domingo, 2 de septiembre de 2018

Uriel Martínez (1950 )

El cauce



Cuando nadie escucha
ni el aleteo ni el color
de esa mosca,cojo la pluma
y trazo mudo sus alas;

cuando la mañana despunta,
cuando el día inicia,
cuando la sangre se abre
cauce, atento observo;

cuando nadie se hace
cargo de nadie, cuando
el río va, cuando ninguno
dice yo, yo escribo;

despacio, como tomar lejanas
catedrales y las trazo
con hebras de saliva,
voy lento, voy suave;

así empieza el día,
llámese como se llame,
así lento, me demoro
en cuencos rotos, otra vez.


[Inédito]

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