Dime algo bueno
Estás en el campo minado otra vez.
Alguien que ahora está muerto
te dijo que es aquí donde aprenderás
a bailar. Nieve sobre los labios como una cortada
con sal, saltas entre tus muertes, negro como la menstruación
de un dios. Tus brazos abren pequeñas heridas
en el viento. Eres algo hecho. Y luego
te hicieron sobrevivir, lo cual quiere decir que eres
hijo de alguien. Lo cual quiere decir que si abres los ojos habrás vuelto
a esa casa, estarás bajo una cobija estampada con veleros amarillos.
El novio de tu madre, su calva anillada de pelo rojo
como un planeta incendiado, se hinca
de nuevo junto a tu cama. Olor de whisky y Oreo
molido. La nieve entra por la ventana: cenizas que retornan
de una fábula fallida. Su mano con tinta derramada
sobre tu pecho. Y sigues bailando dentro del campo minado
sin moverte. Las cortinas aletean. La luz ambarina
bajo la puerta. Su respiración. Su cara azul y húmeda: la tierra
girando en la órbita de nadie. Y tú quieres que alguien diga Oye… Oye…
creo que bailas precioso. Me muero por un poco de vals,
querido. Quieres que alguien diga que todo esto
sucedió hace mucho. Que una noche, muy pronto, empacarás
tu libro de bolsillo favorito y la .45 de tu madre,
que el refugio más seguro siempre fue el pensamiento
sobre tu cabeza. Que es justo (tiene que serlo)
cómo nuestras manos nos lastiman y luego nos dan
el mundo. Cómo puedes amar el mundo
hasta que no queda nada por amar
más que uno mismo. Y luego puedes detenerte.
Luego puedes alejarte de nuevo, de vuelta a la niebla
que empareda el campo minado, donde la arteria en tu cuello
te adora hasta cero. Puedes alejarte. Puedes ser nada
y seguir respirando. Créeme.
("cuadrivio", versión elisa díaz castelo)
domingo, 30 de septiembre de 2018
sábado, 29 de septiembre de 2018
Laia Noguera (1983 )
Yo no camino
Yo no camino.
Es la tierra la que me camina.
Me caminan las encinas.
Los líquenes y las piedras me caminan.
Me caminan los pájaros.
Me camina todo el cielo sobre la espalda,
sobre la cabeza.
Me camina bajo los pies,
bajo el corazón y la mirada.
Y yo no soy.
Yo no soy nada.
Soy la hoja,
la sombra pequeña de la hoja,
la pizca de aire que se estremece
dentro de la sombra pequeña de la hoja.
Yo no camino.
No camino ni hablo,
porque es ella la que habla:
la tierra que me camina por encima
de todo lo que pienso que soy.
("enfoques")
Yo no camino.
Es la tierra la que me camina.
Me caminan las encinas.
Los líquenes y las piedras me caminan.
Me caminan los pájaros.
Me camina todo el cielo sobre la espalda,
sobre la cabeza.
Me camina bajo los pies,
bajo el corazón y la mirada.
Y yo no soy.
Yo no soy nada.
Soy la hoja,
la sombra pequeña de la hoja,
la pizca de aire que se estremece
dentro de la sombra pequeña de la hoja.
Yo no camino.
No camino ni hablo,
porque es ella la que habla:
la tierra que me camina por encima
de todo lo que pienso que soy.
("enfoques")
viernes, 28 de septiembre de 2018
Victoria Guerrero Peirano (1971 )
Contemplación
el ojo de una rata me observa
su único ojo rojo me mira
y yo miro la oquedad de su ojo izquierdo
por ese hoyo tal vez se pudiesen entrever
otros mares de arena otras orillas
como la primera orilla de la que partí:
en el ojo de fuego de mi madre
entonces todo volvería a arder
el agua el ojo el fuego
y mi cuerpo se diluiría en arroyuelos y ríos sin fin
pero esa oquedad no existe
sólo mi miedo y el ojo solitario de la rata
que ejerce su dominio sobre mis ojos
que son dos ojos pequeños y miopes
por los cuales ella me observa:
reposar la cabeza sobre el ombligo de mi esposo
ahora el viento es suave
y las hojas suben al cielo
desde donde una pequeña ave de rapiña
desafía al sol
y nos contempla.
("ómnibus revista intercultural")
el ojo de una rata me observa
su único ojo rojo me mira
y yo miro la oquedad de su ojo izquierdo
por ese hoyo tal vez se pudiesen entrever
otros mares de arena otras orillas
como la primera orilla de la que partí:
en el ojo de fuego de mi madre
entonces todo volvería a arder
el agua el ojo el fuego
y mi cuerpo se diluiría en arroyuelos y ríos sin fin
pero esa oquedad no existe
sólo mi miedo y el ojo solitario de la rata
que ejerce su dominio sobre mis ojos
que son dos ojos pequeños y miopes
por los cuales ella me observa:
reposar la cabeza sobre el ombligo de mi esposo
ahora el viento es suave
y las hojas suben al cielo
desde donde una pequeña ave de rapiña
desafía al sol
y nos contempla.
("ómnibus revista intercultural")
jueves, 27 de septiembre de 2018
Bob Kaufman (1925/1986 )
Misiones profanas
Quiero que me entierren en un cráter anónimo en la luna.
Quiero construir minigolfs en todas las estrellas.
Quiero probar que la Atlántida fue un sitio de veraneo para el hombre de las cavernas.
Quiero probar que la ciudad de Los Angeles es una broma que nos gastaron los seres superiores de un planeta simpático.
Quiero denunciar al Cielo, un sanatorio exclusivo, repleto de ricos psicópatas que creen poder volar.
Quiero demostrar que la Biblia se publicó en una revista romana para niños.
Quiero probar que el sol nació cuando Dios se quedó dormido con un cigarro encendido, exhausto tras una dura noche como juez.
Quiero probar de una vez por todas que no estoy loco.
