Nuevo día
Después de tantos días sin camino y sin casa
y sin dolor siquiera y las campanas solas
y el viento oscuro como el del recuerdo
llega el de hoy.
Cuando ayer el aliento era misterio
y la mirada seca, sin resina,
buscaba un resplandor definitivo,
llega tan delicada y tan sencilla,
tan serena de nueva levadura
esta mañana...
Es la sorpresa de la claridad,
la inocencia de la contemplación,
el secreto que abre con moldura y asombro
la primera nevada y la primera lluvia
lavando el avellano y el olivo
ya muy cerca del mar.
Invisible quietud. Brisa oreando
la melodía que ya no esperaba.
Es la iluminación de la alegría
con el silencio que no tiene tiempo.
Grave placer el de la soledad.
Y no mires el mar porque todo lo sabe
cuando llega la hora
adonde nunca llega el pensamiento
pero sí el mar del alma,
pero sí este momento del aire entre mis manos,
de esta paz que me espera
cuando llega la hora
—dos horas antes de la media noche—
del tercer oleaje, que es el mío.
("cómo cantaba mayo en la noche de enero")
miércoles, 31 de enero de 2018
martes, 30 de enero de 2018
Estela Figueroa (1946 )
Vegetal
Como la erika
que antes de secarse
produce un hijo
Pero también como la orquídea
orgullosa y sola
Como el sauce
inclinado
hacia el río quieto
Pero también como la grevilea
que enfrenta
los vientos más feroces
Frágil como los pensamientos
a los que una ligera
lluvia aplasta
Abierta como el paraíso
que juega
con las gotas
Manos desconocidas
revolvieron el césped
donde escribí palabras.
¿Buscaban tesoros ocultos?
Soy hosca
como el cactus.
("malón malón)
Como la erika
que antes de secarse
produce un hijo
Pero también como la orquídea
orgullosa y sola
Como el sauce
inclinado
hacia el río quieto
Pero también como la grevilea
que enfrenta
los vientos más feroces
Frágil como los pensamientos
a los que una ligera
lluvia aplasta
Abierta como el paraíso
que juega
con las gotas
Manos desconocidas
revolvieron el césped
donde escribí palabras.
¿Buscaban tesoros ocultos?
Soy hosca
como el cactus.
("malón malón)
lunes, 29 de enero de 2018
Westonia Murray (1938 )
Biografía en los saquitos de té
Llegué tarde a la mayoría
De las cosas de mi tiempo
Amé lo que fuera viejo
Por sobre toda novedad
Pero los jóvenes me ofrecieron
En bandejas plateadas sus muslos
La carne de sus pezones
Yo soy el verdadero vino
Me decían Y yo bebí
*
Fue en otra época
El pequeño Brian
Mi niño Mi atolondrado de 17
Recibí el semen
Su vergüenza virgen Su sonrisa
Saboreé una vez
En esta vida
(Que no lo sepa Jacqueline)
La arcilla primera
Con que se hacen los hombres
("malón malón", trad. tom maver)
Llegué tarde a la mayoría
De las cosas de mi tiempo
Amé lo que fuera viejo
Por sobre toda novedad
Pero los jóvenes me ofrecieron
En bandejas plateadas sus muslos
La carne de sus pezones
Yo soy el verdadero vino
Me decían Y yo bebí
*
Fue en otra época
El pequeño Brian
Mi niño Mi atolondrado de 17
Recibí el semen
Su vergüenza virgen Su sonrisa
Saboreé una vez
En esta vida
(Que no lo sepa Jacqueline)
La arcilla primera
Con que se hacen los hombres
("malón malón", trad. tom maver)
domingo, 28 de enero de 2018
Vicente Gallego (1963 )
La pregunta
En la noche avanzada y repetida,
mientras vuelvo bebido y solitario
de la fiesta del mundo, con los ojos muy tristes
de belleza fugaz, me hago esa pregunta.
Y también en la noche afortunada,
cuando el azar dispone un cuerpo hermoso
para adornar mi vida, esa misma pregunta
me inquieta y me seduce como un viejo veneno.
Y a mitad de una farra, cuando el hombre
reflexiona un instante en los lavabos
de cualquier antro infame al que le obligan
los tributos nocturnos y unas piernas de diosa.
Pero también en casa, en las noches sin juerga,
en las noches que observo desde esta ventana,
compartiendo la sombra
con el cuerpo entrañable que acompaña mis días,
desde esta ventana, en este mismo cuarto
donde ahora estoy solo y me pregunto
durante cuánto tiempo cumpliré mi condena
de buscar en los cuerpos y en la noche
todo eso que sé
que no esconden la noche ni los cuerpos.
