lunes, 4 de mayo de 2020

Arthur Rimbaud (1854/1891 )

Oración de la tarde




Vivo sentado como un ángel en manos de un barbero,
empuñando un chop de gruesas caladuras,
el hipogastrio y el cuello arqueados, una Gambier
entre los dientes, en el aire henchido de impalpables velámenes.

Como los excrementos cálidos de un viejo palomar,
mil sueños dejan en mí dulces quemaduras,
por momentos mi corazón es triste como un alburno
que sangra sobre el sombrío oro joven de los colores.

Después, cuando he tragado mis sueños uno a uno,
habiéndome tomado treinta o cuarenta chops, doy media vuelta
y me retiro para hacer las acres necesidades:

dulce como el señor del cedro y los hisopos,
muy alto y lejos meo, hacia los cielos brunos,
con la aprobación de los grandes heliotropos.



("razones locas", s/c al traductor)

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