+++
Yo quiero ser anónimo…/
Mi única ambición/ es/ ser completamente olvidado. /
Bob Kaufman
Yo, dice el viejo poeta,
tuve grandes cosas por las qué celebrar,
pero ahora definitivamente
las palabras y esas excentricidades
me resultan lejanas, como
esos primos que nunca antes viste
en toda tu vida, pero un día
se aparecen en la puerta de tu casa
llamándote tío. Y prisionero
del asombro, no sabes qué responderles,
es lo mismo que me sucede
cuando me cruzo con alguien
en el restaurante, en la farmacia,
y en el supermercado
y me preguntan por esos versos
o por los escándalos que hubo en mi vida,
sin ser grosero, les recuerdo
que yo solo quiero vivir, y que me
dejen morir tranquilo.
("barbas poéticas" y muro fb de daniel montoly)
Quiero que me entierren en un cráter anónimo en la luna.
Quiero construir minigolfs en todas las estrellas.
Quiero probar que la Atlántida fue un sitio de veraneo para el hombre de las cavernas.
Quiero probar que la ciudad de Los Angeles es una broma que nos gastaron los seres superiores de un planeta simpático.
Quiero denunciar al Cielo, un sanatorio exclusivo, repleto de ricos psicópatas que creen poder volar.
Quiero demostrar que la Biblia se publicó en una revista romana para niños.
Quiero probar que el sol nació cuando Dios se quedó dormido con un cigarro encendido, exhausto tras una dura noche como juez.
Quiero probar de una vez por todas que no estoy loco.
+++
Yo quiero ser anónimo…/
Mi única ambición/ es/ ser completamente olvidado. /
Bob Kaufman
Yo, dice el viejo poeta,
tuve grandes cosas por las qué celebrar,
pero ahora definitivamente
las palabras y esas excentricidades
me resultan lejanas, como
esos primos que nunca antes viste
en toda tu vida, pero un día
se aparecen en la puerta de tu casa
llamándote tío. Y prisionero
del asombro, no sabes qué responderles,
es lo mismo que me sucede
cuando me cruzo con alguien
en el restaurante, en la farmacia,
y en el supermercado
y me preguntan por esos versos
o por los escándalos que hubo en mi vida,
sin ser grosero, les recuerdo
que yo solo quiero vivir, y que me
dejen morir tranquilo.
("barbas poéticas" y muro fb de daniel montoly)
miércoles, 26 de septiembre de 2018
Diana del Ángel (1982 )
Secreto de río
Mi abuela indica dónde detenernos:
conoce los lugares profundos del río;
buscamos piedras para sentarnos.
Ella desentierra con sus manos resecas
un pequeño caracol blanco
y me lo ofrece sin decir nada.
Giro entre mis dedos su cuerpo frágil;
veo las diminutas estrías que lo forman;
quito la tierra acumulada en su boca.
De su labio roto fluyen
los pasos ligeros de los campesinos,
el golpe de los machetes en la hierba,
el grito de un joven moribundo,
el llanto ahogado de un recién nacido,
los murmullos de amores adúlteros,
las maldiciones de Lucas el nahual.
Todas las voces del río,
mágicas o lacerantes,
sedimentadas en esta diminuta entraña.
Miro los rasgos pétreos de mi abuela.
Me pregunto
cuál de estos hilos soterrados anuda su boca.
("periódico de poesía")
Mi abuela indica dónde detenernos:
conoce los lugares profundos del río;
buscamos piedras para sentarnos.
Ella desentierra con sus manos resecas
un pequeño caracol blanco
y me lo ofrece sin decir nada.
Giro entre mis dedos su cuerpo frágil;
veo las diminutas estrías que lo forman;
quito la tierra acumulada en su boca.
De su labio roto fluyen
los pasos ligeros de los campesinos,
el golpe de los machetes en la hierba,
el grito de un joven moribundo,
el llanto ahogado de un recién nacido,
los murmullos de amores adúlteros,
las maldiciones de Lucas el nahual.
Todas las voces del río,
mágicas o lacerantes,
sedimentadas en esta diminuta entraña.
Miro los rasgos pétreos de mi abuela.
Me pregunto
cuál de estos hilos soterrados anuda su boca.
("periódico de poesía")
martes, 25 de septiembre de 2018
Tiffany Atkinson (1972 )
Sobre llorar
sin que sea tristeza exactamente,
que como tú sabes tiene gruesa
insondable piel como cualquier mamífero
y que permanece, sobre todo, cerca de donde lo dejaste;
mientras que las lágrimas en sí son anfibias,
volubles, lunares, pura espuma,
los ojos llorosos vuelcan doblemente el plato.
Es decir, y completar los habituales formularios, etc.
estoy inundada, y con tal exhibición de básculas
e iridiscencia. No preguntes –uno podría
pesar también el arcoíris –y además,
no lo sé. No obstante
te entrego esta cosa que desborda,
mi dios, a nuestra edad, este cuenco de barro
con minerales y todas nuestras aguas en común.
De esto estamos hechos en verdad. Bebe.
("batalla de papel", trad. silvia camerotto)
lunes, 24 de septiembre de 2018
Peter Sirr (1960 )
En el cementerio
Vivieron y murieron en el mismo lugar.
Los mismos nombres, los mismos cielos vastos,
así de cerca, aún deben andar
por su casa y su parcela, o miran a esta hora
las montañas que enrojecen con el último sol
y escuchan el mar que carga en la pendiente de la playa
su peso calmo, insistente. El aire está lleno de ellos
mientras andan y miran y escuchan, nadie
les dijo otra cosa.
Y si vuelven aquí distraídamente,
a este campo silencioso, verán ante sí
la puerta cerrada y sus nombres
ilegibles en las lápidas. Regresarán a la aldea
y se meterán en su cama, lo que era suyo sigue siendo suyo.
("farovacio", versión gerardo gambolini)
domingo, 23 de septiembre de 2018
Uriel Martínez (1950 )
Las valijas
Me agota preparar maletas
antes del viaje;
me cansa el inventario minucioso
y el orden de importancia
de prendas, accesorios, bastidores
y tramoyas que requiere
Pierrot negro.
Me harta el papel que año
con año represento ante
cada fracaso, silencio o bang
que marco, acoto o represento
sin público, ojo o clap
inaudibles.
Guardar en cajas separadas
algodones, afeites, chanclas
y cuadernos; separar medicinas
vivas de caducas me lleva
si no una vida, sí parte
de mi impaciencia.
[Inédito]
Me agota preparar maletas
antes del viaje;
me cansa el inventario minucioso
y el orden de importancia
de prendas, accesorios, bastidores
y tramoyas que requiere
Pierrot negro.