("rua das pretas")
En la noche avanzada y repetida,
mientras vuelvo bebido y solitario
de la fiesta del mundo, con los ojos muy tristes
de belleza fugaz, me hago esa pregunta.
Y también en la noche afortunada,
cuando el azar dispone un cuerpo hermoso
para adornar mi vida, esa misma pregunta
me inquieta y me seduce como un viejo veneno.
Y a mitad de una farra, cuando el hombre
reflexiona un instante en los lavabos
de cualquier antro infame al que le obligan
los tributos nocturnos y unas piernas de diosa.
Pero también en casa, en las noches sin juerga,
en las noches que observo desde esta ventana,
compartiendo la sombra
con el cuerpo entrañable que acompaña mis días,
desde esta ventana, en este mismo cuarto
donde ahora estoy solo y me pregunto
durante cuánto tiempo cumpliré mi condena
de buscar en los cuerpos y en la noche
todo eso que sé
que no esconden la noche ni los cuerpos.
("rua das pretas")
sábado, 27 de enero de 2018
Elkin Restrepo (1942 )
No conviene
No conviene volver una y otra vez sobre lo mismo
No conviene que te encierres en tu sordo, desgastado canto
Y, otra vez, derrotándote, hagas de ti tu propio enemigo.
No conviene que cargues el corazón con el peso de tus
Soledades y vacíos
Ni conviene que el dolor y la sombra te hechicen.
No conviene que tu pena sea más joven que tu esperanza
Ni conviene tampoco que tus palabras valgan más que tu silencio.
("no me quites paz")
No conviene volver una y otra vez sobre lo mismo
No conviene que te encierres en tu sordo, desgastado canto
Y, otra vez, derrotándote, hagas de ti tu propio enemigo.
No conviene que cargues el corazón con el peso de tus
Soledades y vacíos
Ni conviene que el dolor y la sombra te hechicen.
No conviene que tu pena sea más joven que tu esperanza
Ni conviene tampoco que tus palabras valgan más que tu silencio.
("no me quites paz")
viernes, 26 de enero de 2018
Ethel Krauze (1954 )
Siete
Qué bueno
que Dios me aturde el pensamiento
cuando mi boca es esa gruta
donde crece tu miembro;
sólo con ímpetu y deseo
lo cultivo,
con denuedo,
con espasmos y jadeos.
Qué bueno que soy una caverna boa
y tu palo es relámpago
en la alcoba.
Diecinueve
Qué bueno que mi durazno
está maduro,
su pulpa huele a distancia
para que tu saliva se estremezca
antes de dar el paso decisivo
hacia el abismo de mis piernas.
("Lo que su cuerpo me provoca", uam, méx., 2016)
jueves, 25 de enero de 2018
Walt Whitman (1819/1892 )
Como si un espectro
me hubiese acariciado
Como si un espectro me hubiese acariciado,
Creí que no estaba solo aquí, caminando
por la costa,
Sino que creí que él estaba conmigo ahora,
mientras caminaba por la playa,
creí que aquel que amo me acariciaba,
Pero cuando me incliné para ver a través de
la luz resplandeciente, él había
desaparecido por completo,
Y aparecieron aquellos a quienes aborrezco
y que me escarnecen.
("hojas de hierba", ed. need, buenos aires, 1997, trad. mirta rosenberg)
me hubiese acariciado
Como si un espectro me hubiese acariciado,
Creí que no estaba solo aquí, caminando
por la costa,
Sino que creí que él estaba conmigo ahora,
mientras caminaba por la playa,
creí que aquel que amo me acariciaba,
Pero cuando me incliné para ver a través de
la luz resplandeciente, él había
desaparecido por completo,
Y aparecieron aquellos a quienes aborrezco
y que me escarnecen.
("hojas de hierba", ed. need, buenos aires, 1997, trad. mirta rosenberg)
miércoles, 24 de enero de 2018
Piedad Bonnett (1951 )
De un tiempo a esta parte
De un tiempo a esta parte
algo nos abandona día a día,
secretamente y en puntillas
para que no haya sobresaltos inútiles,
vanos anuncios de imprevisibles efectos.
De esta manera,
al desayuno, de golpe, comprendemos que algo
ha cambiado en la noche,
que irremediablemente hemos olvidado ese verso,
que el lustre de la piel se ha quedado prendido
de las sábanas,
y en nuestros huesos crece ahora un murmullo,
un germinar de números,
y si callamos
podemos oír las pequeñas catástrofes del alma,
un ruido como de pedazos que caen
irremediablemente y sin estruendo.
