Mi madre me estaba dando el pecho...
Mi madre me estaba dando el pecho
cuando mi padre consiguió un trabajo
del que no se movió en treinta años.
Imaginó, que a cambio de su fidelidad,
la empresa le gratificaría, cerca de su jubilación,
con un reloj de oro, una placa o un viaje a Torremolinos,
pero no, le dieron una patada en el culo
y a base de cambiarse de nombre,
resulto, que después de treinta años
mi padre no había trabajado allí ni treinta días.
Cada mañana, para el control de parados,
nos presentamos juntos en el INEM,
primero le nombran a él
y después me nombran a mí.
Hay gente que se siente satisfecha viendo a sus hijos imitarles,
me pregunto qué opinará él de todo esto.
("apología de la luz")
viernes, 31 de marzo de 2017
jueves, 30 de marzo de 2017
Gemma Gorga (1968 )
Clausura
Estoy encerrada en la cuna, no sé
cuántos años tengo. Estoy encerrada en este
despacho, no sé qué hora es. Encerrada
en un somnífero, ya sin preguntas.
Encerrada en un nombre propio -¿quién me invoca,
quién me convoca?-. Encerrada en un planeta
invisible a la lente del telescopio.
Encerrada en un árbol genealógico,
las raíces podridas por un exceso de agua
en los ojos. Encerrada en las cuarenta y cinco
velas del pastel. Encerrada en un saco,
el oxígeno siempre insuficiente,
escaso como las respuestas con sentido.
Encerrada en una caja de zapatos
-de cuando en cuando, una mano piadosa
deja caer cuatro hojas de morera
para hacerme feliz-. Encerrada en mi propio
encierro, en las piedras con las que levanto
la sombra del muro, en la boca y la saliva
que no doy, en esta voz que rueda
paladar adentro, menguando sin prisa,
concentrada, concéntrica, constante.
Como un universo en regresión.
[]http://www.elcultural.es/blogs/rima-interna]
Estoy encerrada en la cuna, no sé
cuántos años tengo. Estoy encerrada en este
despacho, no sé qué hora es. Encerrada
en un somnífero, ya sin preguntas.
Encerrada en un nombre propio -¿quién me invoca,
quién me convoca?-. Encerrada en un planeta
invisible a la lente del telescopio.
Encerrada en un árbol genealógico,
las raíces podridas por un exceso de agua
en los ojos. Encerrada en las cuarenta y cinco
velas del pastel. Encerrada en un saco,
el oxígeno siempre insuficiente,
escaso como las respuestas con sentido.
Encerrada en una caja de zapatos
-de cuando en cuando, una mano piadosa
deja caer cuatro hojas de morera
para hacerme feliz-. Encerrada en mi propio
encierro, en las piedras con las que levanto
la sombra del muro, en la boca y la saliva
que no doy, en esta voz que rueda
paladar adentro, menguando sin prisa,
concentrada, concéntrica, constante.
Como un universo en regresión.
[]http://www.elcultural.es/blogs/rima-interna]
miércoles, 29 de marzo de 2017
Robert Creeley (1926/2005 )
La lluvia
Toda la noche el sonido había
regresado nuevamente,
y nuevamente cae
esta tranquila, agua persistente.
¿Qué es lo que soy para mí
que debe ser recordado,
en lo que se debe insistir
tantas veces? Es acaso
que nunca la serenidad,
incluso la dureza,
de la lluvia cayendo
habrá de tener para mí
algo distinto de esto,
algo no tan insistente—
habré de ser encerrado en esta
incomodidad final.
Amor, si me amás,
recuéstate a mi lado.
Sé para mí, como la lluvia,
el salirse
del cansancio, de la vanidad, de la semi-
lujuria de la indiferencia intencional.
Permanece mojada
con una decente felicidad.
("al pial de la palabra", vers. esteban moore)
Toda la noche el sonido había
regresado nuevamente,
y nuevamente cae
esta tranquila, agua persistente.
¿Qué es lo que soy para mí
que debe ser recordado,
en lo que se debe insistir
tantas veces? Es acaso
que nunca la serenidad,
incluso la dureza,
de la lluvia cayendo
habrá de tener para mí
algo distinto de esto,
algo no tan insistente—
habré de ser encerrado en esta
incomodidad final.
Amor, si me amás,
recuéstate a mi lado.
Sé para mí, como la lluvia,
el salirse
del cansancio, de la vanidad, de la semi-
lujuria de la indiferencia intencional.
Permanece mojada
con una decente felicidad.
("al pial de la palabra", vers. esteban moore)
martes, 28 de marzo de 2017
Claribel Alegría (1924 )
¿Cómo será el encuentro?
¿Cómo será el encuentro?
Descarnados los dos
sin tu mirada
sin mis labios
posándose en los tuyos.
Partículas de luz quizá seremos
que se atraen
se buscan
se amalgaman.
¿Cómo será el encuentro?
Descarnados los dos
sin tu mirada
sin mis labios
posándose en los tuyos.
Partículas de luz quizá seremos
que se atraen
se buscan
se amalgaman.
("rua das petras")
lunes, 27 de marzo de 2017
Miguel Torga (1907/1995 )
Libro de horas
Aquí, frente a mí mismo
yo, pecador, me confieso
de ser así como soy.
Me confieso lo bueno y lo malo
que va en el timón de la nave
en esta deriva en que voy.
Me confieso
poseso
de virtudes teologales
que son tres,
y de los pecados mortales,
que son siete,
cuando la tierra no repite
que son más.
Me confieso
el dueño de mis horas
de las cuchilladas ciegas y rabiosas
y de las ternuras lúcida y mansas.
Y de ser, de cualquier modo
andanzas
del mismo todo.
Me confieso de ser charco
y luna de charco, la mezcla.
De ser la cuerda del arco
que tira las saetas por arriba
y debajo de mi estatura.
Me confieso de ser todo
lo que pueda nacer de mí.
De tener raíces en el suelo
de mi propia condición.
Me confieso de Abel y de Caín.
Me confieso de ser hombre.
De ser un ángel caído
del cielo que dios gobierna;
de ser un monstruo salido
del hoyo más hondo de la caverna.
Me confieso de ser yo.
¡Yo, tal como vengo
a decir que soy yo
delante de mí!
("círculo de poesía", ver. mijail lamas)
Aquí, frente a mí mismo
yo, pecador, me confieso
de ser así como soy.
Me confieso lo bueno y lo malo
que va en el timón de la nave
en esta deriva en que voy.
Me confieso
poseso
de virtudes teologales
que son tres,
y de los pecados mortales,
que son siete,
cuando la tierra no repite
que son más.
Me confieso
el dueño de mis horas
de las cuchilladas ciegas y rabiosas
y de las ternuras lúcida y mansas.
Y de ser, de cualquier modo
andanzas
del mismo todo.
Me confieso de ser charco
y luna de charco, la mezcla.
