martes, 31 de julio de 2018

Natalia Figueroa (1983 )

M



Ver salir a los pequeños del sjolío me recuerda
cuando esperaba a mi hermana fuera del kinder.
Era especial reconocernos
después de semanas de estar en Santiago
estudiando.
Su frágil cuerpecito entraba en mis brazos
que la levantaban y nos llenábamos de besos la cara
el cuerpo.
Ella pesaba tan poco.
Escribía Amo a mi hermana y mi hermana me ama
y recuerdo cuando mamá cumplió años y escribió Ámame
mamá.                         Era cuando aprendía la eme.
Ahora ha cambiado.
Cumple quince años, no me invitó a su fiesta
parece que no entiende mi humor
se escabulle si quiero abrazarla
me dice ojalá no vuelvas. Mi padre me ha dicho
que no sienta pena por cosas de niños pero no sé
cómo evitarlo, ahora que paso frente a la escuela
y llega a mis hombros la ausencia de bracitos de hermana
como si mi cuerpo deseara
que volviésemos a aprender la eme.




Invitación



ven a escribir en mi espalda
 la última línea
de tu estúpido poema



("revista lecturas" y "cyber humanitatis")

lunes, 30 de julio de 2018

Erik Moya (1994 )

Réquiem de cuando Julius



cruising:
acción anónima de morirse dentro de otro cuerpo. surge de la necesidad de contagiar virus
de diferentes tipos. el ciclo humano debe terminar: mantener el equilibrio también es morir

vivir de lo socialmente correcto es estar muerto siempre


("cruising morelia", inédito)

sábado, 28 de julio de 2018

Uriel Martínez (1950 )

Padre Lear





I
Señor, yo no soy digno
de que vengas a mí; envía
entonces una dotación
de euros para mi vejez.

II
Señor, si en ti está
recogerme, hazlo antes
de las elecciones, no quiero
ver el derrumbe.

III
Señor, mantén viva en mí
la llama del autoengaño,
no permitas que juzgue
a los mediocres que me rodean.

IV
Señor, te agradezco el obsequio
de cinco mil amigos en redes,
quienes cada domingo me alejan
de mis males y fantasmas.

V
Señor, haz que yo haga tierra
y descienda a tiempo
del globo de Cantolla, del
buque de Ulises y la chinampa
de Lupita.

VI
Señor, no me hagas extravíe
la razón, ni la brújula,
ni la rosa de los vientos,

mira que soy la última del alfabeto.



("poesía entre amigos", s/f)

viernes, 27 de julio de 2018

Lucía Rivadeneyra (1957 )

Vestigios


3

Hoy en este martes ciego
tus manos insolentes me recorren
tus palabras subversivas contraen mis adentros

Acepto el allanamiento de morada
mientras cae el peso de tus años en mis ojos

Al llegar el armisticio
alta la noche en este martes de bálsamos
queda en tu espada la huella de mis ansias

Mañana todo será miércoles de ceniza.


Solidaridad

                  a rigoberto

Le he tomado cariño al perchero
pues recibe con humildad
tu saco, tu camisa, tus pantalones

Es mi cómplice más firme
porque cuida celoso tus ropas cuando me amas

No te dice que las acaricio mientras duermes
ni que en sus ojales abrocho mis sueños

El perchero sufre conmigo
si descuelgas tus prendas para irte

a caminar sin arrugas por las calles.


("punto de partida", unam)

jueves, 26 de julio de 2018

José Eugenio Sánchez (1965 )

Carta de un suicida
             



no fue el dardo que dio en el centro
tampoco el veneno ni la mariposa que traía en la punta
no fue un golpe de suerte
quizá un poco de paciencia                                       y claro
un blanco débil
no se culpe a esta mujer de haberme volado la cabeza
de traer hasta mis labios la canción de su cintura
no se le tome venganza
no se me tome cariño
tampoco la detengan es su descarnizada pasión al desnudarse
sólo prendan las velas
súbanle a la música
que no falte queso ni vino
en invierno
las catástrofes requieren sutileza
hoy el asunto es otro: como confiar en el azar si es un padrote



Si no es con tu presencia
             
esa canción se toma mi vida de un sólo trago
esa canción me detiene en los muelles de tus piernas
esa canción
es una esponja en tu mirada y me lleva
de tu sombra a tu bahía
esa canción
es una copa de nocturno tinto
y tengo sed de luz
cruda de estrellas