De un tiempo a esta parte
hay un eco de adioses y derrumbes,
pero tal vez somos nosotros los que estamos
partiendo,
pisando los rosales que cultivamos un día.
("no me quites paz")
De un tiempo a esta parte
algo nos abandona día a día,
secretamente y en puntillas
para que no haya sobresaltos inútiles,
vanos anuncios de imprevisibles efectos.
De esta manera,
al desayuno, de golpe, comprendemos que algo
ha cambiado en la noche,
que irremediablemente hemos olvidado ese verso,
que el lustre de la piel se ha quedado prendido
de las sábanas,
y en nuestros huesos crece ahora un murmullo,
un germinar de números,
y si callamos
podemos oír las pequeñas catástrofes del alma,
un ruido como de pedazos que caen
irremediablemente y sin estruendo.
De un tiempo a esta parte
hay un eco de adioses y derrumbes,
pero tal vez somos nosotros los que estamos
partiendo,
pisando los rosales que cultivamos un día.
("no me quites paz")
martes, 23 de enero de 2018
Fernando Pessoa (1988/1935 )
No, no es cansancio
No, no es cansancio…
Es una cantidad de desilusión
Que se me entraña en la especie del pensar,
Es un domingo al revés
del sentimiento,
una vacación pasada en el abismo.
No, cansancio no es…
Es que yo esté existiendo
Y también el mundo,
Con todo lo que contiene,
Con todo lo que en él se desdobla
Y que es por fin lo mismo variado en copias iguales.
No. Cansancio, ¿por qué?
Es una sensación abstracta
De la vida concreta
– algo así como un grito
por dar,
algo así como una angustia
por sufrir,
por sufrir completamente o por sufrir como…
Sí: o por sufrir como…
Eso mismo: como…
¿Como qué?
Si lo supiera, no habría en mí este falso cansancio.
(Ay ciegos que cantáis en la calle,
¡qué formidable realejo
es la guitarra de uno, la bandurria de otro y la voz de ella!)
Porque oigo, veo.
Lo confieso: es cansancio.
("trianarts", traductor ángel campos pámpano)
lunes, 22 de enero de 2018
Ángel Campos Pámpano (1957/2008 )
Entrar en casa
Entrar en casa
como animal que acude
a su refugio.
Y buscar en la sombra
otra sombra que duerme.
La ceguera
volverías otra vez para ofrecerte
desplazando el olvido
devorando la sombra de los días
borrando en las palabras su envoltura
para decirlas limpias
y que en verdad reflejaran el mundo
pero más acá de los nombres sólo
se despliega la desolación de las pupilas
ligero espesor de ese árbol
que aún sostienen las aves
erguido ahí en medio del camino
vendrías otra vez a dar altura
a este aprendizaje
a estar conmigo
en la húmeda tibieza de la sangre
en el tenso mutismo de las cosas
los vasos el mantel esa cuchara
que fueron tuyas
y ahora me acompañan
en esta ciudad de la que tato
oíste hablar y nunca llegaste a conocer
me haces falta de pronto
para dar forma a esas cosas
que fueron tuyas y ahora andan
por casas desvalidas
como páginas blancas
que ya no se numeran
qué me dirás si vuelves
en el declive
de un eco en otro eco
sombra de la derrota
en la brisa ligera que ahora sube
del río hasta esta casa
que nunca compartimos
y que hace vulnerable el corazón
vendrías otra vez al amparo
desnudo de tus cosas que aún conservo
la mirada que dura
y lo que en ella estuvo
vendrías otra vez a iluminar
de pronto esta ceguera enmudecida
como ese pájaro que para oír lo celeste
niebla adentro desde la noche
remota
hasta esta noche
arde sin ti.
("trianarts")
Entrar en casa
como animal que acude
a su refugio.
Y buscar en la sombra
otra sombra que duerme.
La ceguera
volverías otra vez para ofrecerte
desplazando el olvido
devorando la sombra de los días
borrando en las palabras su envoltura
para decirlas limpias
y que en verdad reflejaran el mundo
pero más acá de los nombres sólo
se despliega la desolación de las pupilas
ligero espesor de ese árbol
que aún sostienen las aves
erguido ahí en medio del camino
vendrías otra vez a dar altura
a este aprendizaje
a estar conmigo
en la húmeda tibieza de la sangre
en el tenso mutismo de las cosas
los vasos el mantel esa cuchara
que fueron tuyas
y ahora me acompañan
en esta ciudad de la que tato
oíste hablar y nunca llegaste a conocer
me haces falta de pronto
para dar forma a esas cosas
que fueron tuyas y ahora andan
por casas desvalidas
como páginas blancas
que ya no se numeran
qué me dirás si vuelves
en el declive
de un eco en otro eco
sombra de la derrota
en la brisa ligera que ahora sube
del río hasta esta casa
que nunca compartimos
y que hace vulnerable el corazón
vendrías otra vez al amparo
desnudo de tus cosas que aún conservo
la mirada que dura
y lo que en ella estuvo
vendrías otra vez a iluminar
de pronto esta ceguera enmudecida
como ese pájaro que para oír lo celeste
niebla adentro desde la noche
remota
hasta esta noche
arde sin ti.