De ser la cuerda del arco
que tira las saetas por arriba
y debajo de mi estatura.
Me confieso de ser todo
lo que pueda nacer de mí.
De tener raíces en el suelo
de mi propia condición.
Me confieso de Abel y de Caín.
Me confieso de ser hombre.
De ser un ángel caído
del cielo que dios gobierna;
de ser un monstruo salido
del hoyo más hondo de la caverna.
Me confieso de ser yo.
¡Yo, tal como vengo
a decir que soy yo
delante de mí!
("círculo de poesía", ver. mijail lamas)
domingo, 26 de marzo de 2017
Martín Adán (1908/1985 )
La piedra absoluta
(fragmento)
Poesía se está de fuera:
Poesía es una quimera
Que oye ya a la vez y al dios.
Poesía no dice nada:
Poesía se está callada,
Escuchando a su propia voz
Como se va vida,
O como crece pelo de cadáver,
Estás tú, piedra aviternísima, piedra ilusa,
Entre las cosas reales.
Eternidad haraposa,
Firmeza sin edades,
Y un cordero de debajo que bebe el agua,
Y los cielos infinitos y con hambre...
Todo lo humano lo vi en ti,
Bestia mía y lejana, abiertas las fauces...
Todo de acto cumplido,
Y acezante...
Para cuando te estés muerto todavía,
Yo mismo, eres la muerte.
Eres yo mismo alguna vez
Entre las veces,
Entre las cosas,
Entre los quienes...
Pero tú, piedra enquistada,
¿Quién eres?
¿A quién voy entre los seres?
¿A qué tiempo, a qué futuro
iré con mis míes y mis desdenes
y con mis piedras recónditas,
yo mismo, nube de mí mismo, celeste?
La desesperación es una playa,
Sábelo, recóndita, alta piedra.
La Desesperación está contigo
Como tu piel o la miel de la abeja.
La Desesperación es un cielo
O una hembra o una piedra o una yedra.
La Desesperación no tiene otro
Límite que tu invocarla a ciegas.
La Desesperación está delante
De ti ahora: ahora es nueva,
Con sus monstruos invisibles de siempre
Y sus abiseles de fuera;
Con sus demonios de debajo, verdes,
Y con su cumbre, desierta.
Entre oleaje de roca, a ti llegué,
Muerto y vivo, con mortaja de yerba.
("casa barbieri" blogspot)
(fragmento)
Poesía se está de fuera:
Poesía es una quimera
Que oye ya a la vez y al dios.
Poesía no dice nada:
Poesía se está callada,
Escuchando a su propia voz
Como se va vida,
O como crece pelo de cadáver,
Estás tú, piedra aviternísima, piedra ilusa,
Entre las cosas reales.
Eternidad haraposa,
Firmeza sin edades,
Y un cordero de debajo que bebe el agua,
Y los cielos infinitos y con hambre...
Todo lo humano lo vi en ti,
Bestia mía y lejana, abiertas las fauces...
Todo de acto cumplido,
Y acezante...
Para cuando te estés muerto todavía,
Yo mismo, eres la muerte.
Eres yo mismo alguna vez
Entre las veces,
Entre las cosas,
Entre los quienes...
Pero tú, piedra enquistada,
¿Quién eres?
¿A quién voy entre los seres?
¿A qué tiempo, a qué futuro
iré con mis míes y mis desdenes
y con mis piedras recónditas,
yo mismo, nube de mí mismo, celeste?
La desesperación es una playa,
Sábelo, recóndita, alta piedra.
La Desesperación está contigo
Como tu piel o la miel de la abeja.
La Desesperación es un cielo
O una hembra o una piedra o una yedra.
La Desesperación no tiene otro
Límite que tu invocarla a ciegas.
La Desesperación está delante
De ti ahora: ahora es nueva,
Con sus monstruos invisibles de siempre
Y sus abiseles de fuera;
Con sus demonios de debajo, verdes,
Y con su cumbre, desierta.
Entre oleaje de roca, a ti llegué,
Muerto y vivo, con mortaja de yerba.
("casa barbieri" blogspot)
sábado, 25 de marzo de 2017
Derek Walcott (1930/2017 )
Estrella
Si, real, empalideces a la luz de las cosas,
incluso pálidamente apartada de nosotros,
con apropiada e inamovible distancia,
tú puedes, igual que la luna
abandonó a la noche entre las hojas,
complacer invisiblemente esta casa;
oh, estrella, dos veces compasiva, que llegaste
demasiado pronto para el ocaso, demasiado tarde
para el alba, que tu pálida llama
guíe con la pasión
del pleno día
lo peor que hay en nosotros
a través del caos
("cómo cantaba mayo en la noche",trad. de josé carlos llop),
Si, real, empalideces a la luz de las cosas,
incluso pálidamente apartada de nosotros,
con apropiada e inamovible distancia,
tú puedes, igual que la luna
abandonó a la noche entre las hojas,
complacer invisiblemente esta casa;
oh, estrella, dos veces compasiva, que llegaste
demasiado pronto para el ocaso, demasiado tarde
para el alba, que tu pálida llama
guíe con la pasión
del pleno día
lo peor que hay en nosotros
a través del caos
("cómo cantaba mayo en la noche",trad. de josé carlos llop),
viernes, 24 de marzo de 2017
Derek Walcott (1930/2017 )
En Italia
I
La carretera apoya el hombro contra un muro de piedra,
caminos de adoquines, ciudades en sus colinas con plazas
del tamaño de un sello y un mar añorado por la flecha
del horizonte tembloroso, con nombres que no marchitan
los siglos y sombras que son la esfera del tiempo. La luz
es más antigua que el vino y las nubes son como un mantel
extendido para almorzar bajo las ramas. Muy tarde
he llegado a Italia, y mejor que haya sido así,
mejor ahora que en esa juventud que nunca está satisfecha,
cuyas alegrías son traicioneras, mejor ahora que mi cabello rima
con esas lejanas crestas, ahora que las campanas en sus torres
sobre las colinas hacen recuento de mis errores,
porque no estamos nunca donde estamos, sino en otro lugar,
aunque estemos en Italia. Esa es la soportable verdad
de la edad madura; tú haz recuento de tus bendiciones -estos
campos de girasoles, la rota luz de las colinas, la neblina
del invisible Adriático- mientras el día espera aún
su oportunidad, la sombra de una nube que se desliza colina abajo.
II
Las ventanas azules, la colcha de color limón,
la certeza de que el mar espera tras la avenida
con balcones y bicicletas, el gélido tráfico
y su humo que se mezcla con el café: interiores pasajeros,
sábanas pasajeras, y la pasajera visión
de hoteles con palmeras altivas comidos por la sal del mar,
a pesar de que el verano es serio
y se ha producido un inevitable adiós a las armas,
un adiós a la belleza que desaparece con su cabello atormentado.