De pronto new york se quedó sin joseph brodsky
             


pasan las risotadas de un carro antiguo
un tipo tembloroso te ofrece lo que quieras
las prostitutas en abrigo se cubren el viento entre ellas
unos uniformados salen de un bar completamente ebrios
un vagabundo extiende la mano
al final de la calle se enciende la torreta
de una patrulla de policía que despacito vira hacia la derecha
una pareja sale del teatro
dos negros conversan
y en el aparador de enfrente
cuelgan silenciosas
un par de medias de seda
que parecen ser más imprescindibles que nosotros



("poetas poemas")

miércoles, 25 de julio de 2018

Jenaro Talens (1946 )

Epitafio


 Fui un viejo juglar, y conté historias.
Mi nombre os es indiferente.
Sólo dejo constancia de mi oficio
porque fue oficio quien dictó mis versos
no la pequeña vida que viví
ni su dolor ni su insignificancia:
ella murió conmigo y aquí yace,
desnuda como yo, bajo esta piedra.



Epilogue & after
             


Cuánta ceniza ardiente llueve el cielo,
ecos antiguos de una voz que pasa,
ese enemigo que inventó el espejo
y me instaló sin verme en su mirada.
Dando bandazos, el invierno cae;
no me permite desdecirme. Calla
para obligarme a oír desde el silencio
el rumor con que anula las palabras
y hace hablar a los árboles, a las
piedras desnudas, a los puentes, con
el lenguaje del agua.
Burlón y regio por las galerías,
el aire muerde sin cesar las ramas;
ellas me enseñan a mirar sin odio:
el sol es siempre nuevo cuando se levanta.
El frescor de las cosas desmiente mi agonía,
y en este cuerpo imán de tu memoria inscribo
el lastre fiel de un monólogo en calma.
La noche apoya su cabeza en mi hombro,
su materia sensible. No hay nostalgia
sino copos de tiempo que la noche aventa
en un espacio vuelto madrugada.
Mis ideas acerca del futuro
crecen como burbujas de sustancia.
Por qué seguir; la escena ha terminado,
y ahora que ya no necesito nada
(si acaso respirar la luz del día),
ahora, cuando descubro que esa luz no acaba,
sé que el camino existe
porque por él avanzo: soy camino.
Sobrevivir ha sido mi venganza.


("poetas poemas")

martes, 24 de julio de 2018

Gerardo Deniz (1934/2014 )

Fin de milenio



Hacia el año dosmil, salvo atajo,
seré el señor comatoso de la cama 301.
Hundido mi cráneo demacrado en la almohada,
cerrados los ojos,
entreabierta la boca seca color arenisca,
respiración casi imperceptible, suero,
un tubo de plástico saliéndome de la nariz
-y en el plato adyacente los trozos de papaya que no pude ya
   rechazar-,
 nadie admitiría la posibilidad de ningún nexo entre mi patética estantigua
y las tetas limoniformes de la pipiola que barre el corredor:
escuchen, con qué pocas ganas lo hace.
Ni vamos a morir todos tan a gusto como Cavendish.
ni en la vida tampoco lo imitamos- pues el nexo existirá,
es lo chistoso,
aun  sólo analógico e historiográfico.


("medusario", ed. fce, méxico, 1966)

lunes, 23 de julio de 2018

Cesare Pavese (1908/1950 )

Ulises



Esta mañana ha escapado el muchacho y regresa
esta noche. Se sonreirá burlón. A nadie
querrá decirle qué comió en el almuerzo. Tal vez
tendrá los ojos pesados y se irá a la cama en silencio:
dos zapatos embarrados. La mañana era azul,
tras las lluvias de un mes.

Por la fresca ventana
corre amargo un olor de hojas. Pero el viejo
no se mueve de la oscuridad, no tiene sueño de noche,
y querría tener sueño y olvidar cada cosa,
como en otro tiempo al regresar de un largo camino.
Para calentarse, gritaba y pegaba.

El muchacho, que está por volver, no recibe más cachetazos.
El muchacho comienza a ser joven y descubre
cada día alguna cosa y no le habla a nadie.
No hay nada por la calle que no pueda saberse
sentado frente a esta ventana, pero el muchacho camina
todo el día por la calle. No busca aún mujeres
pero ya no juega en el piso. Regresa cada vez.
El muchacho tiene un modo de salir de casa

que, quien se queda, entiende que ya no hay nada que hacer.


("otra iglesia es imposible", versión j. aulicino)

domingo, 22 de julio de 2018

Uriel Martínez (1950 )










Cactácea



El cacto coronado de espinas
lo cambié de lugar por ver si
florecía. Sé que fue decisión
desatinada porque él buscaba
el sol con sus manitas tiernas.