("trianarts")
domingo, 21 de enero de 2018
Uriel Martínez (1950 )
La hojarasca
actualmente vivo con poco,
de madrugada por ejemplo,
enciendo un pabilo que a veces
cobra fuerza o se apaga,
según hacia donde soplen
los elementos, los cuerpos,
los silencios;
cuando hace frío, digamos,
me acurruco en los cuadernos,
las hojas sueltas, la hojarasca
arrastrada y barrida por vientos;
reúno la fuerza heredada
de mis ancestros y asido a plumas
de aves de corral, me repongo,
me recupero, me acicalo
en espejos y sus añicos
y recobro la voz,
el pulso del tenor
y me abandono a la corriente.
[Inédito]
actualmente vivo con poco,
de madrugada por ejemplo,
enciendo un pabilo que a veces
cobra fuerza o se apaga,
según hacia donde soplen
los elementos, los cuerpos,
los silencios;
cuando hace frío, digamos,
me acurruco en los cuadernos,
las hojas sueltas, la hojarasca
arrastrada y barrida por vientos;
reúno la fuerza heredada
de mis ancestros y asido a plumas
de aves de corral, me repongo,
me recupero, me acicalo
en espejos y sus añicos
y recobro la voz,
el pulso del tenor
y me abandono a la corriente.
[Inédito]
sábado, 20 de enero de 2018
María Clemencia Sánchez (1970 )
Hoy, tarde de mayo...
Hoy, tarde de mayo rendida por la lluvia
de dulces presagios,
he vuelto a ser inmortal y alada
semejante a esas niñas
que ríen para siempre
deteniendo en sus pupilas
el imperio del sol,
el vuelo eterno del mar
de sus secretos corazones.
Blues
Si la luz consuela
La mirada,
Enséñame el camino a ella.
Veo las horas del alba
Ardiendo inaudibles
Sobre el silencio de los espantapájaros
Veo la línea que señala
La fatiga de los jornaleros
Veo el canto de los cuervos
Temblando sobre la piel de los estanques
Veo el balanceo de los eucaliptos
Interrumpido por la niebla.
Enséñame el camino.
Veo un dios que se marcha
Como el incienso
Que expulsaran las violetas
Veo la sombra abatida de una nube
Envenenar el estertor de los enfermos
Veo los labios de una mujer
Durmiendo sobre la higuera
Veo un jazmín desolado
En mi corazón.
Enséñame el camino.
("paraíso precario" y "no me quites paz")
viernes, 19 de enero de 2018
Uberto Stabile (1959 )
Y ahora dime que me amas
Te dejaré sola en casa
Fregarás por mí los platos
Amaré por ti a otras
Te arrancaré una costilla
Construiré el mundo en seis días
Te sacaré de paseo los domingos
Tendrás derecho a votar
Alquilarás vídeos
Dormirás sola
Te preguntarás por mí
Sabrás llorar cuando te perdone
Y también cuando te olvide
…y ahora
dime que me amas.
("de sibilas y pitias")
Te dejaré sola en casa
Fregarás por mí los platos
Amaré por ti a otras
Te arrancaré una costilla
Construiré el mundo en seis días
Te sacaré de paseo los domingos
Tendrás derecho a votar
Alquilarás vídeos
Dormirás sola
Te preguntarás por mí
Sabrás llorar cuando te perdone
Y también cuando te olvide
…y ahora
dime que me amas.
("de sibilas y pitias")
jueves, 18 de enero de 2018
Benjamín Prado (1961 )
Hotel de carretera junto al bosque
VIII
–Mi padre había muerto, pero aún lo veíamos
por las habitaciones
o cruzando el jardín:
como al cerrar los ojos
después de ver un bosque,
los pájaros se mueven todavía un momento en la mirada.
Después llegaron luces
de autopista,
emisoras
de media noche
hoteles conocidos,
la luna sobre el río de automóviles.
Atravesábamos despacio los nombres de las ciudades,
sintiendo, al mismo tiempo,
la lentitud y el paso de los días.