Me harta el papel que año
con año represento ante
cada fracaso, silencio o bang
que marco, acoto o represento
sin público, ojo o clap
inaudibles.
Guardar en cajas separadas
algodones, afeites, chanclas
y cuadernos; separar medicinas
vivas de caducas me lleva
si no una vida, sí parte
de mi impaciencia.
[Inédito]
sábado, 22 de septiembre de 2018
Elvis Guerra (1993 )
Huipil de mi madre
Mi madre guarda en su baúl un huipil de ceremonias,
en él bordaron el nombre del papá de la muerte.
En la casa de mi madre hay un altar
donde venera el rostro de los hombres
que la amaron en sus días de gracia;
ella invoca a sus hombres
pero ninguno responde
y en el huipil de ceremonias que nunca usó mi madre
agonizan las flores
cada vez que abre su viejo baúl.
+++
Xtaani Jñaa
Jñaa napa ti bidaani' quichi' ndaani' guiña,
ra di'ba' lá bixhoze guendaguti.
Ndaani' lidxi jñaa zuhuaa ti mexa'
ra daapa' lú guira nguiiu
guluu xquiichi laabe dxi gucabe ba'du';
siado' ribidxibe laaca
xisi guira' nguiiu gupa jñaa
ma qui na' di'ba' lu bidaani' qui ñuu dxi ñacu
guira' dxi' riguundu' ca'
ndaani' xquiña yooxho' jñaa.
("declaración de ausencia", Xtiidxa' ni ze', pinos alados ediciones, mexicali, bc, méxico, 2018)
Mi madre guarda en su baúl un huipil de ceremonias,
en él bordaron el nombre del papá de la muerte.
En la casa de mi madre hay un altar
donde venera el rostro de los hombres
que la amaron en sus días de gracia;
ella invoca a sus hombres
pero ninguno responde
y en el huipil de ceremonias que nunca usó mi madre
agonizan las flores
cada vez que abre su viejo baúl.
+++
Xtaani Jñaa
Jñaa napa ti bidaani' quichi' ndaani' guiña,
ra di'ba' lá bixhoze guendaguti.
Ndaani' lidxi jñaa zuhuaa ti mexa'
ra daapa' lú guira nguiiu
guluu xquiichi laabe dxi gucabe ba'du';
siado' ribidxibe laaca
xisi guira' nguiiu gupa jñaa
ma qui na' di'ba' lu bidaani' qui ñuu dxi ñacu
guira' dxi' riguundu' ca'
ndaani' xquiña yooxho' jñaa.
("declaración de ausencia", Xtiidxa' ni ze', pinos alados ediciones, mexicali, bc, méxico, 2018)
viernes, 21 de septiembre de 2018
Mary Oliver (1935 )
Trastero
Cuando me mudaba de una casa a otra
había muchas cosas para las que no tenía espacio.
¿Qué podía hacer? Alquilé un trastero.
Y lo llené. Los años pasaron.
De vez en cuando iba allí y miraba,
sin que nada ocurriera, ni una sola
punzada en el corazón.
Cuantos más años cumplía, las cosas que me importaban
eran cada vez menos, pero más
importantes. Así que un día rompí el candado
y llamé al basurero. Se lo llevó
todo.
Me sentí como el burrito al que
finalmente le quitan la carga de encima. ¡Cosas!
¡Quémalas, quémalas! ¡Haz un hermoso
fuego! ¡Habrá más espacio en tu corazón para el amor,
para los árboles! Para los pájaros
que nada poseen —la razón por la que pueden volar.
++++
Debemos estar bien preparados
La forma en que los teros lloran para protegerse.
La forma en que el zorro muerto sigue mirando la colina
con ojos brillantes.
La forma en que las hojas caen y después,la larga espera.
La forma en que alguien dice: no volvamos a vernos.
La forma en que el molde se encuentra con la torta,
la forma en que lo amargo avanza sobre la crema.
La forma en que el agua del río fluye, para no volver.
La forma en que los días pasan, para no volver.
La forma en que alguien vuelve, pero solo en un sueño.
("playground", trad. nieves garcía prados y "marcelo leites", trad. natalia leiderman y patricio foglia)
Cuando me mudaba de una casa a otra
había muchas cosas para las que no tenía espacio.
¿Qué podía hacer? Alquilé un trastero.
Y lo llené. Los años pasaron.
De vez en cuando iba allí y miraba,
sin que nada ocurriera, ni una sola
punzada en el corazón.
Cuantos más años cumplía, las cosas que me importaban
eran cada vez menos, pero más
importantes. Así que un día rompí el candado
y llamé al basurero. Se lo llevó
todo.
Me sentí como el burrito al que
finalmente le quitan la carga de encima. ¡Cosas!
¡Quémalas, quémalas! ¡Haz un hermoso
fuego! ¡Habrá más espacio en tu corazón para el amor,
para los árboles! Para los pájaros
que nada poseen —la razón por la que pueden volar.
++++
Debemos estar bien preparados
La forma en que los teros lloran para protegerse.
La forma en que el zorro muerto sigue mirando la colina
con ojos brillantes.
La forma en que las hojas caen y después,la larga espera.
La forma en que alguien dice: no volvamos a vernos.
La forma en que el molde se encuentra con la torta,
la forma en que lo amargo avanza sobre la crema.
La forma en que el agua del río fluye, para no volver.
La forma en que los días pasan, para no volver.
La forma en que alguien vuelve, pero solo en un sueño.
("playground", trad. nieves garcía prados y "marcelo leites", trad. natalia leiderman y patricio foglia)
jueves, 20 de septiembre de 2018
Virgilio Piñera (1912/1979 )
Yo lo veo
Mejor sería que la muerte alzara
esa corona de tu vida,
así la pesaría,
y en la frente donde la luna mete sus reflejos
esplendería hasta vencer su propia rigidez.
Estás desnudo
como si los días resbalaran sin horas por tu cuerpo,
como si un veloz animal interpusiera su carrera
entre el reposo y los recuerdos.
Ya el día empieza su ascensión,
y tú terminas en el abrupto pico de la inercia.
Me estás llamando como si en mi oído
cayeran una a una las mortajas impentrables
de la destrucción.
