Cuando compre un espejo
Cuando compre un espejo para el baño
voy a verme la cara
voy a verme
pues qué otra manera hay decirme
qué otra manera de saber quién soy.
Cada vez que desprenda la cabeza
del fárrago de libros y de hojas
y que la lleve hueca atiborrada
y la deje en reposo allí un momento
la miraré a los ojos con un poco
de ansiedad de curiosidad de miedo
o sólo con cansancio con hastío
con la vieja amistad correspondiente
o atenta y seriamente mirareme
como esa extraña vez -mis once años-
y me diré mirá ahí estás
seguro
pensaré no me gusta o pensaré
que esa cara fue la única posible
y me diré esa soy ésa es idea
y le sonreiré dándome ánimos.
(texto tomado de En lo más implacable
de la noche, ed. Colihue, col. Musarisca,
2a reimpresión, 2009, Buenos Aires.)
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