Hacia el final, mi padre era del agua,
del cuarzo,
de la sombra.
Sus ojos eran limpios,
más azules.
Y extraños
como una luz encendida en una habitación vacía.
("life vest under your seat")
VIII
–Mi padre había muerto, pero aún lo veíamos
por las habitaciones
o cruzando el jardín:
como al cerrar los ojos
después de ver un bosque,
los pájaros se mueven todavía un momento en la mirada.
Después llegaron luces
de autopista,
emisoras
de media noche
hoteles conocidos,
la luna sobre el río de automóviles.
Atravesábamos despacio los nombres de las ciudades,
sintiendo, al mismo tiempo,
la lentitud y el paso de los días.
Hacia el final, mi padre era del agua,
del cuarzo,
de la sombra.
Sus ojos eran limpios,
más azules.
Y extraños
como una luz encendida en una habitación vacía.
("life vest under your seat")
miércoles, 17 de enero de 2018
Miguel Ángel Ortiz (1984 )
Esta vez, poco antes...
Esta vez, poco antes de volver del sueño, nos miré apoyados en una pared, como el porvenir que -pensamos- nos puede esperar.
Pero qué sabemos, si ni siquiera intuimos el trayecto de esa lanza que cruza junto a nosotros. Hay un fuego en que brillan hilos, se nos ha enfriado tanto, tú sabes.
Pero en el sueño no: la pared nos hablaba del mundo y un cielo blanco cruzaba tu rostro.
El día sería muy extenso para poder llenarlo de música.
...hubiéramos, sí...
...hubiéramos, sí, en el pasado, en la alfombra, la televisión y tus pies, luego del reloj de agua de las nubes.
Un color sin color y las luces en descanso, pero no recuerdo si alguna vez, si fue posible entrar en uno, porque ¿cómo acercarse más, casi apretando las manos, si las palabras, las cosas, no nos alcanzaban para ello?
(textos cedidos por su autor)
martes, 16 de enero de 2018
José Villa (1966 )
Limones
Tras muchas averiguaciones, después de controlar,
fatigar mapas, hicimos nuestro viaje: sólo
recuerdo el brillo de los rieles y el polvo fino que
envolvía nuestros rostros. Por el inmenso pasillo:
las plantas secas, los tallos oxidándose, la cocina
intacta (un punto vacío que se ha hundido en el tiempo)
y al fondo el correr de unas azules aguas: es el cielo.
Y el balanceo de unas hojas. Mientras,
más pesados, espectros estallantes, resplandecían
las partículas más claras -los limones- y se cifraba el paisaje
en un código secreto. Lejos, sobre la loma, se veía
la ventanilla de un auto; el lugar del regreso era
el lugar de la muerte. Preparamos la comida; los limones
realizaban una extraña colisión de contrastes con los
restos de la casa. Parte de las paredes y el amarillo tallado
de las frutas había empezado a fundirse. La mañana quedó
aislada. Ramas secas. Paredes húmedas. Proyecciones
deformes. Con un cuchillo oxidado se abre sobre el plato,
hondo, el limón. Corrosivo. Perecerá también cuando todo
esto no sea más que nuestro alimento y nuestro escombro.
("de sibilas y pitias")
Tras muchas averiguaciones, después de controlar,
fatigar mapas, hicimos nuestro viaje: sólo
recuerdo el brillo de los rieles y el polvo fino que
envolvía nuestros rostros. Por el inmenso pasillo:
las plantas secas, los tallos oxidándose, la cocina
intacta (un punto vacío que se ha hundido en el tiempo)
y al fondo el correr de unas azules aguas: es el cielo.
Y el balanceo de unas hojas. Mientras,
más pesados, espectros estallantes, resplandecían
las partículas más claras -los limones- y se cifraba el paisaje
en un código secreto. Lejos, sobre la loma, se veía
la ventanilla de un auto; el lugar del regreso era
el lugar de la muerte. Preparamos la comida; los limones
realizaban una extraña colisión de contrastes con los
restos de la casa. Parte de las paredes y el amarillo tallado
de las frutas había empezado a fundirse. La mañana quedó
aislada. Ramas secas. Paredes húmedas. Proyecciones
deformes. Con un cuchillo oxidado se abre sobre el plato,
hondo, el limón. Corrosivo. Perecerá también cuando todo
esto no sea más que nuestro alimento y nuestro escombro.
("de sibilas y pitias")
lunes, 15 de enero de 2018
David Noria (1993 )
Careo ergo sum
Borges ciego,
Benveniste mudo:
¿agua al fuego,
geógrafo sin mundo?