Y yo también te llamo destruido,
alcanzo tus contornos,
te inflamo con esos soles de mi condolencia,
te meto en tu caja de lamentos,
me alcanza tu pavor y rompo el aire
con vibraciones de su impedimento,
te veo por los aires como un astro muerto
deshaciéndose en lunas enfriadas,
te veo con tus zapatos y tu perfección.
(1945)
("la vida entera", ed. lectorum, méxico, 2012)
Mejor sería que la muerte alzara
esa corona de tu vida,
así la pesaría,
y en la frente donde la luna mete sus reflejos
esplendería hasta vencer su propia rigidez.
Estás desnudo
como si los días resbalaran sin horas por tu cuerpo,
como si un veloz animal interpusiera su carrera
entre el reposo y los recuerdos.
Ya el día empieza su ascensión,
y tú terminas en el abrupto pico de la inercia.
Me estás llamando como si en mi oído
cayeran una a una las mortajas impentrables
de la destrucción.
Y yo también te llamo destruido,
alcanzo tus contornos,
te inflamo con esos soles de mi condolencia,
te meto en tu caja de lamentos,
me alcanza tu pavor y rompo el aire
con vibraciones de su impedimento,
te veo por los aires como un astro muerto
deshaciéndose en lunas enfriadas,
te veo con tus zapatos y tu perfección.
(1945)
("la vida entera", ed. lectorum, méxico, 2012)
miércoles, 19 de septiembre de 2018
Ocean Vuong (1988 )
Sin título (azul, verde y marrón): óleo sobre tela. Mark Rothko: 1952
En la tele dijeron que los aviones se estrellaron en los edificios
y yo dije sí cuando pediste que me quedara.
Tal vez rezamos de rodillas porque El Señor
sólo escucha cuando se está así de cerca
del demonio. Quiero decirte tantas cosas:
mi premio más grande fue el caminar
por el puente de Brooklyn y no pensar
en los aviones. Vivimos como el agua: tocando
una lengua nueva sin decir
todo lo que hemos pasado. Ellos dicen que el cielo es azul
pero yo sé que es negro cuando lo miras entre mucho aire.
Siempre recordarás lo que hacías
cuando duela mucho. Quiero decirte tantas cosas
pero sólo me he ganado una vida, y ya no tengo nada. Nada. Sólo
un par de dientes. La tele sigue diciendo los aviones...
los aviones... y yo sigo esperando en esta habitación
hecha de pájaros muertos. Sus alas vibran entre
los muros borrosos. Sólo tú estabas ahí.
Tú eras la ventana.
DetoNación
Hay un chiste que termina con un: ¿qué?
Es la bomba que dice aquí está tu padre.
He aquí tu padre
dentro de tus pulmones. Mira qué liviana
es la tierra después de todo.
Incluso luego de escribir la palabra padre
se siente como esculpir un fragmento del día
en una página iluminada por la explosión.
Hay demasiada luz como para ahogarse
pero no la suficiente como para que entre a los huesos
y permanezca. No te quedes aquí, mi niño
roto por el nombre de las flores. No sufras
más. Así que corrí hacia la noche.
La noche: mi sombra extendiéndose
hacia mi padre.
("leche de bruja", trad. jesús carmona-robles)
En la tele dijeron que los aviones se estrellaron en los edificios
y yo dije sí cuando pediste que me quedara.
Tal vez rezamos de rodillas porque El Señor
sólo escucha cuando se está así de cerca
del demonio. Quiero decirte tantas cosas:
mi premio más grande fue el caminar
por el puente de Brooklyn y no pensar
en los aviones. Vivimos como el agua: tocando
una lengua nueva sin decir
todo lo que hemos pasado. Ellos dicen que el cielo es azul
pero yo sé que es negro cuando lo miras entre mucho aire.
Siempre recordarás lo que hacías
cuando duela mucho. Quiero decirte tantas cosas
pero sólo me he ganado una vida, y ya no tengo nada. Nada. Sólo
un par de dientes. La tele sigue diciendo los aviones...
los aviones... y yo sigo esperando en esta habitación
hecha de pájaros muertos. Sus alas vibran entre
los muros borrosos. Sólo tú estabas ahí.
Tú eras la ventana.
DetoNación
Hay un chiste que termina con un: ¿qué?
Es la bomba que dice aquí está tu padre.
He aquí tu padre
dentro de tus pulmones. Mira qué liviana
es la tierra después de todo.
Incluso luego de escribir la palabra padre
se siente como esculpir un fragmento del día
en una página iluminada por la explosión.
Hay demasiada luz como para ahogarse
pero no la suficiente como para que entre a los huesos
y permanezca. No te quedes aquí, mi niño
roto por el nombre de las flores. No sufras
más. Así que corrí hacia la noche.
La noche: mi sombra extendiéndose
hacia mi padre.
("leche de bruja", trad. jesús carmona-robles)
martes, 18 de septiembre de 2018
Ricardo Jaimes Freyre (1866/1933 )
Lo fugaz
La rosa temblorosa
se desprendió del tallo
y la arrastró la brisa
sobre las aguas turbias del pantano.
Una onda fugitiva
le abrió su seno amargo,
y estrechando a la rosa temblorosa
la deshizo en sus brazos.
Flotaron sobre el agua
las hojas como miembros mutilados,
y confundidas con el lodo negro,
negras, aún más que el lodo, se tornaron.
Pero en las noches puras y serenas
se sentía vagar en el espacio
un leve olor de rosa
sobre las aguas turbias del pantano.
("asamblea de palabras")
La rosa temblorosa
se desprendió del tallo
y la arrastró la brisa
sobre las aguas turbias del pantano.
Una onda fugitiva
le abrió su seno amargo,
y estrechando a la rosa temblorosa
la deshizo en sus brazos.
Flotaron sobre el agua
las hojas como miembros mutilados,
y confundidas con el lodo negro,
negras, aún más que el lodo, se tornaron.
Pero en las noches puras y serenas
se sentía vagar en el espacio
un leve olor de rosa
sobre las aguas turbias del pantano.