Lo pasé del balcón a la cocina,
es decir, de donde podía beber sol,
oxígeno y escuchar los aleteos
de seres volátiles, lo pasé
a un lugar cálido y a la vez oscuro.

Cerca del fogón permaneció una semana,
tiempo que le bastó para ladearse
como ebrio que vuelve una y otra
vez el estómago.

Esta semana lo regresé a donde estuvo:
el corredor que conduce a casa.
Así recuperará las púas perdidas.


[Inédito]

sábado, 21 de julio de 2018

Marosa di Giorgio (1932/2004 )


Los papeles salvajes
                            (fragmento)


Los animales hablaban



Los animales hablaban:las vacas y los caballos de mi padre, sus aves, sus ovejas. Largos raciocinios; parlamentos; discusiones entre sí y con los hombres, en procura de las frutas, de los hongos, de la sal. Yo iba por el bosque y veía al sol bajar,a la vez, en varios lugares; cuatro o cinco soles, redondos, blancos como la nieve, de largos hilos. Mi padre era el príncipe de los prados. Pero algunas mañanas lo desconocía, aunque a toda hora soñaba con él. Y, también, olvidé mi nombre (Rosa), y me iba por los prados, y, entonces, nadie se atrevió a llamarme. Y yo pasaba lejos, de sombrero azul, envuelto en llamas.



("medusario", ed. fce, méxico, 1966)

viernes, 20 de julio de 2018

George Bacovia (1881/1957 )

Madrugada



Una taza de café negro...y una lluvia helada.
En el cuarto, el espíritu arde aún coloridamente.
Un vistazo al libro, otro a mi armario,
y mis pasos me conducen hacia fuera, a la madrugada.

Me hace temblar el frío como a un niño
mientras pienso en lo tuyo y lo mío...
Más y más he perdido lo que he tenido;
y llueve, llueve arrepentimiento.

Si camino lo olvido: sigo enamorado...
He llegado a tiempo a mi destino y hay donde sentarse,
pero el pensamiento me presiona como un bloque pesado.
Hay visiones...¡Más ya no puedo hablar!


("plomo", versión aleqs garrigóz, inédito)

jueves, 19 de julio de 2018

Margaret Atwood (1939 )

Los exploradores



Los exploradores van a llegar
en pocos minutos
y van a descubrir esta isla.

(Es una isla seca,
rocosa, con sitio
para unos pocos árboles, una fina
capa de tierra; apenas
más grande que una cama.
Así es cómo
nunca la vieron
hasta ahora.)

Ya sus barcos se acercan,
sus banderas ondean,
sus remos empujan el agua.

Van a estar llenos de júbilo
y gritando, al encontrar
que había algo
que no habían encontrado antes,

aunque esta isla no les va a proporcionar
mucho más que un punto de apoyo:
poco para explorar;

pero van a estar sorprendidos

(todavía no los podemos ver;
sabemos que deben estar
llegando, porque siempre vienen
unos minutos demasiado tarde)

(no van a ser capaces
de decir cuánto tiempo
estuvimos perdidos, o por qué,
o, a partir de estos
roídos huesos,
quién fue el superviviente)

con los dos esqueletos.


("hasta donde llega la voz", versión tom maver)

miércoles, 18 de julio de 2018

Gladys González (1981 )

Despedida




me recuesto en la cama
mirando el techo
estas murallas
llenas de papeles adhesivos
escritos
tachados
abro
y cierro los ojos
encegueciéndome
con la luz de la ampolleta
salgo y entro al pasado
sin deseos de hacerlo
como un efecto
de esta despedida
que no tengo deseos
de perseguir
estiro un brazo
y observo mi mano
su aspecto
no es el que recordaba
una mano huesuda
venosa
los dedos engarfados
las uñas amarillas
tres nudillos rotos
el temblor intermitente
del alcohol
y la abstinencia
no tengo deseos
de jugar en la oscuridad
solo quiero estar aquí
observando
mi mano
las citas y fechas perdidas
que alguna vez
me comprometí a cumplir
y que dejé abandonadas
quiero dormir
hasta el día siguiente
sin despertar con resaca
con los ojos pegados
por la pintura negra
y los labios quemados
ya no quiero
estar en batalla
conmigo misma
tan sólo quiero
no levantarme de la cama
descansar

de estos últimos años.



Escarcha



paseo por la cocina
con una taza de té
de amapola
dibujando ciudades
con la escarcha
de mis huesos
escucho
motores de aviones
que practican
horas de vuelo
sobre el techo
de mi pequeña casa
el sonido
de la lluvia
golpeando
los cardos
de la calle
destrozando

la belleza de lo primitivo.