Celda, no hüerto
a fray Luis maestro;
lento marinero
Ulises sin puerto.
Yo, ¿de qué carezco?
("la palabra y el hombre", no.41, julio/sept. 2017, xalapa, ver., méx.)
Borges ciego,
Benveniste mudo:
¿agua al fuego,
geógrafo sin mundo?
Celda, no hüerto
a fray Luis maestro;
lento marinero
Ulises sin puerto.
Yo, ¿de qué carezco?
("la palabra y el hombre", no.41, julio/sept. 2017, xalapa, ver., méx.)
domingo, 14 de enero de 2018
Alfredo Vanín (1950 )
Nocturno a Elena
Usaba zapatillas doradas para protegerse del frío abismal de la sabana en los últimos años de un siglo que murió sin respiro era a su manera valiente como un sueño perdido entre usureros y tenía dos hijas que dormían como alondras nocturnas y correteaban como alondras despiertas
por los cuartos estrechos donde las tres cabían sin estorbo
y hasta quedaba espacio para beber un vino o fumar largamente mientras hacía guiño alguna estrella.
Despedida de los vendavales marinos
declamaba un poema de Neruda en el que un ancla jubilada
cruzaba la luz de Antofagasta
(decía haberlo conocido por mí y la verdad
he olvidado las anclas y Neruda se ha muerto).
Esta Elena nunca llegó a Troya, tal como aquel demiurgo lo constata
y por lo tanto todo fue una nube: las rabietas de Menelao
y hasta el regreso a Itaca.
Elena quedó entre sus alondras
sin importarle un higo el diente del invierno
ni la amenaza de los devoradores de caballos.
("no me quites paz")
Usaba zapatillas doradas para protegerse del frío abismal de la sabana en los últimos años de un siglo que murió sin respiro era a su manera valiente como un sueño perdido entre usureros y tenía dos hijas que dormían como alondras nocturnas y correteaban como alondras despiertas
por los cuartos estrechos donde las tres cabían sin estorbo
y hasta quedaba espacio para beber un vino o fumar largamente mientras hacía guiño alguna estrella.
Despedida de los vendavales marinos
declamaba un poema de Neruda en el que un ancla jubilada
cruzaba la luz de Antofagasta
(decía haberlo conocido por mí y la verdad
he olvidado las anclas y Neruda se ha muerto).
Esta Elena nunca llegó a Troya, tal como aquel demiurgo lo constata
y por lo tanto todo fue una nube: las rabietas de Menelao
y hasta el regreso a Itaca.
Elena quedó entre sus alondras
sin importarle un higo el diente del invierno
ni la amenaza de los devoradores de caballos.
("no me quites paz")
sábado, 13 de enero de 2018
Wislawa Szymborska (1923/2012 )
Risa
A la muchacha que fui...
la conozco, naturalmente.
Tengo varias fotografías
de su corta vida.
Siento una piedad alegre
por algunos de sus poemas.
Recuerdo unos cuantos acontecimientos.
Pero,
para que el que está aquí conmigo
sonría y me abrace,
recuerdo solo una historia graciosa:
el amor infantil
de esta pequeña fea.
Le cuento
que estaba enamorada de un estudiante,
es decir, que quería
que él la mirara.
Le cuento
que, sana, corrió a su encuentro,
con una venda en la cabeza
para que él preguntara al menos
qué le había pasado.
Qué graciosa chiquilla.
Cómo podía saber
que hasta la desesperación tiene ventajas
si por fortuna
se vive un poco más.
Le daría para pasteles.
Le daría para el cine.
Déjame, no tengo tiempo.
¿No ves
que la luz está apagada?
No me digas que no entiendes
que la puerta está cerrada.
No tires del picaporte...,
el que se reía,
el que me abrazaba
no es tu estudiante.
Lo mejor sería que te fueras
de donde has venido.
No te debo nada,
yo, una simple mujer,
que solo sabe
cuándo
revelar un secreto ajeno.
No nos mires así
con esos ojos tuyos
demasiado abiertos,
como los ojos de los muertos.
("de sibilas y pitias" trad. a. murcia y g. beltrán)
viernes, 12 de enero de 2018
Fray Cayetano Rodríguez (1761/1823 )
A una moza muy hablativa
Asombrado me tiene, Pancha mía,
Tu charlar eterno y portentoso,
Ese habladero cruel, tan afanoso
Que toca en los extremos de manía.
Hablas, mi Pancha, hablas noche y día,
Ora agitada estés, ora en reposo;
Así tu labio nunca está mohoso,
Y tu lengua jamás con perlesía.