De nuevo perdido el eje, el amor
cojea en el centro de tu cuerpo por la sacudida
del coche mientras va dejando atrás tejados y playas
de la costa ligur. Las cosas pierden también el equilibrio
y se tambalean por muy débilmente que la memoria las golpee.
Tú esperas revelaciones, delfines saltarines,
ruiseñores dispuestos a romper sus gargantas,
esperas la campana en la torre que absuelva tus pecados
como las recogidas redes de los barcos que por fin regresan.
("el cultural", trad. martín lópez-vega)
I
La carretera apoya el hombro contra un muro de piedra,
caminos de adoquines, ciudades en sus colinas con plazas
del tamaño de un sello y un mar añorado por la flecha
del horizonte tembloroso, con nombres que no marchitan
los siglos y sombras que son la esfera del tiempo. La luz
es más antigua que el vino y las nubes son como un mantel
extendido para almorzar bajo las ramas. Muy tarde
he llegado a Italia, y mejor que haya sido así,
mejor ahora que en esa juventud que nunca está satisfecha,
cuyas alegrías son traicioneras, mejor ahora que mi cabello rima
con esas lejanas crestas, ahora que las campanas en sus torres
sobre las colinas hacen recuento de mis errores,
porque no estamos nunca donde estamos, sino en otro lugar,
aunque estemos en Italia. Esa es la soportable verdad
de la edad madura; tú haz recuento de tus bendiciones -estos
campos de girasoles, la rota luz de las colinas, la neblina
del invisible Adriático- mientras el día espera aún
su oportunidad, la sombra de una nube que se desliza colina abajo.
II
Las ventanas azules, la colcha de color limón,
la certeza de que el mar espera tras la avenida
con balcones y bicicletas, el gélido tráfico
y su humo que se mezcla con el café: interiores pasajeros,
sábanas pasajeras, y la pasajera visión
de hoteles con palmeras altivas comidos por la sal del mar,
a pesar de que el verano es serio
y se ha producido un inevitable adiós a las armas,
un adiós a la belleza que desaparece con su cabello atormentado.
De nuevo perdido el eje, el amor
cojea en el centro de tu cuerpo por la sacudida
del coche mientras va dejando atrás tejados y playas
de la costa ligur. Las cosas pierden también el equilibrio
y se tambalean por muy débilmente que la memoria las golpee.
Tú esperas revelaciones, delfines saltarines,
ruiseñores dispuestos a romper sus gargantas,
esperas la campana en la torre que absuelva tus pecados
como las recogidas redes de los barcos que por fin regresan.
("el cultural", trad. martín lópez-vega)
jueves, 23 de marzo de 2017
Dorothy Parker (1893/1967 )
Considerandos
Los ríos empapan.
La altura da vértigos.
Las sogas sofocan.
Las navajas salpican.
El gas apesta.
El veneno da náuseas.
Las pistolas aturden.
Mejor vivir.
("cuaderno de traducciones", ed, fce, méx., 1984, ver. gabriel zaid)
Los ríos empapan.
La altura da vértigos.
Las sogas sofocan.
Las navajas salpican.
El gas apesta.
El veneno da náuseas.
Las pistolas aturden.
Mejor vivir.
("cuaderno de traducciones", ed, fce, méx., 1984, ver. gabriel zaid)
miércoles, 22 de marzo de 2017
Ted Hughes (1930/1998 )
En abril
Las piedras negras
exudan una tenue leche azulada:
un suave animal de paz
atravesó un millón de años,
anteriores los hombros al alba,
velludo el vientre,
y emergió del glaciar.
Tendido ahora a descubierto, asolea
sus huesos enormes, su curtida corambre:
convalece y se endulza,
cuan largo es se estira por leguas,
entorna los ojos en un éxtasis de gato.
("poemas/poems", ed. el tucán de virginia, méx., 1984, trad. ulalume gonzález de león)
Las piedras negras
exudan una tenue leche azulada:
un suave animal de paz
atravesó un millón de años,
anteriores los hombros al alba,
velludo el vientre,
y emergió del glaciar.
Tendido ahora a descubierto, asolea
sus huesos enormes, su curtida corambre:
convalece y se endulza,
cuan largo es se estira por leguas,
entorna los ojos en un éxtasis de gato.
("poemas/poems", ed. el tucán de virginia, méx., 1984, trad. ulalume gonzález de león)
martes, 21 de marzo de 2017
Angelós Sikelianós (1884/1951 )
El suicidio de Atzesivano, discípulo de Buda
Sin flaquear tomó el cuchillo
Atzesivano. Y era su alma
en ese instante blanquísima paloma.
Como cruza una estrella fugaz el inexplorado
tabernáculo del cielo en medio de la noche,
o cae la flor del manzano con la suave brisa,
así su espíritu se desprendió del pecho.
Muertes como ésta no se dan en vano.
Sólo quienes aman la vida
en lo recóndito de su valor primario
pueden segar por propia mano
la noble espiga de una existencia
-que ya declina- con la serena
majestad de un dios.
("cuaderno de traducciones", ed. fce, méx., 1984, trad. carmen chuaqui)
Sin flaquear tomó el cuchillo
Atzesivano. Y era su alma
en ese instante blanquísima paloma.
Como cruza una estrella fugaz el inexplorado
tabernáculo del cielo en medio de la noche,
o cae la flor del manzano con la suave brisa,
así su espíritu se desprendió del pecho.
Muertes como ésta no se dan en vano.
Sólo quienes aman la vida
en lo recóndito de su valor primario
pueden segar por propia mano
la noble espiga de una existencia
-que ya declina- con la serena
majestad de un dios.
("cuaderno de traducciones", ed. fce, méx., 1984, trad. carmen chuaqui)
lunes, 20 de marzo de 2017
H. D. (1886/1961 )
El viento nunca más
El viento nunca más
te abrigará,
la lluvia nunca más.
Ya nunca más
te encontraremos luminoso
en la nieve y el viento.
La nieve se deshace,
la nieve nunca más,
y tú te alejas:
Como un ave que vuela de la mano,
como una luz que surge
del corazón,
tú has partido.
("cuaderno de traducciones", ed. fce, méx., 1984, trad. david huerta)
El viento nunca más
te abrigará,
la lluvia nunca más.
Ya nunca más
te encontraremos luminoso
en la nieve y el viento.
La nieve se deshace,
la nieve nunca más,
y tú te alejas:
Como un ave que vuela de la mano,
como una luz que surge
del corazón,
tú has partido.
("cuaderno de traducciones", ed. fce, méx., 1984, trad. david huerta)
domingo, 19 de marzo de 2017
Uriel Martínez (1950 )
Animal de teatro
Julio Castillo (1944/1988)
Julio Castillo (1944/1988)
1.