("asamblea de palabras")
lunes, 17 de septiembre de 2018
María Emilia Cornejo (1949/1972 )
En la mitad del camino
entro lentamente por tus venas
hasta inundar
todos los rincones de tu cuerpo
rescato tu nombre milenario
en cada arteria
te pierdo y me encuentro
en la profundidad de tu mirada
sin compañía alguna
invado tus pulmones
y vivo
y me recreo
con el aire que respiras
avanzo por debajo de tu piel
y organizo con exactitud
el metabolismo de tus penas
y tu cuerpo se convierte
en la zona sagrada de mi vida.
sin embargo,
hoy es mañana
y mañana será nunca.
+++
quiero volver a encontrarte
en los sillones tímidos de tu patio,
amoroso patio empedrado de tiernos olores.
quiero oír tu voz en las mañanas
y
en la inquietud de tu cama encontrar
todo amor
el lenguaje de tu boca.
quiero tu palabra como piedra que cae
amorosa piedra de tu patio
patio tuyo
escondido.
quiero tu presencia de silencios
como ecos que no acaban
tu presencia de helechos frescos
suaves helechos de tu patio
patio tuyo que he perdido.
("contranatura.org")
entro lentamente por tus venas
hasta inundar
todos los rincones de tu cuerpo
rescato tu nombre milenario
en cada arteria
te pierdo y me encuentro
en la profundidad de tu mirada
sin compañía alguna
invado tus pulmones
y vivo
y me recreo
con el aire que respiras
avanzo por debajo de tu piel
y organizo con exactitud
el metabolismo de tus penas
y tu cuerpo se convierte
en la zona sagrada de mi vida.
sin embargo,
hoy es mañana
y mañana será nunca.
+++
quiero volver a encontrarte
en los sillones tímidos de tu patio,
amoroso patio empedrado de tiernos olores.
quiero oír tu voz en las mañanas
y
en la inquietud de tu cama encontrar
todo amor
el lenguaje de tu boca.
quiero tu palabra como piedra que cae
amorosa piedra de tu patio
patio tuyo
escondido.
quiero tu presencia de silencios
como ecos que no acaban
tu presencia de helechos frescos
suaves helechos de tu patio
patio tuyo que he perdido.
("contranatura.org")
viernes, 14 de septiembre de 2018
William Carlos Williams (1883/1963 )
La carretilla
Tantas
cosas se amontonan
dentro
una carretilla
con
ruedas rojas
que barnizada
por la lluvia
resplandece
al lado
de los pollos
blancos.
(muro fb de daniel montoly, traductor y poeta)
Tantas
cosas se amontonan
dentro
una carretilla
con
ruedas rojas
que barnizada
por la lluvia
resplandece
al lado
de los pollos
blancos.
(muro fb de daniel montoly, traductor y poeta)
jueves, 13 de septiembre de 2018
Moisés Pascual (1955)
El último sol
3
puede que te esfumes en un ocaso
de inviernos como candelabros de nubes
y yo no sepa qué hacer
con tus heridas,
estas mínimas palabras
de musgo
para salvarte de la muerte que te lleva
contra mi voluntad sin armas
puede que el viento te deshaga en mis manos
y yo me ponga a llorar
inútilmente
sin saber
amar
los números exactos,
el ritmo de las ostras
al desovar sus acuáticos destinos ,
sé que eres tú esa luz que sin alas
en el aire danza
como luciérnaga,
de puntillas y lápiz,
como un niño que con la arena juega
a vivir
crucigramas
y construye relojes, mapas y sueños,
hace versos,
y estrellas siderales,
circunferencias de hielo
puede que te esfumes en un ocaso
y yo no sepa vivir
mañana
tan atento al aliento
de los astros impuros
en su materia oscura,
con esta carga de ausencias,
cuando hostil me escupa el alba,
y yo como un animal adolorido
huya
del mundo y sus placeres,
y solo sepa maldecir las reliquias de las cenizas
con estos ojos de miedo,
escondido en mi cofre de lagartijas pálidas
¡júrame, que nunca morirás
como ese inmóvil árbol
sin hojas,
donde aprendí a besar mariposas y calandrias,
Venus, estatua de mi amor,
triste tiranía sosegada,
mi agonía!
("fabricioestrada.blogspot")
3
puede que te esfumes en un ocaso
de inviernos como candelabros de nubes
y yo no sepa qué hacer
con tus heridas,
estas mínimas palabras
de musgo
para salvarte de la muerte que te lleva
contra mi voluntad sin armas
puede que el viento te deshaga en mis manos
y yo me ponga a llorar
inútilmente
sin saber
amar
los números exactos,
el ritmo de las ostras
al desovar sus acuáticos destinos ,
sé que eres tú esa luz que sin alas
en el aire danza
como luciérnaga,
de puntillas y lápiz,
como un niño que con la arena juega
a vivir
crucigramas
y construye relojes, mapas y sueños,
hace versos,
y estrellas siderales,
circunferencias de hielo
puede que te esfumes en un ocaso
y yo no sepa vivir
mañana
tan atento al aliento
de los astros impuros
en su materia oscura,
con esta carga de ausencias,
cuando hostil me escupa el alba,
y yo como un animal adolorido
huya
del mundo y sus placeres,
y solo sepa maldecir las reliquias de las cenizas
con estos ojos de miedo,
escondido en mi cofre de lagartijas pálidas
¡júrame, que nunca morirás
como ese inmóvil árbol
sin hojas,
donde aprendí a besar mariposas y calandrias,
Venus, estatua de mi amor,
triste tiranía sosegada,
mi agonía!
("fabricioestrada.blogspot")
miércoles, 12 de septiembre de 2018
Williams Carlos Williams (1883/1963 )
Paisaje con la caída de Ícaro
De acuerdo
a Bruegel la caída de Ícaro
ocurrió a principio
de la primavera
justo cuando comenzaban
los preparativos
para la cosecha anual.
Un agricultor
estaba arando
con tesón la tierra
y el mar bullía
en constantes cosquilleos
pareciendo
no contentarse
con los bordes trazados
por su existencia.
Era un día caluroso
y de frente al sol, Ícaro
vio cómo la cera
que sostenían sus alas
pegadas a su cuerpo
se derretía. En la distancia,
casi invisible
de la costa marina
alcanzó a verse,
inadvertido, el chapoteo
de una silueta
ahogándose.
(muro de daniel montoly, traducción de él mismo)
De acuerdo
a Bruegel la caída de Ícaro
ocurrió a principio
de la primavera
justo cuando comenzaban
los preparativos
para la cosecha anual.