("internatural")


martes, 17 de julio de 2018

Louise Glück (1943 )

La terquedad de Penélope



Un pájaro llega a la ventana. Es un error

considerarlos solamente

pájaros, muy a menudo son

mensajeros. Por eso, una vez

se precipitan sobre el alfeizar, se quedan

perfectamente quietos, para burlarse

de la paciencia, alzando la cabeza para cantar

pobrecita, pobrecita, un aviso

de cuatro notas, para volar luego

del alfeizar al olivar como una nube oscura.

¿Pero quién enviaría a una criatura tan liviana

a juzgar mi vida? Tengo ideas profundas

y mi memoria es larga; ¿por qué iba a envidiar esa libertad

cuando tengo humanidad? Aquellos

que tienen el corazón más diminuto son dueños


de la mayor libertad.


("eterna cadencia", trad. andrés catalán)

lunes, 16 de julio de 2018

Mario Montalbetti (1953 )

Traducción radical



Enseñarle castellano a un perro
es la verdadera enseñanza.
“Nunca va a aprender”, dicen.
¿Por qué? ¿Acaso el castellano
es cuestión de inteligencia? Tal vez
será mejor aprender a ladrar entonces.
¿Por qué no lo podemos hacer?
¿Por qué somos demasiado inteligentes?
Me gustaría decir “yo te quiero”
ladrando. Un perro es un verdadero
otro. Alguien que no comparte
mis reglas. Casi ninguna. A veces
decimos algo y el perro acude.
A veces el perro ladra y lo ignoramos.
En comparación, aprender aymara
(dialecto moqueguano, digamos)
es sencillo. Se puede hacer.
Tal vez la pronunciación no sea
perfecta, pero nos dejamos entender.
¿Cómo será ladrar con acento humano?
Los perros reirían sin parar.

“¿Y este de dónde salió?” dirán.


Mi (poema de amor)

Vendí todas mis alcachofas

por un boleto al lugar en que vives.

Ningún percance.

El tren salió en horario

sol y vacas gordas todo el camino.


Pero tu pueblo no apareció nunca.



("eterna cadencia")

domingo, 15 de julio de 2018

Uriel Martínez (1950 )

El retablo



Doy gracias a san J
cada que salgo del sueño
y voy y orino
frente a la noche muda

Agradezco también abrirme
la bragueta con la mano
de siempre y esperar el goteo
hasta la última perla

Recibe santo milagroso
este retablo concebido
sin mala leche ni brizna
alguna de ironía

Permite entonces que nunca,
mientras viva, equivoque
el orden de agujetas, calzones
térmicos y medicinas
de la "a" a la "zeta"



[Inédito]

sábado, 14 de julio de 2018

Gabriel Jiménez Emán (1950 )