En un día como hoy pero del siglo pasado, fuimos José
Alfredo y yo a ver la versión de "Los insectos", de los hermanos
Karel y Josef Capek, al Teatro de la Universidad -llamado también Arcos
Caracol-, puesta en escena del delirante Julio Castillo, que, a mí, me
"abrió" los ojos a un teatro alucinado. Si bien yo recién había
llegado del interior, el diciembre previo, ya traía conmigo el germen del
teatro experimental que había observado en la escenificación de "La
appassionata" (Héctor Azar, 1958), concebida por Alejandro Santiex en
Torreón, con una Catrina que llega por la familia de Gardenia y Sagitario para
llevarlos consigo. Zendejas Pinedo y Uriel salieron de la función fuera de sí,
a raíz de ese primer encuentro con uno de los pilares del llamado, en ese
entonces, teatro de "búsqueda" o de "autor". Era tal la
fiebre del provinciano, que su amigo le preguntó por qué no se dedicaba a
escribir teatro o sobre teatro. Cabe precisar que ambos asistían a un taller de
poética y poesía en el décimo nivel de Torre de Rectoría, UNAM, 1973, donde
habían iniciado amistad.
2.
Quiso el hado me iniciara en el periodismo cultural al
tiempo que cursaba Letras Hispánicas, vehículo inmejorable para un acercamiento
con la gente de teatro. Julio Castillo me había marcado y empecé a cultivar una
asiduidad a los espectáculos. Así fui conociendo espacios como el foro principal
de la Casa del Lago, el teatro y sótanos de Arquitectura, el Teatro de la
Ciudad; o espacios acondicionados exprofeso para una puesta en escena. Así vi
"In memoriam", de Héctor Mendoza, basada en vida y poesía de Manuel
Acuña; "Misterio bufo", de Dario Fo, concebido por Nancy Cárdenas,
"Sólo conciencia de besar" con textos de Vera Larrosa y
escenificación de Carlos Téllez. Hasta que un día los directores se fueron de
este mundo y yo me fui a provincia.
3.
Quisieron los dioses que hoy me desayunara la noticia de que
había muerto la víspera el director José Solé, como en el pasado me tragué la
medicina amarga del fallecimiento de Julio Castillo, a quien le vi la memorable
trilogía "Las dulces compañías", de Óscar Liera, en un espacio de la
colonia Hipódromo Condesa; y a quien anteriormente le vi "Vacío" con
el grupo Sombras Blancas, basado en la vida y obra de la poeta suicida Sylvia
Plath. Sabía que JC estaba enfermo, que le habían ofrecido tratamiento con
piedras preciosas, alhajas, metales, lodo, imanes. Pero él ya estaba por partir
a otra parte, sin nosotros, los suyos. Se decía que iba en busca de su hermano
el Yeyo.
4.
En un día ventoso y frío como hoy, pero de un domingo de
febrero que no quiero acordarme, abrí el cárdex de mis antepasados lejanos y
recientes para evocar a Julio Castillo a quien nunca fui a ver sus espectáculos
al Teatro Blanquita -en homenaje al flaco Agustín Lara y al feísimo Dámaso-;
pero ahí estuvieron, en la pista de los feroces, Celia Cruz (con los puños
cerrados en el pecho, le preguntaba a JC: "cuál le canto, maestro"-,
Ofelia Medina y no sé cuántos. Pero ahora, en un día ventoso y helado como hoy,
como nosotros, cerró sus puertas ese espacio, el Blanquita.
5.
Sea como sea, el periodo vivido por tu servidor en la colonia Hipódromo Condesa de la ciudad de México fue, acaso, una de mis etapas más vitales. Además de JC tuve de vecinos a Vera Larrosa, Hugo Argüelles, Tomás Urtusástegui, Víctor Hugo Rascón Banda (dramaturgos), Daniel Sada (narrador), Luis Zapata y Olivier Debroise, entre otros muchísimos. En ese entonces -década de los años 80-, asistía a un taller de composición dramática presidido por Juan Tovar, junto con Armando García y Mauricio Jiménez. Hasta que los terremotos de 1985 nos quebró y dispersó.
Dogville, marzo 2017
sábado, 18 de marzo de 2017
Ana Merino (1971 )
Pequeña confesión
¿Si yo soy tu sueño
por qué me siento sola
cuando me sueñas?
Llego arrastrándome
a tu boca cuando duermes
y no sé cómo empezar
a contarte una historia
que se parezca a ti
para que nunca sepas
que yo vivo contigo.
Los sueños somos
como las sombras,
pertenecemos a un solo cuerpo
pero queremos ser
otra persona.
¿Si yo soy tu sueño
por qué me siento sola
cuando me sueñas?
Llego arrastrándome
a tu boca cuando duermes
y no sé cómo empezar
a contarte una historia
que se parezca a ti
para que nunca sepas
que yo vivo contigo.
Los sueños somos
como las sombras,
pertenecemos a un solo cuerpo
pero queremos ser
otra persona.
("no me quites paz")
viernes, 17 de marzo de 2017
Umberto Saba (1883/1957 )
El mozo de la carretilla
Es bueno hallar en nosotros amores
pasados, olvidar viejas ofensas;
pero si adentro te pesa la vida,
sácala afuera.
Abre todas las ventanas y mézclate
con la gente: verás que basta poco
para alegrarte: un animal, un juego
o, vestido de azul,
un mozo con su carretilla
que se abre paso a puro grito
y cuando una bajada encuentra
no corre sino vuela.
La gente que camina por las calles
impreca y se hace a un lado.
Aumentan el estruendo y el enojo
por él, que corre y canta como un loco.
("cuaderno de traducciones", ed. fce, méxico, 1984, col. cuadernos del fondo, versión fabio morábito)
Es bueno hallar en nosotros amores
pasados, olvidar viejas ofensas;
pero si adentro te pesa la vida,
sácala afuera.
Abre todas las ventanas y mézclate
con la gente: verás que basta poco
para alegrarte: un animal, un juego
o, vestido de azul,
un mozo con su carretilla
que se abre paso a puro grito
y cuando una bajada encuentra
no corre sino vuela.
La gente que camina por las calles
impreca y se hace a un lado.
Aumentan el estruendo y el enojo
por él, que corre y canta como un loco.
("cuaderno de traducciones", ed. fce, méxico, 1984, col. cuadernos del fondo, versión fabio morábito)
jueves, 16 de marzo de 2017
Yu Jian (1954 )
Leyendo a Robert Frost
No es fácil leer sus poemas en un lugar
Separado de las calles por sólo una pared.
Escucho que tocan a mi puerta.
No sé si debo abrir o no.
Estoy luego dentro de su huerto.
Escucho ruido a la distancia.
Se sube a las copas de los árboles o corre hacia los ríos.
Observo a Frost, mastica una rama de yerba rojiza.
Observo a este viejo orgulloso caminar.
Un pie en la azada, un golpe a su nariz por el mango de la
azada.
Se ve fascinante a su manera.
La gran sabiduría no se ve tan distante.
