jueves, 13 de enero de 2011

RESULTADOS DUDOSOS DE FCH

La guerra contra el crimen organizado provocó el pasado año en México 15.273 muertes, más del doble de las registradas en 2009 y el triple que en 2008. La brutal cifra no es fruto de recuentos oficiosos, sino el resultado de un concienzudo trabajo realizado por el Gobierno de Felipe Calderón junto a un selecto grupo de expertos independientes. A pesar de las cifras, el presidente de la República ha querido hoy resaltar que la lucha emprendida tras su llegada al poder a finales de 2006 "está empezando a dar algunos resultados": 19 de los 37 principales líderes del narcotráfico han sido detenidos o directamente abatidos desde marzo de 2009, y la cantidad de droga y armas decomisadas va en aumento. "Durante los últimos cuatro años", aseguró Calderón, "se ha quitado del mercado droga suficiente para que cada joven mexicano, de entre 15 y 30 años, dispusiera de más de 1.600 dosis".


De vez en cuando, en distintas ciudades del país, el presidente convoca a un puñado de representantes de la sociedad civil bajo el epígrafe de Diálogos por la Seguridad, para escuchar sus opiniones y quejas sobre la marcha del país. El encuentro de hoy se celebró en la ciudad de México y, como novedad, se produjo el anuncio de que a partir de ahora, "en un ejercicio de transparencia sin precedentes", cualquier ciudadano podrá tener acceso en la página web de la presidencia a las cifras de homicidios relacionados con el crimen organizado.
 Hasta ahora, los datos dependían de los recuentos oficiosos que iban realizando a duras penas los principales diarios mexicanos. La demostración de que los datos ofrecidos hoy son fiables es que, lejos de maquillar los resultados, el Gobierno de Calderón pone sobre la mesa una realidad todavía más descarnada que la que anunciaban los diarios. Mientras que, según Reforma , el número de muertes fue de 11.583 o, según Milenio , 12.658, la cifra oficial sube hasta los 15.273...

El anuncio de la Base de Datos de Homicidios fue realizado por Alejandro Poiré, que es el portavoz del Gobierno de México para los asuntos de Seguridad Pública. Según la lectura de Poiré, y pese a la contundencia de las cifras, hay motivos para la esperanza: "El número de homicidios descendió un 10% en el último trimestre de 2010 después de cinco trimestres de crecimiento". El alto cargo también puso énfasis en que la violencia no es generalizada, sino que se concentra en algunos Estados: "El 50% de todos los homicidios vinculados con el crimen organizado se concentraron en tan solo tres entidades federativas: Chihuahua (30%), Sinaloa (12%) y Tamaulipas (8%)".

Durante el encuentro de hoy, Calderón dijo que, para ganar al crimen organizado, su Gobierno necesita del "poderoso instrumento" de la sociedad civil. Una sociedad civil que empieza a sublevarse ante la persistencia del clima de violencia y la repercusión negativa que está teniendo en la imagen de México. "Se ha dicho", sostenía el experto Eduardo Guerrero en un estudio reciente publicado en la revista Nexos, "que México ya arrastraba el crimen organizado desde el sexenio anterior. Esto solo es parcialmente cierto: de 2001 a 2007 el número de homicidios vinculados con el crimen organizado se movió en un rango relativamente bajo: entre 1.000 y 2.300 ejecuciones aproximadamente. Por contraste, entre 2008 y 2010 la violencia registró un aumento drástico: 5.207 ejecuciones en 2008; 6.587 en 2009 y quizás unas 11.800 en 2010...". Al final no fueron 11.800, sino 15.273. Y, se miren por dónde se miren, 15.273 muertos en un año son muchos muertos.


(¿Cómo hacer que cuadre la detención de 19 capos con la existencia de 39, si luego de cada aprehensión o ejecución sucede de inmediato el relevo de aquel que fue deportado a Estados Unidos; cómo presumir "algunos resultados" si en la opinión pública priva la idea y el sentimiento de que los protectores de los delincuentes se encuentran dentro del propio gobierno, e incluso que la cara y el envés del delincuente son los propios policías y sus jefes; cómo suponer que se vive una guerra sin cuartel contra la delincuencia si como alguien reflexionó: "la guerra tiene un fin" y el único fin que conoce el ciudadano común y corriente es el fin del sexenio y, por ende, de Calderón Hinojosa? Creo que hay alguien, cada día más solo, que cada vez se enreda más en su comedia (negra) de enredos. Nota tomada de El País.)

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