Oda a los licores en las tabernas

                                                   a orlando araujo


Luego de una noche parecida a un día despierto
Me dirigí a una de tantas barras
A consultar el oráculo de la existencia
Y éste me dijo lo siguiente sobre mi porvenir en las cálidas barras:
De la cerveza que remoja la memoria en canciones de antes
Es una cerbatana saltando de una a otra hoja húmeda del cuarto de baño
Una dulce agua egipcia para refrescar el alma
Con su espuma densa y seca ha sido nuestra cónyuge desde el bachillerato
Lloviendo sobre cada suspiro y cada congoja
Del whisky como oro en los placeres desconocidos debo decir que nunca
Me ha dejado plantado el muy pícaro siempre me sigue a las alcobas
Tratando de interpretar mi corazón
Salta sobre las sábanas como un animal rubio
Los hielos lo aman licúan sus lágrimas en la mañana
En cambio el transparente vodka me devuelve la memoria
Sobrelleva los recuerdos y los conduce por pasillos brillantes
Desenfunda sus limones y pone a conversar los tonics en patios verdes
Siempre es una promesa que me nombra con sus labios fragantes
La olorosa ginebra le hace competencia en tardes de piscinas
Transparencias turquesas se ahogan en los crepúsculos tratando de salir a flote
Nadando de la cosmopolita Italia viene el Campari a buscarnos
En la adolescencia nos hace probar su amargo sabor de mujer
Entonces nos sentimos más despiertos para compartir la sinuosa tarde
La ancha tarde de los bulevares primorosos
Cuba cubata libre azarosa de rones del trópico
Me hiciste sentir un marino en medio de puertos que decían adiós
Me hiciste oler a barril envejecido de barcos
A trasatlántico asombrado que se pierde en el humo
Mientras las melancólicas gaviotas custodian los caprichos del mar
Y qué decir de los bosques perdidos del anís
Donde la adolescencia se esfumó entre los tocadiscos en plazas y parques
Ahí donde la música salsosa nos sorprendió estudiando biología
Pero era más parecido a la palabra álgebra
El anís turgente blanqueado a veces con el cálido hielo del espíritu
La menta la fragante menta verdiblanca que en el centro de las mesas del gran restorán
Se desliza bajo los manteles y sopla con su aliento de golosinas callejeras
Y el brandy aquel que se derramaba en el páramo en busca de las nieves
Su olor espeso por sí solo me hacía palpitar las sienes y tenía que dejarlo
Qué lástima por ti brandy aunque pude vengarme en España por obra de los carajillos
De los cafés de las cinco de la tarde a orillas de las ramblas
Y dónde están ahora vinos míos arenques misteriosos reclamados por las uvas
En los prados de Francia o Chile
Qué importa son ellos vinos blancos en botellas ámbar ahora descorchadas quienes me permiten recordar
Los queridos diciembres míos donde baño mi nostalgia en vino tinto
En sedoso vino que curte mi lengua y la hace apta para el amor
Para probar la lengua de mujer con aliento de guanábana
El vino afrutado que busca a su hermano el queso en los rincones de las cocinas
Y las migas de pan en los desórdenes de la mañana
Uva amada mía madre de todos los vinos de esta tierra increíble
Yo te amo en tu verde dulce pequeñito o en tu glotón estado de rojo gozoso
En tu rosado paso por la brevedad de la vida
O tú lujoso champán que suenas en las fiestas donde van mujeres
Con jugosos senos orlados de vestidos negros y rubias pelucas
Joya de la espuma champán te pareces a un príncipe solitario te pareces
A los campos fértiles donde los buenos libros explayan su luz
Licores de todos los nombres vosotros me habéis dado de puntapiés en la conciencia
Me habéis castigado duro con vuestro terrible alcohol
Me habéis hundido en gloriosas pesadillas y hecho delirar al borde del viaje
En los ríos en las habitaciones desoladas de los suburbios
En los departamentos alquilados por viudas de ojos tristones
En los penthouses de los hoteles de cinco estrellas cabizbajas
En la soledad de las cocinas donde cavilo mientras trabo amistad con las moscas
Enajenado por el dulce suicidio he dejado mi pistola de píldoras
Al borde de la mesa de noche
Y he vuelto otra vez a la vida He caminado por las aceras como si
Estuviese naciendo
Naciendo ahora estoy al invocarlos compañeros crueles
Que aguardáis en las tabernas tan quietos
Tan míos y puntuales
Como mi nombre


("editorial letralia")

viernes, 13 de julio de 2018

Natan Zach (1930 )

En contra de la separación



Mi sastre está en contra de la separación.
Por eso, dice, no se va; no quiere separarse
de su única hija. Está definitivamente
en contra de la separación.

Una vez se separó de su esposa
y nunca más la vio (Auschwitz). Se separó
de sus tres hermanas y tampoco jamás
volvió a verlas (Buchenwald). Una vez
se separó de su madre (su padre
murió de viejo). Ahora
está en contra de la separación.

En Berlín él era
el mejor amigo de mi padre.
Pasaron buenos tiempos en aquel Berlín. Ese tiempo
pasó. Ahora nunca se irá. Ahora, está
definitivamente (mi padre
murió entre tanto),

en contra de la separación.


("apología de la luz", trad. jenaro talens)

jueves, 12 de julio de 2018

Berta Piñán (1974 )

El daño






Imito los modos de una joven

pero no lo soy.

Soy esa otra que estrenó

mil veces, insomne,

la mañana,

la que sintió miedo y frío

entre unos brazos

—y allí mismo se abrieron las herida—.

Soy la que probó la navaja

de la soledad adentrándose, impúdica,

en la carne,

la que presintió la barbarie,

la que claudicó,

la que sobrevivió,

la que durmió mientras enterraban

a los suyos.

Soy la que siempre supo quién susurraba

al otro lado de la puerta,

la que contempló una libélula,

azul como el mediodía, azul,

detenerse en el borde de una hoja

—y la muerte también se detuvo allí

por un instante—.

Soy la que escuchó en la noche más larga

crecer palabras de amor, morir

palabras de amor

mientras, afuera, la tormenta gemía

como un soldado moribundo

en la trinchera.

Imito los modos

de una joven

pero mis versos están gastados,

usados para tapar fugas,

agujeros de otras vidas

que nunca son la mía.

