Cementerio pernambucano
(Nuestra Señora de la Luz)
En esta tierra nadie yace,
como tampoco yace un río
en otro, ni el mar
es cementerio de ríos.
Ninguno de los muertos de aquí
va vestido de ataúd.
Por ello, no se les entierra:
se les derrama en el llano.
Vienen en redes de verandas
abiertas al sol y a la lluvia.
Traen sus propias moscas.
El polvo les ajusta como abrigo.
Muertos al aire libre, como fueron,
hoy a tierra libre están.
Son tan de la tierra que no siente
la tierra misma su intrusión.
(texto tomado de la Antología del Primer Festival Internacional
de Poesía de Morelia, 1981, ed. Joaquín Mortiz, México, 1982,
traducción de Carlos Montemayor.)
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