He decidido abandonar la ciudad, me adentraré mañana
En la naturaleza viva
Con su pequeño libro bajo el brazo,
Salgo y reviso el clima.
El camino hacia el patio trasero se ha cubierto.
("una soledad de cien años, nueva poesía china 1916_2016", ed. valparaíso, méx,, 2016, ver.diana sofía calderó y alí calderón")
No es fácil leer sus poemas en un lugar
Separado de las calles por sólo una pared.
Escucho que tocan a mi puerta.
No sé si debo abrir o no.
Estoy luego dentro de su huerto.
Escucho ruido a la distancia.
Se sube a las copas de los árboles o corre hacia los ríos.
Observo a Frost, mastica una rama de yerba rojiza.
Observo a este viejo orgulloso caminar.
Un pie en la azada, un golpe a su nariz por el mango de la
azada.
Se ve fascinante a su manera.
La gran sabiduría no se ve tan distante.
He decidido abandonar la ciudad, me adentraré mañana
En la naturaleza viva
Con su pequeño libro bajo el brazo,
Salgo y reviso el clima.
El camino hacia el patio trasero se ha cubierto.
("una soledad de cien años, nueva poesía china 1916_2016", ed. valparaíso, méx,, 2016, ver.diana sofía calderó y alí calderón")
miércoles, 15 de marzo de 2017
César Rodríguez Chicharro (1930/1984 )
Victoria
Habrás llegado simplemente a tu casa
quejándote del tiempo, de la lluvia, del bus;
oído las preguntas inevitables
con un aire hermano de aquel con que respondes
abotagada, torpe por el peso del sol.
Habrás pensado ducharte largamente, tibiamente,
imaginado oír entre las gotas el rock de Cooper
interrumpido a ratos por el rollo terrífico de Price.
Habrás cenado tan parca como impensadamente,
respondido entretanto con ríspidos bufidos,
gestos, guiños y palabras procaces, a tu hermano,
que menor siempre, necio, garrafal a lo bestia,
se empeñaba obsedido en hundirte en su onda
cuando la tuya es otra, batida, sí, a veces,
y también traqueteada, aunque a lo muelle.
(¿Y la mía, Victoria? ¿Cuál, cómo es mi onda?
¿Nada soy, podré, sabré ser para ti
así tenga pendiente, enclaustrado en mi almario,
tanto alígero, inútil, apolillado amor?)
(inédito, en "la palabra y el hombre", no.39, ene-mar. 2017, uv-xalapa, méx.)
Habrás llegado simplemente a tu casa
quejándote del tiempo, de la lluvia, del bus;
oído las preguntas inevitables
con un aire hermano de aquel con que respondes
abotagada, torpe por el peso del sol.
Habrás pensado ducharte largamente, tibiamente,
imaginado oír entre las gotas el rock de Cooper
interrumpido a ratos por el rollo terrífico de Price.
Habrás cenado tan parca como impensadamente,
respondido entretanto con ríspidos bufidos,
gestos, guiños y palabras procaces, a tu hermano,
que menor siempre, necio, garrafal a lo bestia,
se empeñaba obsedido en hundirte en su onda
cuando la tuya es otra, batida, sí, a veces,
y también traqueteada, aunque a lo muelle.
(¿Y la mía, Victoria? ¿Cuál, cómo es mi onda?
¿Nada soy, podré, sabré ser para ti
así tenga pendiente, enclaustrado en mi almario,
tanto alígero, inútil, apolillado amor?)
(inédito, en "la palabra y el hombre", no.39, ene-mar. 2017, uv-xalapa, méx.)
martes, 14 de marzo de 2017
Guan Guan (1919 )
Lavándose el cabello a la luz de la luna
Ella se atreve a sacar su cabeza por la ventana
dejando que la luz de luna lave su cabello.
¡Pero una cabeza como aquella debe ser algo especial!
Ella lava y lava, su cabeza siguiendo a la luna.
Bien podría dejar que la luna descendiera rápidamente para
ser su cabeza. ¡Por qué no!
¡Pero un cuerpo sin cabeza puede dar un susto de muerte a la
gente!
Pero un cuerpo llevando sobre los hombros una luna
caminando por ahí
puede también dar un susto de muerte. Aquel que yace en el
piso
es aquel muerto de miedo.
("una soledad de cien años, nueva poesía china, 1916_2016", ed. valparaíso, méx., ver. gustavo osorio de ita)
Ella se atreve a sacar su cabeza por la ventana
dejando que la luz de luna lave su cabello.
¡Pero una cabeza como aquella debe ser algo especial!
Ella lava y lava, su cabeza siguiendo a la luna.
Bien podría dejar que la luna descendiera rápidamente para
ser su cabeza. ¡Por qué no!
¡Pero un cuerpo sin cabeza puede dar un susto de muerte a la
gente!
Pero un cuerpo llevando sobre los hombros una luna
caminando por ahí
puede también dar un susto de muerte. Aquel que yace en el
piso
es aquel muerto de miedo.
("una soledad de cien años, nueva poesía china, 1916_2016", ed. valparaíso, méx., ver. gustavo osorio de ita)
lunes, 13 de marzo de 2017
Wen Yiduo (1899/1946 )
Quizás, una elegía
Quizás has llorado por mucho tiempo.
Quizás. Quizás debieras ir a dormir.
No dejes que el halcón nocturno cante,
ni que las ranas croen o que los murciélagos vuelen.
No dejes que la luz solar abra tus ojos.
No dejes que la fresca brisa peine tus cejas.
Nadie podrá despertarte.
Yo sostendré una sombrilla de pinos para guardar tu sueño.
Quizás escuchas las lombrices cavando en la tierra,
o a las raíces de cortos pastos succionando los rocíos.
Quizás estás escuchando la música que es más melodiosa
que el sonido de las maldiciones.
Cierra tus párpados y ciérralos fuertemente.
Te dejaré dormir. Te dejaré dormir.
Te cubriré levemente con tierra amarilla
y dejaré que vuelen lentamente las cenizas del papel moneda.
("una soledad de cien años, nueva poesía china 1916_2016", ed. valparaíso, méx., 2016, ver. gustavo osorio de ita)
Quizás has llorado por mucho tiempo.
Quizás. Quizás debieras ir a dormir.
No dejes que el halcón nocturno cante,
ni que las ranas croen o que los murciélagos vuelen.
No dejes que la luz solar abra tus ojos.
No dejes que la fresca brisa peine tus cejas.
Nadie podrá despertarte.
Yo sostendré una sombrilla de pinos para guardar tu sueño.
Quizás escuchas las lombrices cavando en la tierra,
o a las raíces de cortos pastos succionando los rocíos.
Quizás estás escuchando la música que es más melodiosa
que el sonido de las maldiciones.
Cierra tus párpados y ciérralos fuertemente.
Te dejaré dormir. Te dejaré dormir.