Quiero parecer una joven

pero las manos me delatan,

las manchas, los dientes

me delatan.



Quiero imitar los modos de una joven

pero tengo miedo de los coches

que atraviesan las calles

a mi paso,

del silbido que sale

de mis bronquios,

del aire de plomo que respiran

mis hijas.

Sometido a la tortura de los años,

mi cuerpo —enemigo— me señala.

Como perros hambrientos, mis dedos

escarban, furiosos, en la grieta.




Y el daño sigue ahí.



("la tribu")

miércoles, 11 de julio de 2018

Elvira Hernández (1951 )


Dos poemas



el lapsus que es el tiempo sin medida
Teófilo Cid

¿Por qué no entregas el cuerpo para el puchero?
¿La paletilla para el santiamén de la lengua?
¿No sabes del hambre y su ensoñación superlativa?
¿A dónde vas con tanta tibieza aprisionada?
¿Por qué dejas abierta la puerta de entrada y cierras la salida?
¿Y diseminas palabras sucias que son verdaderas joyas?
¿Y te quitas el brazo y lo cuelgas a 10 cms. del juicio?
Dime ¿dónde está la Plaza de los Estambres en esta sociedad?




Hora mañanera


Bajo el limonero
el gato siamés medita
entrecierra los ojos
pareciera que nada ve.
Mueve las orejas parabólicas
olfatea el perfume que flota
el olor de las plumas tibias de las tórtolas
suspendidas lejos de sus patas.

A cinco casas de ahí
le esperó un plato de comida preparada.
En sí mismo sabe
que la muerte está ya

a pocos pasos.


("cátedra de poesía hispanoamericana" y "the clinic")

martes, 10 de julio de 2018

Ezra Pound (1885/1972 )

Mandato



 Id, canciones mías, a los solitarios y a los insatisfechos,
id también a los atormentados, a los esclavos de convencionalismos,
llevadles mi desprecio por sus opresores.
Id como una gran ola de agua fría,
llevad mi desprecio por los opresores.

Hablad en contra de la opresión inconsciente,
hablad en contra de la tiranía de los que no tienen imaginación,
hablad en contra de las cadenas.
Id a la burguesa que se muere de hastío,
id a las mujeres de las zonas residenciales.
Id a los odiosamente casados,
id a aquellos que ocultan su fracaso,
id a los desafortunadamente emparejados,
id a la esposa comprada,
id a la mujer impuesta.

Id a aquellos que tienen delicada lascivia,
id a aquellos cuyos delicados deseos están frustrados,
id como una plaga contra la estupidez del mundo;
id con vuestro filo contra esto,
fortaleced las sutiles cuerdas,
traed confianza a las algas y tentáculos del alma.

Id de forma amistosa,
id con un discurso abierto.

Ansiad hallar nuevos males y un nuevo bien,
estad en contra de todas las formas de opresión.
Id a aquellos endurecidos por la mediana edad,
a aquellos que han perdido el interés.

Id a los adolescentes asfixiados en la familia
¡oh, qué horribles es
ver tres generaciones reunidas en una casa!
Es como un árbol viejo con retoños
y con ramas podridas que se caen.

Salid y desafiad la opinión,
id contra esta vegetal esclavitud de la sangre.

Id contra todas las clases de manos muertas.



("ámbar y supnk", s/c al traductor)

lunes, 9 de julio de 2018

Teresa Calderón (1955 )

Poemas
I

He aguzado el olfato
para husmearla mejor en tus camisas
en los jardines de tu pecho.
Si captaras la sutileza de mi oído
qué magnífico espectáculo
pegado a las puertas
el ojo a las cerraduras
como el náufrago a su tabla
y todo el océano para él solo.



II
Más vale que te cuides.
Tú sabes una caída en la ducha
esas son caídas fatales me entiendes
un remedio de más o equivocado te fijas
un accidente casero cualquiera tiene en la vida
arreglabas un enchufe y ¡oh, sorpresa, Fiat Lux! me comprendes
o el cuchillo de cocina guardado adentro de la cama
o el gas lento pero seguro no olvidemos.
Por eso, cuídate mejor que te encuentre confesado
oleado sacramentado y todo si te descubro amadísimo héroe.