Un agricultor
estaba arando
con tesón la tierra
y el mar bullía
en constantes cosquilleos
pareciendo
no contentarse
con los bordes trazados
por su existencia.
Era un día caluroso
y de frente al sol, Ícaro
vio cómo la cera
que sostenían sus alas
pegadas a su cuerpo
se derretía. En la distancia,
casi invisible
de la costa marina
alcanzó a verse,
inadvertido, el chapoteo
de una silueta
ahogándose.
(muro de daniel montoly, traducción de él mismo)
martes, 11 de septiembre de 2018
Cheon Sang-byeong (1930/1993)
Ojo
En medio de la calma, una hoja me llega volando
y va cayendo sobre mi corazón.
El lugar donde cayó,
hondo y descarnado,
queda exactamente al lado de la herida
que te mató
sin tiempo para un grito.
Allí, la hoja,
ahora junto al corazón,
examina tu vida en todos sus detalles.
Aunque el viento sopla
y sopla,
inmóvil, la hoja que protege la herida
es un ojo, un ojo.
El ojo de un cielo claro, el ojo nuestro,
el ojo en llanto de tu madre que te llama, lleno de ira.
En medio de la calma, una hoja me llega volando
y va cayendo sobre mi corazón.
El lugar donde cayó,
hondo y descarnado,
queda exactamente al lado de la herida
que te mató
sin tiempo para un grito.
Allí, la hoja,
ahora junto al corazón,
examina tu vida en todos sus detalles.
Aunque el viento sopla
y sopla,
inmóvil, la hoja que protege la herida
es un ojo, un ojo.
El ojo de un cielo claro, el ojo nuestro,
el ojo en llanto de tu madre que te llama, lleno de ira.
("asamblea de palabras", trad. kim changmin)
lunes, 10 de septiembre de 2018
Tadeusz Rozewicz (1921/2014 )
Cuento sobre las viejas feas
me gustan las viejas
las viejas feas
malignas
ellas: sal de la tierra
no les da asco la basura
humana
son ellas que conocen el revés
de la medalla
del amor
de la fe
las viejas
vienen y van
mientras los dictadores
se hacen los graciosos
mostrando sus manos en sangre
las viejas feas se levantan
junto con el sol
compran carne frutas pan
lavan hacen la cocina
se quedan en las calles con brazos cruzados
y se callan
las viejas
son inmortales
Hamlet se agita dentro de su red
Fausto hace un juego vil y ridículo
Raskolnikov bate con su hacha
las viejas son
irrebatibles
sonríen levemente
muere el dios
las viejas se levantan sin hacerle caso
cada día
compran pan vino pescado
se muere la civilización
las viejas se levantan junto con el sol
abren las ventanas
tiran la basura
se muere el hombre
las viejas
lavan al difunto
entierran a sus muertos
siembran flores
sobre sus tumbas
me gustan las viejas
las viejas feas
malignas
creen en la vida eterna
ellas: sal de la tierra
corteza del árbol
mirando con sus ojos de humildes bestias
cobardía y heroísmo
grandeza y mezquindad
a todo le dan una dimensión
conforme a las exigencias del día
de su día cotidiano
sus hijos descubren América
perecen en las Termópilas
crucificados se desangran
conquistan el Cosmos
las viejas salen a las calles
junto con el sol compran leche
pan carne todavía falta pimienta
para el guiso
las viejas abren las ventanas
sólo los tontos se ríen
de las viejas
de las viejas feas
malignas
porque ellas son mujeres
hermosas
las buenas viejas hermosas
como huevos
secretos sin misterio
bolas rodando incansablemente
las viejas son
momias
como de gatos sagrados
pequeñas
todas arrugadas
y cada día más secas
manantiales frutas
o gordas
budas ensimismadas
cuando mueren
se les escapa
una pobre lágrima juntándose
con una sonrisa feliz
de jovenzuela.
("asamblea de palabras", trad. krystyna rodowska)
domingo, 9 de septiembre de 2018
Sylvia Plath (1932/1963 )
El colgado
Por las raíces de mi pelo algún dios me agarró.
Me crispé en sus azules voltios como un profeta del desierto.
Las noches de pronto se cerraron como párpado de lagarto:
Un mundo de calvos días blancos en una cuenca sin sombra.
Un aburrimiento de buitres me clavó a este árbol.
Si él fuera yo, haría lo que yo hice.
("asamblea de palabras", trad. beth miller)
Por las raíces de mi pelo algún dios me agarró.
Me crispé en sus azules voltios como un profeta del desierto.
Las noches de pronto se cerraron como párpado de lagarto:
Un mundo de calvos días blancos en una cuenca sin sombra.
Un aburrimiento de buitres me clavó a este árbol.
Si él fuera yo, haría lo que yo hice.
("asamblea de palabras", trad. beth miller)
sábado, 8 de septiembre de 2018
Jorge Teillier (1935/1996 )
En la secreta casa de la noche
Cuando ella y yo nos ocultamos
en la secreta casa de la noche
a la hora en que los pescadores furtivos
reparan sus redes tras los matorrales,
aunque todas las estrellas cayeran
yo no tendría ningún deseo que pedirles.
Y no importa que el viento olvide mi nombre
y pase dando gritos burlones
como un campesino ebrio que vuelve de la feria,
porque ella y yo estamos ocultos
en la secreta casa de la noche.
Ella pasea por mi cuarto
como la sombra desnuda
de los manzanos en el muro
y su cuerpo se enciende como un árbol de pascua
para una fiesta de ángeles perdidos.
El temporal del último tren
pasa remeciendo las casas de madera.
Las madres cierran todas las puertas
y los pescadores furtivos van a repletar sus redes
mientras ella y yo nos ocultamos
en la secreta casa de la noche.
("las afinidades electivas")
Cuando ella y yo nos ocultamos
en la secreta casa de la noche
a la hora en que los pescadores furtivos
reparan sus redes tras los matorrales,
aunque todas las estrellas cayeran
yo no tendría ningún deseo que pedirles.
Y no importa que el viento olvide mi nombre
y pase dando gritos burlones
como un campesino ebrio que vuelve de la feria,
porque ella y yo estamos ocultos
en la secreta casa de la noche.
