jueves, 26 de julio de 2018

José Eugenio Sánchez (1965 )

Carta de un suicida
             



no fue el dardo que dio en el centro
tampoco el veneno ni la mariposa que traía en la punta
no fue un golpe de suerte
quizá un poco de paciencia                                       y claro
un blanco débil
no se culpe a esta mujer de haberme volado la cabeza
de traer hasta mis labios la canción de su cintura
no se le tome venganza
no se me tome cariño
tampoco la detengan es su descarnizada pasión al desnudarse
sólo prendan las velas
súbanle a la música
que no falte queso ni vino
en invierno
las catástrofes requieren sutileza
hoy el asunto es otro: como confiar en el azar si es un padrote



Si no es con tu presencia
             
esa canción se toma mi vida de un sólo trago
esa canción me detiene en los muelles de tus piernas
esa canción
es una esponja en tu mirada y me lleva
de tu sombra a tu bahía
esa canción
es una copa de nocturno tinto
y tengo sed de luz
cruda de estrellas



De pronto new york se quedó sin joseph brodsky
             


pasan las risotadas de un carro antiguo
un tipo tembloroso te ofrece lo que quieras
las prostitutas en abrigo se cubren el viento entre ellas
unos uniformados salen de un bar completamente ebrios
un vagabundo extiende la mano
al final de la calle se enciende la torreta
de una patrulla de policía que despacito vira hacia la derecha
una pareja sale del teatro
dos negros conversan
y en el aparador de enfrente
cuelgan silenciosas
un par de medias de seda
que parecen ser más imprescindibles que nosotros



("poetas poemas")

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