Te cubriré levemente con tierra amarilla
y dejaré que vuelen lentamente las cenizas del papel moneda.
("una soledad de cien años, nueva poesía china 1916_2016", ed. valparaíso, méx., 2016, ver. gustavo osorio de ita)
domingo, 12 de marzo de 2017
Ana Merino (1971 )
Compañera de celda
Compañera de celda
No me obligues a vivir
como si cada instante
fuese la tarea acumulada
que dejamos para el último minuto.
Si quieres ser mi cuerpo
no me robes la calma
ni la penumbra de la tarde
que nace tras la bruma
de un bosque encantado.
He huido tantas veces de ti,
pero siempre estás a mi lado.
Tus rodillas y mi forma de llorar,
tus manos y mi sudor,
tus ojos y mi mirada.
No me obligues a vivir
pensando que no tienes ganas
de hacerte vieja conmigo,
que existo en ti por inercia,
que no te importa que me duela
saberte tan frágil.
He tratado de ignorarte,
de evitar la sensación
de tus dedos
cuando sienten la extrañeza
de unos síntomas grises.
Mi angustia
como un aliento fantasma
se aferra al sueño de la vida
y aprende a sonreír
con tu boca a los médicos.
Si quieres ser mi cuerpo
déjame adormecerme en tus párpados,
soñar que somos una sola,
y tú no me traicionas
en la mesa de un quirófano,
que vas a despertarte conmigo
de la misma pesadilla,
que vas a sentirme
más viva que nunca en tu garganta.
No me obligues a madurar
aprendiendo a leer
el mapa de cicatrices de tu cuerpo,
no quiero reconocer otra herida
ni que confundas
el desamor con las enfermedades
y sus nudos de fiebre.
Que no pague tu cuerpo mis pecados
en el naufragio azul de los océanos,
que la distancia sea
un reloj de metal y una tarde de nieve
donde la vida quiera
aprender a besarme en tus labios.
("a media voz")
Compañera de celda
No me obligues a vivir
como si cada instante
fuese la tarea acumulada
que dejamos para el último minuto.
Si quieres ser mi cuerpo
no me robes la calma
ni la penumbra de la tarde
que nace tras la bruma
de un bosque encantado.
He huido tantas veces de ti,
pero siempre estás a mi lado.
Tus rodillas y mi forma de llorar,
tus manos y mi sudor,
tus ojos y mi mirada.
No me obligues a vivir
pensando que no tienes ganas
de hacerte vieja conmigo,
que existo en ti por inercia,
que no te importa que me duela
saberte tan frágil.
He tratado de ignorarte,
de evitar la sensación
de tus dedos
cuando sienten la extrañeza
de unos síntomas grises.
Mi angustia
como un aliento fantasma
se aferra al sueño de la vida
y aprende a sonreír
con tu boca a los médicos.
Si quieres ser mi cuerpo
déjame adormecerme en tus párpados,
soñar que somos una sola,
y tú no me traicionas
en la mesa de un quirófano,
que vas a despertarte conmigo
de la misma pesadilla,
que vas a sentirme
más viva que nunca en tu garganta.
No me obligues a madurar
aprendiendo a leer
el mapa de cicatrices de tu cuerpo,
no quiero reconocer otra herida
ni que confundas
el desamor con las enfermedades
y sus nudos de fiebre.
Que no pague tu cuerpo mis pecados
en el naufragio azul de los océanos,
que la distancia sea
un reloj de metal y una tarde de nieve
donde la vida quiera
aprender a besarme en tus labios.
("a media voz")
sábado, 11 de marzo de 2017
Dimitris Angelís (1973 )
Casi biblícos
7b.
Porque hay una habitación vacía en donde tus manos blancas alumbran mis noches. Porque existe una cama con una tienda de campaña india en el centro para que nos escondamos de todos sin ropa ni memoria; porque en el extremo de la cama está atado un perro y una jirafa.
Porque existe una mesilla para que apoyes tu impecable nombre y yo mis manos sobrantes. Porque dentro del cajón de la mesilla hay un cuaderno para que escribamos juntos un poema que al final queda demostrado que se ha anticipado a escribirlo otro.
Bueno, soy yo este eterno otro y eres tú mi Cantar de los cantares. Y cada tarde nievan con tal fuerza llamas dentro de la habitación, que se despegan nuestras fotografías de las paredes y se abrazan.
("círculo de poesía", versión mariano villegas hernández)
7b.
Porque hay una habitación vacía en donde tus manos blancas alumbran mis noches. Porque existe una cama con una tienda de campaña india en el centro para que nos escondamos de todos sin ropa ni memoria; porque en el extremo de la cama está atado un perro y una jirafa.
Porque existe una mesilla para que apoyes tu impecable nombre y yo mis manos sobrantes. Porque dentro del cajón de la mesilla hay un cuaderno para que escribamos juntos un poema que al final queda demostrado que se ha anticipado a escribirlo otro.
Bueno, soy yo este eterno otro y eres tú mi Cantar de los cantares. Y cada tarde nievan con tal fuerza llamas dentro de la habitación, que se despegan nuestras fotografías de las paredes y se abrazan.
("círculo de poesía", versión mariano villegas hernández)
viernes, 10 de marzo de 2017
Luis Aguilar (1969 )
Contra el invierno
Sobre un poema de Al Berto
para héctor alvarado, por el descubrimiento
Venga, recuéstese conmigo en el batir amable de las cartulinas.Nada abrirá la puerta
para que entre el hielo; ninguna razón para huir de la placidez que el tiesto imposta
sobre los tulipanes. Olvide que a veces lo ahogo de preguntas; que amanezco
también de escasas pulgas; que no hay noticias contra la pereza y las uvas
revientan frente al acecho de los pájaros. He guardado para usted una brasa en
el corazón de los nenúfares. Podremos los dos contra cualquier invierno.
oooo
Diecinueve/ abril 14, 2009
Algo de nosotros queda para siempre en las prendas que usamos, Por eso cuando quiso quitarse mi camisa porque se marchaba, tomé una bolsita de nailon y guardé en ella la que antes traía. Llévatela puesta, le dije. Sonrió con esa tristeza propia de la resignación. En el fondo me da miedo que algo se acerque demasiado. Soy alguien que ha envenenado hormigas; no dudó de niño de ultimar un pajarito de ala rota y ha tenido sexo con cadáveres. Él no lo sabe, por eso acomoda mi cabeza contra su pecho y me pregunta si mañana de nuevo nos veremos. Que sí: no puedo decir otra cosa.