("cátedra de poesía")

domingo, 8 de julio de 2018

Uriel Martínez (1950 )

Hotel Conde



De pie, cruzado de brazos
como vigía del mundo
estoy a las puertas
del Hotel Conde.
De aquí salen parejas
agradecidas con la noche,
la lluvia; con todos.
Desde aquí escucho
ladridos de mascotas,
la piel tenue de felinos
que esperan un bocado.
No espero la lluvia
ni espero ventarrones
que cierran de golpe puertas,
ojos y ventanas.
Quizá me alcancen los primeros
rayos de sol de un jueves,
un lunes, un mayo
que ya se acerca.
De pie, cruzado de brazos
aquí permaneceré
hasta tu arribo.



[Inédito]

sábado, 7 de julio de 2018

Ciaran Carson (1948 )

Una noche fuera



Cada jueves al apretar el botón de latón de la alambrada galvanizada
Una figura aparece un momento al final del iluminado pasaje de hormigón,
Luego desaparece. La puerta chirría al abrirse y da un portazo
/justo detrás de nosotros.
Entonces atravesamos la robusta puerta giratoria de polietileno
/semi-opaca que deben haber traído
De un hospital. En el bar, de nuevo la mirada inquisitiva.
Siete whiskys después, la banda entonaba el Four Green Fields.
Desde algún sitio más allá de los muros de ladrillo
/nos llegaba el ritmo roto
De una ametralladora. Un coro rasgado. Así la frase de la noche
Está puntuada completamente por rondas de bebidas, de balas, de aplausos.


("otra iglesia es imposible", trad. josé maría aguilera gómez)

viernes, 6 de julio de 2018

Ángel Crespo (1926/ 1995 )

El muro
             


El peregrino llega junto al muro,
ya sin aliento, apoya en él las manos
y la frente, buscando refrigerio:

mas pronto las aparta, que unas manos
y una encendida frente
lo sostienen del otro lado.


("poemas poetas" y muro fb de daniel montoly)

jueves, 5 de julio de 2018

Alí Chumacero (1918/2010)

Monólogo del viudo



Abro la puerta, vuelvo a la misericordia
de mi casa donde el rumor defiende
la penumbra y el hijo que no fue
sabe a naufragio, a ola o fervoroso lienzo
que en ácidos estíos
el rostro desvanece. Arcaico reposar
de dioses muertos llena las estancias,
y bajo el aire aspira la conciencia
la ráfaga que ayer mi frente aún buscaba
en el descenso turbio.

No podría nombrar sábanas, cirios, humo
ni la humildad y compasión y calma
a orillas de la tarde, no podría
decir "sus manos", "mi tristeza", "nuestra tierra"
porque todo en su nombre
de heridas se ilumina. Como señal de espuma
o epitafio, cortinas, lecho, alfombras
y destrucción hacia el desdén transcurren,
mientras vence la cal que a su desnudo niega
la sombra del espacio.

Ahora empieza el tiempo, el agrio sonreír
del huésped que en insomnio, al desvelar
su ira, canta en la ciudad impura
el calcinado son y al labio purifican
fuegos de incertidumbre
que fluyen sin respuesta. Astro o delfín, allá
bajo la onda el pie desaparece,
y túnicas tornadas en emblemas
hunden su ardiente procesión y con ceniza
la frente me señalan.




("material de lectura", unam)

miércoles, 4 de julio de 2018

Luis García Montero (1958 )

Cuarentena



tags: Poesía
Con qué ferocidad y a qué hora importuna
salen tus veinte años de la fotografía
para exigirme cuentas.
En los ojos heridos por la luz
sostienes la mirada de mis sombras,
en el descaro de tus profecías
desdeñas la lealtad de mis recuerdos,
en la piel transparente
anegas el cansancio de mi piel
y defines mis años por traiciones.

No escandalices más,
hablemos si tú quieres,
elige tú las armas y el paisaje
de la conversación,
y espera a que se vayan
los invitados a la cena fría
de mis cuarenta años.
Por evaporaciones,
como las aguas sucias de los charcos
se acercan a las nubes,
caminaré contigo
hasta la plaza de tu juventud.
Allí están los magníficos
árboles de las ciencias y las letras
con sus palabras en el mes de mayo,
y el orden de los números
a la orilla del tiempo,
más cerca de las sumas que de las divisiones.

Imagino tu voz, supongo el aire
—porque a veces regresa hasta mis labios
en noches de espesura—
con el que afirmarás
que toda libertad es una roca,
que no faltan el viento y las razones,
sino la voluntad en el timón,
para gritar después que mi conciencia
es ya ropa tendida,
palabras puestas a secar.

Tendrás razón. No digo
ni la mitad de lo que siento.
Pero recuerda que mi soledad,
la que arde en mi lámpara de desaparecido,
es el silencio de las causas públicas.
Y puedes comprenderme:
mis mujeres dormidas,
el cajón de los barcos indefensos,
un teléfono antiguo…,
todas las tachaduras se parecen
a la inquietud que sufres
ante la vida en blanco.