¡Prodigioso charlar! Si la escultura
El busto de un locuaz hacer quisiera
¿Qué original mejor que tu figura?
Entonces, con asombro el mundo viera
Que hasta el sólido mármol, ¡cosa rara!
Por ser tu copia, sin cesar charlara.
("otra iglesia es imposible")
Asombrado me tiene, Pancha mía,
Tu charlar eterno y portentoso,
Ese habladero cruel, tan afanoso
Que toca en los extremos de manía.
Hablas, mi Pancha, hablas noche y día,
Ora agitada estés, ora en reposo;
Así tu labio nunca está mohoso,
Y tu lengua jamás con perlesía.
¡Prodigioso charlar! Si la escultura
El busto de un locuaz hacer quisiera
¿Qué original mejor que tu figura?
Entonces, con asombro el mundo viera
Que hasta el sólido mármol, ¡cosa rara!
Por ser tu copia, sin cesar charlara.
("otra iglesia es imposible")
jueves, 11 de enero de 2018
Fernando Pessoa (1888/1935 )
"...Fernando era un poco confuso, principalmente cuando se presentaba como Alvaro de Campos..." En aquellas circunstancias me decía: "Hoy no soy yo quien ha venido, sino mi amigo Alvaro de Cmpos..." Se comportaba, en esas ocasiones, de una manera totalmente diferente. [O Fernando e eu, Ophélia Queiroz]
("cartas de amor", ed. funambulista, madrid, 2017, trad. isabel lacruz)
miércoles, 10 de enero de 2018
Isla Correyero (1957 )
Las medias blancas
Tengo unas medias blancas
de encaje que me pongo
cuando me visto el traje
negro de los recuerdos.
Son unas medias finas, hambrientas de fantasmas
que hacen juego con los pájaros interiores, oscuros.
Las piernas, penetradas por estas bocas blancas,
levemente se abren con signos vegetales.
Los hilos amanecen mi piel,
brotan, perdiéndose, entre los elevados
pensamientos más íntimos.
En derredor: imágenes de ocupación pelviana,
soberbias latitudes desde el puente atestiguan
la entraña y las enaguas levantadas al vuelo.
¡Qué holgada está la tela de la falda de flores,
la rodilla suavísima con olor a naranjas!
Por los muslos se agrandan los dibujos henchidos,
son copos invisibles calcinando altas cumbres.
Me infunden sobresaltos, me clavan dulces flechas,
tan finas son las mallas que saltan los engarces
y hasta el ocre desierto los poros me rezuman
feroces desatinos, presagios entreabiertos.
Siento flores y manos crecer entre las piernas
y más arriba el musgo
tapando el azulón vellón de la albufera.
No podría ponerme estas medias sabiendo
la gracia que se esconde, generosa, en tu boca.
Espumosas persisten, sin causa me rodean,
temibles de tu roce, sin fatiga,
explorando.
("poemario de mujeres")
martes, 9 de enero de 2018
Luis Rosales (1910/1992 )
Autobiografía
Como el náufrago metódico que contase las olas que le
bastan para morir;
y las contase, y las volviese a contar, para evitar errores,
hasta la última,
hasta aquella que tiene la estatura de un niño y le cubre
la frente,
así he vivido yo con una vaga prudencia de caballo de cartón
en el baño,
sabiendo que jamás me he equivocado en nada,
sino en las cosas que yo más quería.
("material de lectura")
Como el náufrago metódico que contase las olas que le
bastan para morir;
y las contase, y las volviese a contar, para evitar errores,
hasta la última,
hasta aquella que tiene la estatura de un niño y le cubre
la frente,
así he vivido yo con una vaga prudencia de caballo de cartón
en el baño,
sabiendo que jamás me he equivocado en nada,
sino en las cosas que yo más quería.
("material de lectura")
lunes, 8 de enero de 2018
Rupi Kaur (1992 )
cuando mi madre
cuando mi madre dice que merezco algo mejor
salto para defenderte como siempre
todavía me quiere grito
me mira con derrota en los ojos
de la manera en la que un padre mira a su hijo
cuando sabe que éste es un tipo de dolor
que ni ellos pueden arreglar
y dice
no significa nada que te quiera
si no puede hacer ni una maldita cosa al respecto
estabas
estabas tan distante
que olvidé siquiera que estabas ahí
("otras maneras de usar la boca", espasa, madrid, 2017, trad. elvira sastre)
cuando mi madre dice que merezco algo mejor
salto para defenderte como siempre
todavía me quiere grito
me mira con derrota en los ojos
de la manera en la que un padre mira a su hijo
cuando sabe que éste es un tipo de dolor
que ni ellos pueden arreglar
y dice
no significa nada que te quiera
si no puede hacer ni una maldita cosa al respecto
estabas
estabas tan distante
que olvidé siquiera que estabas ahí
("otras maneras de usar la boca", espasa, madrid, 2017, trad. elvira sastre)
domingo, 7 de enero de 2018
Uriel Martínez (1950 )
Espejos
ayer mientras empezaba a soplar el viento
en la tarde, mientras me acomodaba la chamarra
alrededor del cuello, mi talón de aquiles,
te vi bajando escaleras.