Ella pasea por mi cuarto
como la sombra desnuda
de los manzanos en el muro
y su cuerpo se enciende como un árbol de pascua
para una fiesta de ángeles perdidos.
El temporal del último tren
pasa remeciendo las casas de madera.
Las madres cierran todas las puertas
y los pescadores furtivos van a repletar sus redes
mientras ella y yo nos ocultamos
en la secreta casa de la noche.
("las afinidades electivas")
viernes, 7 de septiembre de 2018
Hernán Miranda (1941 )
A nadie daré una droga mortal
Aquí estoy solo con mis pócimas, mis escalpelos,
mis uñas rotas, mis salpicaduras.
Aquí con mi intranquila conciencia.
Aquí con mi mundo perturbado.
Aquí, con mi cadáver desnudo sobre el mármol
y el tiempo que aquí debería ser abolido.
Somos los mismos. Los que tuvimos un día
la capacidad de asombrarse.
Cartílagos sólo hay, sólo huesos.
Debo suturar desgarros que yo no produje.
Debo hacer coincidir las piezas de un cráneo.
Soy demasiado humano para vivir en paz.
Pero quién se sonreirá por ti algún día.
Pero quién repetirá después las cosas que tu dijiste.
Pero quién cometerá tus mismos errores.
Pero quién heredará tu desencanto.
Morirse pero contemplar tu propio funeral.
Pero huir y ser testigo de tu fuga.
Pero perderse y participar en tu propia búsqueda.
Pero se trata de estar aquí y en otras partes.
Pero yo soy un cirujano fiel a su juramento
y seguiré cortando tendones, removiendo las vísceras
sin lograr ver en ellas el futuro
y a nadie daré una droga mortal.
("las afinidades electivas")
Aquí estoy solo con mis pócimas, mis escalpelos,
mis uñas rotas, mis salpicaduras.
Aquí con mi intranquila conciencia.
Aquí con mi mundo perturbado.
Aquí, con mi cadáver desnudo sobre el mármol
y el tiempo que aquí debería ser abolido.
Somos los mismos. Los que tuvimos un día
la capacidad de asombrarse.
Cartílagos sólo hay, sólo huesos.
Debo suturar desgarros que yo no produje.
Debo hacer coincidir las piezas de un cráneo.
Soy demasiado humano para vivir en paz.
Pero quién se sonreirá por ti algún día.
Pero quién repetirá después las cosas que tu dijiste.
Pero quién cometerá tus mismos errores.
Pero quién heredará tu desencanto.
Morirse pero contemplar tu propio funeral.
Pero huir y ser testigo de tu fuga.
Pero perderse y participar en tu propia búsqueda.
Pero se trata de estar aquí y en otras partes.
Pero yo soy un cirujano fiel a su juramento
y seguiré cortando tendones, removiendo las vísceras
sin lograr ver en ellas el futuro
y a nadie daré una droga mortal.
("las afinidades electivas")
jueves, 6 de septiembre de 2018
Charles Simic (1938 )
Noche oscura
Porque la vida eterna es aburrida
los ángeles del cielo juegan al pinacle,
los diablos del infierno juegan al póquer.
Se puede oír el golpe de los naipes sobre la mesa
en el silencio de la noche.
Y Dios jugando al solitario,
como juega también Satán,
sólo que él maldice y hace trampas.
(muro de luis armenta malpica, trad. jordi doce)
Porque la vida eterna es aburrida
los ángeles del cielo juegan al pinacle,
los diablos del infierno juegan al póquer.
Se puede oír el golpe de los naipes sobre la mesa
en el silencio de la noche.
Y Dios jugando al solitario,
como juega también Satán,
sólo que él maldice y hace trampas.
(muro de luis armenta malpica, trad. jordi doce)
miércoles, 5 de septiembre de 2018
Hernán Miranda (1941 )
Iglesia de la Matriz
En la Viña del Señor
hombres suelen ser muertos
a manos de los escopeteros
que cuidan las uvas.
La Iglesia de la matriz se sentó
Cuando vino el terremoto. Ahora
Está nuevamente de pie.
La iglesia más antigua de Valparaíso
Es saludada por un borracho que orina en la pared
Casi por encima de un amigo dormido.
Es un vagabundo que se ha echado a morir
Bajo la Vía Láctea
En los momentos que Cristo de la Agonía
Sale en procesión por las calles del puerto.
Vaya, amigo, a Valparaíso en Viernes Santo
Y entre al bar de los que nada esperan.
Quizás un hombre flaco y patibulario
Le diga también
Que en Viernes Santo no hay que matar a nadie.
("las afinidades electivas")
En la Viña del Señor
hombres suelen ser muertos
a manos de los escopeteros
que cuidan las uvas.
La Iglesia de la matriz se sentó
Cuando vino el terremoto. Ahora
Está nuevamente de pie.
La iglesia más antigua de Valparaíso
Es saludada por un borracho que orina en la pared
Casi por encima de un amigo dormido.
Es un vagabundo que se ha echado a morir
Bajo la Vía Láctea
En los momentos que Cristo de la Agonía
Sale en procesión por las calles del puerto.
Vaya, amigo, a Valparaíso en Viernes Santo
Y entre al bar de los que nada esperan.
Quizás un hombre flaco y patibulario
Le diga también
Que en Viernes Santo no hay que matar a nadie.
("las afinidades electivas")
martes, 4 de septiembre de 2018
Joaquín O. Giannuzzi (1924/2004 )
La paz del torturador
El torturador está cenando
con su sagrada familia.
Todo parece andar bien en este pequeño mundo.
Él está satisfecho con su trabajo
tan gratificante
que con 220 voltios es capaz de hacer maravillas
como arrancar de raíz
el más recóndito secreto de Dios.
La esposa no tiene porqué saber nada
acerca de estos asuntos
que por otra parte no le servirían
para hacer una buena sopa.
Sus dos hijitos admiran a papá
por su generosa manera
de llenar el mundo a su alrededor.
Cuando llega de la calle
el perro mueve felizmente la cola
y a los dos les da lo mismo
cualquier sistema social.
Apuntes de época
Frecuencia de tiroteos
En las inmediaciones de nuestro cuerpo.
Las noches llegan como amenazas secretas.
Explosiones, aullidos de ambulancias y neumáticos,
pasos que se precipitan.