Ya que fuerzas mis sombras con tu luz
comprende mi silencio en tus exclamaciones.
Porque sabes que sé
el lado frágil de la impertinencia,
lo que hay de imitación en tu seguridad,
la certeza que llega de los otros
para empujarte
por el afán de ser el elegido,
por el deseo de gustar,
hasta vivir de oídas en muchas ocasiones.

Aceptaré las quejas, si tú me reconoces
la legitimidad de la impostura.

Ahora que necesito
meditar lo que creo
en busca de un destino soportable,
me acerco a ti,
porque sabías meditar tus dudas.
Cuando tengas la edad que se avecina,
admitirás el tiempo de los encajadores,
la piel gastada y resistente,
el tono bajo de la voz
y el corazón cansado de elegir
sombras de pie o luz arrodillada.

Después de lo que he visto y lo que tú verás,
no es un mal resultado, te lo juro.
Baja conmigo al día,
ven hasta los paisajes verdaderos
en los que discutimos,
y me agradecerás

la difícil tarea de tu supervivencia.


("life vest under your seat")

martes, 3 de julio de 2018

Alberto Szpunberg (1940 )

Bando



A ver ese fuego los que traen
la leña los residuos
rápido mis trozos de corazón
mis huesos para darles duro
a ver esos dónde están que convocaron huracanes
para hurgar la brecha bogar en sus barquitos
las cenizas empecinadas aporreadas relocas
a ver los quemados los ahogados
los inundados los desbordes
paso a mis grandes resuellos
que vienen degollando

vos, pedazo de amor, plantate acá


("malabia")

lunes, 2 de julio de 2018

George Bacovia (1881/1957 )

Plomo invernal



Y otra vez, la misma hora en la mañana...
el mismo secreto latente sobre todo.
Un frío violeta la cara nos crispa.
¡Oh que inflexible se ha vuelto el hombre...!

Largo tedio en las torres sombrías,
supersticiones de tardo permanecer.
Necesitarás una lámpara para las deprimentes sombras
mientras los cuervos atraviesan la noche salvaje.

Entre tormenta y tormenta puedes escoger
entre una cruda aceptación, o un humor negro.
Te escucharán desde las torres, mirarán como nieva.
¡Oh, qué inflexible se ha vuelto el hombre...!



Frío



Cerca de una valla rota
el viento me golpea con hojas mojadas.
Estoy cada vez más feo, más acabado.
El frío va empañando los vidrios.

Sobre la calle que se inclina en descenso
hace un otoño parecido a un poema viejo.
Las faldas de las mujeres se levantan por el viento;
nunca podré hacer pareja con alguna de ellas.

El otoño desgarra carteles y flores.
Y es cada vez más triste, lejos, en los barrancos,
encender el fuego varias veces al día.
Ah, más triste todavía, lejos, en los barrancos...
Hojuelas de nieve revolotean...


("plomo", material inédito, trad. aleqs garrigóz)

domingo, 1 de julio de 2018

Efraín Huerta (1914/1982 )

Canción de la doncella del alba

                                              para thelma


Se mete piel adentro
como paloma ciega,
como ciega paloma
cielo adentro.

Mar adentro en la sangre,
adentro de la piel.
Perfumada marea,
veneno y sangre.

Aguja de cristal
en la boca salada.
Marea de piel y sangre,
marea de sal.

Vaso de amarga miel:
sueño dorado,
sueño adentro
de la cegada piel.

Entra a paso despacio,
dormida danza;
entra debajo un ala,
danza despacio.

Domina mi silencio
la voz del alba.
Domíname, doncella,
con tu silencio.

Tómame de la mano,
llévame adentro
de tu callada espuma,
ola en la mano.

Silencio adentro sueño
con lentas pieles,
con labios tan heridos
como mi sueño.

Voy vengo en la ola,
coral y ola,
canto canción de arena
sobre la ola.

Oh doncella de paz,
estatua de mi piel,
llévame de la mano
hacia tu paz.

Búscame piel adentro
anidado en tu axila,
búscame allí,
amor adentro.

Pues entras, fiel paloma,
pisando plumas
como desnuda nube,
nube o paloma.

Debo estar vivo, amor,
para saberte toda,
para beberte toda
en un vaso de amor.

Alerta estoy, doncella
del alba; alerta
al sonoro cristal

de tu origen, doncella.


("cómo cantaba mayo")