("libre de sospecha, antología boreal", ed. uanl, monterrey, méx, 2016)
Sobre un poema de Al Berto
para héctor alvarado, por el descubrimiento
Venga, recuéstese conmigo en el batir amable de las cartulinas.Nada abrirá la puerta
para que entre el hielo; ninguna razón para huir de la placidez que el tiesto imposta
sobre los tulipanes. Olvide que a veces lo ahogo de preguntas; que amanezco
también de escasas pulgas; que no hay noticias contra la pereza y las uvas
revientan frente al acecho de los pájaros. He guardado para usted una brasa en
el corazón de los nenúfares. Podremos los dos contra cualquier invierno.
oooo
Diecinueve/ abril 14, 2009
Algo de nosotros queda para siempre en las prendas que usamos, Por eso cuando quiso quitarse mi camisa porque se marchaba, tomé una bolsita de nailon y guardé en ella la que antes traía. Llévatela puesta, le dije. Sonrió con esa tristeza propia de la resignación. En el fondo me da miedo que algo se acerque demasiado. Soy alguien que ha envenenado hormigas; no dudó de niño de ultimar un pajarito de ala rota y ha tenido sexo con cadáveres. Él no lo sabe, por eso acomoda mi cabeza contra su pecho y me pregunta si mañana de nuevo nos veremos. Que sí: no puedo decir otra cosa.
("libre de sospecha, antología boreal", ed. uanl, monterrey, méx, 2016)
jueves, 9 de marzo de 2017
Daniel Faria (1971/1999 )
Hombres que son como lugares mal situados...
Hombres que son como lugares mal situados
Hombres que son como casas saqueadas
Que son como sitios fuera de los mapas
Como piedras fuera del suelo
Como niños huérfanos
Hombres sin huso horario
Hombres agitados sin brújula donde reposar
Hombres que son como fronteras invadidas
Que son como caminos fortificados
Hombres que quieren cruzar los atajos sofocados
Hombres sulfatados por todos los destinos
Desempleados de sus vidas
Hombres que son como la negación de las estrategias
Que son como los escondites de los contrabandistas
Hombres encarcelados aprisionados abriéndose con cuchillos
Hombres que son como daños irreparables
Hombres que son sobrevivientes vivos
Hombres que son sitios desviados
Del lugar
("círculo de poesía", trad. sandra santos)
Hombres que son como lugares mal situados
Hombres que son como casas saqueadas
Que son como sitios fuera de los mapas
Como piedras fuera del suelo
Como niños huérfanos
Hombres sin huso horario
Hombres agitados sin brújula donde reposar
Hombres que son como fronteras invadidas
Que son como caminos fortificados
Hombres que quieren cruzar los atajos sofocados
Hombres sulfatados por todos los destinos
Desempleados de sus vidas
Hombres que son como la negación de las estrategias
Que son como los escondites de los contrabandistas
Hombres encarcelados aprisionados abriéndose con cuchillos
Hombres que son como daños irreparables
Hombres que son sobrevivientes vivos
Hombres que son sitios desviados
Del lugar
("círculo de poesía", trad. sandra santos)
miércoles, 8 de marzo de 2017
Balbina Prior (1964 )
Revisiones a la duda
a todas las mujeres
que padecen cáncer de mama
Ayer me descubrieron un leviatán silencioso
que se ha alojado en mi más deseado trofeo,
aquel que desatara envidias por igualarlo,
el que despertó la codicia por poseerlo,
el que ofrecí por entero a ese amigo
y enemigo con el que comparto un solar
de sueños afiliados a lo imposible.
Y allí en el interior de mi estancia desolada,
al calor de mi seno se ovilla,
y ha decidido no marcharse si no a la fuerza.
No se irá a menos que le envíe
un bisturí de resplandeciente fuego,
obligándole a huir contra su voluntad de cobarde.
Habremos de luchar en desigual contienda:
contra su malignidad, mi fortaleza casi intacta;
contra su virulencia, toda constancia disponible;
y mi paciencia evitará su viscosa furia.
La lucha es a muerte y lo sé,
pero los tiempos han cambiado mucho,
ya hemos vencido aquellos tabúes,
intentamos construir andamios al maltrato,
estamos superando la exclusión milenaria
de la esfera pública y con suerte,
y mil revisiones a la duda,
acabaré con su mortal cabeza.
a todas las mujeres
que padecen cáncer de mama
Ayer me descubrieron un leviatán silencioso
que se ha alojado en mi más deseado trofeo,
aquel que desatara envidias por igualarlo,
el que despertó la codicia por poseerlo,
el que ofrecí por entero a ese amigo
y enemigo con el que comparto un solar
de sueños afiliados a lo imposible.
Y allí en el interior de mi estancia desolada,
al calor de mi seno se ovilla,
y ha decidido no marcharse si no a la fuerza.
No se irá a menos que le envíe
un bisturí de resplandeciente fuego,
obligándole a huir contra su voluntad de cobarde.
Habremos de luchar en desigual contienda:
contra su malignidad, mi fortaleza casi intacta;
contra su virulencia, toda constancia disponible;
y mi paciencia evitará su viscosa furia.
La lucha es a muerte y lo sé,
pero los tiempos han cambiado mucho,
ya hemos vencido aquellos tabúes,
intentamos construir andamios al maltrato,
estamos superando la exclusión milenaria
de la esfera pública y con suerte,
y mil revisiones a la duda,
acabaré con su mortal cabeza.
("no me quites paz")
martes, 7 de marzo de 2017
Artemisa Téllez (1979 )
Norte
Soy el camino,
un camino
y tú, el horizonte.
Soy la brisa,
tú la lluvia,
tal vez luz,
tal vez norte...
Pero jamás diré
que fuiste mía
jamás diré
que no te tuve
porque ese suelo
que pisa el caminante
sin ser su propiedad,
lleva su nombre.
("diablura, arca poética de la diversidad sexual", diablura ed., méx., 2017, recopilación y prólogo de saúl ordoñez, epílogo maría luisa bacarlett pérez)
lunes, 6 de marzo de 2017
Sergio Loo (1982/2014 )
Su cuerpo no era lo importante
Su cuerpo no era lo importante A decir verdad
sólo me gustaba cuando yo estaba ebrio
Tenía las piernas delgadas las rodillas gruesas
un tatuaje mal hecho en el tobillo y un vientre cómplice de años
y años de cerveza
Tenía el cuerpo de un adolescente envejecido y en la oreja
un arete pasado de moda
Sus manos eran torpes como su lengua tartamuda y los ojos
al primer trago se empañaban
Su barba -y con esto termino-
únicamente le crecía los martes y sábados
pero no siempre No
Su cuerpo no era lo importante
("afuera, arca poética de la diversidad sexual", diablura ediciones, méx., 2017, recopilación y prólogo de saúl ordóñez, epílogo de maría luisa bacarlett pérez)
Su cuerpo no era lo importante A decir verdad
sólo me gustaba cuando yo estaba ebrio
Tenía las piernas delgadas las rodillas gruesas
un tatuaje mal hecho en el tobillo y un vientre cómplice de años
y años de cerveza
Tenía el cuerpo de un adolescente envejecido y en la oreja
un arete pasado de moda
Sus manos eran torpes como su lengua tartamuda y los ojos
al primer trago se empañaban
Su barba -y con esto termino-
únicamente le crecía los martes y sábados
pero no siempre No
Su cuerpo no era lo importante
("afuera, arca poética de la diversidad sexual", diablura ediciones, méx., 2017, recopilación y prólogo de saúl ordóñez, epílogo de maría luisa bacarlett pérez)
domingo, 5 de marzo de 2017
Uriel Martínez (1950 )
A destiempo
como una tarea pendiente,
olvidada en el cuaderno,
sajé la fruta de semanas
atrás;
en la pulpa había puntos
negros como lunares del mal,
el jugo escaso, demasiadas
las arrugas;
a medida que le despojaba
la cubierta, recordé tus manos,
tu frente, tu sonrisa
tímida, palpitante;
pensé guardar la mitad
para después, para otro
día, para mejor ocasión;
aunque quizá cualquier
luego, cualquier más tarde,
cualquier titubeo sea
inútil;
no te veré, nadie
me recordará, como tarea pendiente,
olvidada.