Espasmos de una agitación avanzada.
La vieja época
pierde el ritmo cardíaco, boquea
en el estanque seco de su propia historia.
Detrás de las puertas
cerradas a doble llave, pasador y moral sin dientes
todo el mundo conteniendo el aliento.
Timbales y música a volumen crítico.
El baile de los muchachos
del otro lado de la pared.
Desde aquí no hay mucho que explicar:
acumulo muecas, examino ideologías
pero en conjunto ignoro
si son libres o felices,
qué heroísmo reclaman, qué sueños conciben.
A veces hay un accidente en el tocadiscos
y entonces los muchachos
con puños y pies golpean las paredes
para escapar de estos tiempos difíciles y oscuros.
("la poesía alcanza" y "alpialdelapalabra")
El torturador está cenando
con su sagrada familia.
Todo parece andar bien en este pequeño mundo.
Él está satisfecho con su trabajo
tan gratificante
que con 220 voltios es capaz de hacer maravillas
como arrancar de raíz
el más recóndito secreto de Dios.
La esposa no tiene porqué saber nada
acerca de estos asuntos
que por otra parte no le servirían
para hacer una buena sopa.
Sus dos hijitos admiran a papá
por su generosa manera
de llenar el mundo a su alrededor.
Cuando llega de la calle
el perro mueve felizmente la cola
y a los dos les da lo mismo
cualquier sistema social.
Apuntes de época
Frecuencia de tiroteos
En las inmediaciones de nuestro cuerpo.
Las noches llegan como amenazas secretas.
Explosiones, aullidos de ambulancias y neumáticos,
pasos que se precipitan.
Espasmos de una agitación avanzada.
La vieja época
pierde el ritmo cardíaco, boquea
en el estanque seco de su propia historia.
Detrás de las puertas
cerradas a doble llave, pasador y moral sin dientes
todo el mundo conteniendo el aliento.
Timbales y música a volumen crítico.
El baile de los muchachos
del otro lado de la pared.
Desde aquí no hay mucho que explicar:
acumulo muecas, examino ideologías
pero en conjunto ignoro
si son libres o felices,
qué heroísmo reclaman, qué sueños conciben.
A veces hay un accidente en el tocadiscos
y entonces los muchachos
con puños y pies golpean las paredes
para escapar de estos tiempos difíciles y oscuros.
("la poesía alcanza" y "alpialdelapalabra")
lunes, 3 de septiembre de 2018
Idea Vilariño (1920/2009 )
Un verano
Hago muecas a veces
para no poner cara de tristeza
para olvidarme
amor
para ahuyentar mis duros
mis crueles pensamientos.
Cómo he de hacer
amor
para vivir aún
para sufrir aún
este verano.
Pesa mucho
me pesa como si el mar pesara
con su bloque tremendo
sobre mi espalda
me hunde
en la más negra tierra del dolor
y me deja
ahí deshecha
amor
sola ahí
tu abandono.
("la primera piedra")
Hago muecas a veces
para no poner cara de tristeza
para olvidarme
amor
para ahuyentar mis duros
mis crueles pensamientos.
Cómo he de hacer
amor
para vivir aún
para sufrir aún
este verano.
Pesa mucho
me pesa como si el mar pesara
con su bloque tremendo
sobre mi espalda
me hunde
en la más negra tierra del dolor
y me deja
ahí deshecha
amor
sola ahí
tu abandono.
("la primera piedra")
domingo, 2 de septiembre de 2018
Uriel Martínez (1950 )
El cauce
Cuando nadie escucha
ni el aleteo ni el color
de esa mosca,cojo la pluma
y trazo mudo sus alas;
cuando la mañana despunta,
cuando el día inicia,
cuando la sangre se abre
cauce, atento observo;
cuando nadie se hace
cargo de nadie, cuando
el río va, cuando ninguno
dice yo, yo escribo;
despacio, como tomar lejanas
catedrales y las trazo
con hebras de saliva,
voy lento, voy suave;
así empieza el día,
llámese como se llame,
así lento, me demoro
en cuencos rotos, otra vez.
[Inédito]
Cuando nadie escucha
ni el aleteo ni el color
de esa mosca,cojo la pluma
y trazo mudo sus alas;
cuando la mañana despunta,
cuando el día inicia,
cuando la sangre se abre
cauce, atento observo;
cuando nadie se hace
cargo de nadie, cuando
el río va, cuando ninguno
dice yo, yo escribo;
despacio, como tomar lejanas
catedrales y las trazo
con hebras de saliva,
voy lento, voy suave;
así empieza el día,
llámese como se llame,
así lento, me demoro
en cuencos rotos, otra vez.
[Inédito]
sábado, 1 de septiembre de 2018
Luis García Montero (1957 )
Los espejos
No importa si has dormido poco o mucho,
los espejos de hotel nunca perdonan
y son como animales de montaña
que no aceptan el trato de los hombres.
La luz de los espejos familiares
se apiada de nosotros, sin embargo,
nos ayuda a fingir, y por afecto
o por costumbre llega a perdonarnos.
Yo sé que los espejos son el agua
estancada de un río que se mueve.
Y he visto cómo el sol que reverbera
puede ocultar el cieno de las sombras.
Pero quien mira al fondo de sus ojos
ve las grietas del tiempo, las arañas
de un pasado que surge de improviso
en mañanas de hotel y nos ofende.
Para qué contestar. Cierra los ojos,
porque no hay otra cosa que envejezca
peor que tu mirada.
("un poeta en tu cama", fb)
No importa si has dormido poco o mucho,
los espejos de hotel nunca perdonan
y son como animales de montaña
que no aceptan el trato de los hombres.
La luz de los espejos familiares
se apiada de nosotros, sin embargo,
nos ayuda a fingir, y por afecto
o por costumbre llega a perdonarnos.
Yo sé que los espejos son el agua
estancada de un río que se mueve.
Y he visto cómo el sol que reverbera
puede ocultar el cieno de las sombras.
Pero quien mira al fondo de sus ojos
ve las grietas del tiempo, las arañas
de un pasado que surge de improviso
en mañanas de hotel y nos ofende.
Para qué contestar. Cierra los ojos,
porque no hay otra cosa que envejezca
peor que tu mirada.
("un poeta en tu cama", fb)