sistemática, la única diferencia es que ahora son tiempos electorales y vinieron las autoridades, pero no supervisan ni el 5% de las minas legales, están fuera de control y el Gobierno está rebasado con el asunto, pero es su responsabilidad", aseguró la abogada del caso de Pasta de Conchos.
Lozano se mostró decidido a tomar medidas para que "nadie trabaje en esas condiciones". Para la letrada, la solución pasa por prohibir los pozos de carbón. "Hay maneras más humanas de sacar el carbón. Estos pozos se usaban en la II Guerra Mundial, pero ahora están prohibidos en casi todo el mundo", denunció la abogada.
( El diario español Público, incluyó en la nota aquí reproducida, el comentario más valorada sobre los mineros de Sabinas, Coahuila: Klinfran 04-05-2011 22:49, a continuación se reproduce:
"Los directivos de la mina deberian ser juzgados por crimenes contra la humanidad.
Que muera gente por culpa de la avaricia desmedida deberia ser juzgado por La Haya")
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