[Inédito]
como una tarea pendiente,
olvidada en el cuaderno,
sajé la fruta de semanas
atrás;
en la pulpa había puntos
negros como lunares del mal,
el jugo escaso, demasiadas
las arrugas;
a medida que le despojaba
la cubierta, recordé tus manos,
tu frente, tu sonrisa
tímida, palpitante;
pensé guardar la mitad
para después, para otro
día, para mejor ocasión;
aunque quizá cualquier
luego, cualquier más tarde,
cualquier titubeo sea
inútil;
no te veré, nadie
me recordará, como tarea pendiente,
olvidada.
[Inédito]
sábado, 4 de marzo de 2017
Luis Aguilar (1969 )
Salen poco por el día
Salen poco por el día
[lo suyo es la oscuridad aún
con las nuevas leyes
y la fingida aceptación que ya tienen]
los que lo hacen caen al malecón
en medio de la tarde
escuchan poco
miran mucho
siempre tienen música al oído
y los distrae si acaso
un aparato más moderno
[les gustan los colores encendidos]
aparentan que no les interesa
la necesidad ni el deseo
pero debajo de las gafas
clasifican las apuestas
saben quién busca sexo y no lo encuentra
quién lo encuentra sin pedirlo
los que lo hacen sin decirlo
los que dicen que lo hacen a menudo
y están solos
("libre de sospecha, antología boreal", ed. uanl, monterrey, n.l., méx., 2016)
Salen poco por el día
[lo suyo es la oscuridad aún
con las nuevas leyes
y la fingida aceptación que ya tienen]
los que lo hacen caen al malecón
en medio de la tarde
escuchan poco
miran mucho
siempre tienen música al oído
y los distrae si acaso
un aparato más moderno
[les gustan los colores encendidos]
aparentan que no les interesa
la necesidad ni el deseo
pero debajo de las gafas
clasifican las apuestas
saben quién busca sexo y no lo encuentra
quién lo encuentra sin pedirlo
los que lo hacen sin decirlo
los que dicen que lo hacen a menudo
y están solos
("libre de sospecha, antología boreal", ed. uanl, monterrey, n.l., méx., 2016)
viernes, 3 de marzo de 2017
A. E. Quintero (1969 )
Cuando se va a la cama
Cuando se va a la cama
antes de dormir
eleva su corazón y su hígado blancos
y da gracias.
Gracias por ese olor verde
de limón, con el que dios le indica
los usos de su linterna mágica, diaria,
y la puerta a tocar en turno.
Gracias por la pareja de lesbianas
que salvó del matrimonio y su cazuelita hirviendo allá abajo.
Las salvó
y salvó al mundo de una línea curva. Sólo con una pancarta
de No a esas uniones.
Y gracias a él, la hermana de nadie se irá al infierno,
ni la esposa de nadie se volverá de sal,
ni las hijas de nadie acercarán peligrosamente sus lenguas
al padre de nadie.
Ahora respira profundo
-la mano izquierda de dios-
y duerme tranquilo.
("afuera, arca poética de la diversidad sexual", diablura ediciones, méx., 2017, recopilación y prólog de saúl ordóñez, epílogo de maría luisa bacarlett pérez)
Cuando se va a la cama
antes de dormir
eleva su corazón y su hígado blancos
y da gracias.
Gracias por ese olor verde
de limón, con el que dios le indica
los usos de su linterna mágica, diaria,
y la puerta a tocar en turno.
Gracias por la pareja de lesbianas
que salvó del matrimonio y su cazuelita hirviendo allá abajo.
Las salvó
y salvó al mundo de una línea curva. Sólo con una pancarta
de No a esas uniones.
Y gracias a él, la hermana de nadie se irá al infierno,
ni la esposa de nadie se volverá de sal,
ni las hijas de nadie acercarán peligrosamente sus lenguas
al padre de nadie.
Ahora respira profundo
-la mano izquierda de dios-
y duerme tranquilo.
("afuera, arca poética de la diversidad sexual", diablura ediciones, méx., 2017, recopilación y prólog de saúl ordóñez, epílogo de maría luisa bacarlett pérez)
jueves, 2 de marzo de 2017
Anónimo
Es como lanzar un puente
Es como lanzar un puente entre las nubes
o encontrar pájaros en la niebla:
pero no puedo dejar de enamorarme
aunque imposible sea el amor.
Y enamorada ya no entiendo el día ni la noche.
¡Mejor haber sido una grulla!
Sólo así hubiera salido bien librada.
("cantos de geisha", ed. uam-azc., méx. 1981, trad. jorge mouriño)
Es como lanzar un puente entre las nubes
o encontrar pájaros en la niebla:
pero no puedo dejar de enamorarme
aunque imposible sea el amor.
Y enamorada ya no entiendo el día ni la noche.
¡Mejor haber sido una grulla!
Sólo así hubiera salido bien librada.
("cantos de geisha", ed. uam-azc., méx. 1981, trad. jorge mouriño)
miércoles, 1 de marzo de 2017
Héctor Rojas Herazo (1920/2002 )
Un agujero
Le pregunté al tendero gordo,
con toda seriedad:
– ¿Usted es Dios, señor?
Y él me responde,
mientras corta trocitos de jamón,
mientras mueren
poco a poco sus ojos:
– No, no soy Dios, pero sí lo conozco.
–¿Cómo es él? – le pregunto.
Y el me responde: – Es así.
Y me da su tamaño, su peso, sus medidas.
("rua das petras")
Le pregunté al tendero gordo,
con toda seriedad:
– ¿Usted es Dios, señor?
Y él me responde,
mientras corta trocitos de jamón,
mientras mueren
poco a poco sus ojos:
– No, no soy Dios, pero sí lo conozco.
–¿Cómo es él? – le pregunto.
Y el me responde: – Es así.
Y me da su tamaño, su peso, sus medidas.
("rua das petras")