ayer no tomabas de la mano a tu hijo
ni tu mujer te seguía como mascota fiel,
simplemente caminabas al lado
de tu hermana.
te vi desmejorado como desmejorado
y sin remedio me devuelve su cara
el odioso espejo de todos los días,
los días evitados.
por esa calle fría donde siempre
corre un aire hostil yo esperaba
sin saber qué ni a a quién,
calle que en lo sucesivo evitaré
como ciertas mañanas de año nuevo
evito el espejo de casa
hecho añicos.
[Inédito]
ayer mientras empezaba a soplar el viento
en la tarde, mientras me acomodaba la chamarra
alrededor del cuello, mi talón de aquiles,
te vi bajando escaleras.
ayer no tomabas de la mano a tu hijo
ni tu mujer te seguía como mascota fiel,
simplemente caminabas al lado
de tu hermana.
te vi desmejorado como desmejorado
y sin remedio me devuelve su cara
el odioso espejo de todos los días,
los días evitados.
por esa calle fría donde siempre
corre un aire hostil yo esperaba
sin saber qué ni a a quién,
calle que en lo sucesivo evitaré
como ciertas mañanas de año nuevo
evito el espejo de casa
hecho añicos.
[Inédito]
sábado, 6 de enero de 2018
Fernando Pessoa (1888/1935 )
Bebé:
Obtenida la debida autorización del Sr. Ing. Alvaro de Campos, te mando el poema que he escrito entre las estaciones de Casa Branca y Barreiro A, habiéndose sin embargo terminado la inspiración en la Moira.
Este poema debe ser leído de noche y en un cuarto sin luz. También, debidamente aprovechado, sirve para hacer adornos de papel rizado para las muñecas de trapo, para cegar las cerraduras contra el frío, las miradas y las llaves, y para sacar medidas para zapatos a pies que no tengan mayor largura que el papel.
Creo que quedan hechas todas las recomendaciones para su uso. No es preciso agitar antes de usar.
Hasta luego.
Ibis
11/I/1930
("cartas de amor", ed. funambulista, madrid, 2017, trad. isabel lacruz)
viernes, 5 de enero de 2018
Tess Gallagher (1943 )
Elegía a Raymond Carver
Despertar
Tres noches yaciste en casa.
Tres noches con escalofríos en el cuerpo.
¿Quería demostrar lo muy atrás
que me había quedado? En la espesa oscuridad del cuarto,
me metí en la cama, a tu lado; la cama
en la que habíamos amado y habíamos dormido, casados
y sin cesar.
Te rodeaba un halo de frío,
como si los mensajes del cuerpo se oyesen mejor
con la muerte. Mi propio calor adquiría la blancura plateada
de una voz entera arrojada a la nieve, para oírse:
para oír la nitidez de su reclamo. Permanecimos muertos,
un poco, el uno junto al otro, serenos
y a flote, en el vasto y extraño manto
del mundo abandonado.
("apología de la luz", s/c al traductor)
jueves, 4 de enero de 2018
Rupi Kaur (1992 )
el primer chico...
el primer chico que me besó
me apretó los hombros
como al manillar de
la primera bicicleta
en que se montó
yo tenía cinco años
sus labios olían
al hambre
que aprendió cuando
su padre devoraba a su madre a las cuatro de la mañana
fue el primer chico
que me enseñó que mi cuerpo servía
para dárselo a aquellos que querían
que me sintiera cualquier cosa
menos completa
y por dios
me sentía tan vacía
como su madre a las cuatro y veinticinco de la mañana
("otras maneras de usar la boca", ed espasa, madrid, 2017, trad. elvira sastre)
el primer chico que me besó
me apretó los hombros
como al manillar de
la primera bicicleta
en que se montó
yo tenía cinco años
sus labios olían
al hambre
que aprendió cuando
su padre devoraba a su madre a las cuatro de la mañana
fue el primer chico
que me enseñó que mi cuerpo servía
para dárselo a aquellos que querían
que me sintiera cualquier cosa
menos completa
y por dios
me sentía tan vacía
como su madre a las cuatro y veinticinco de la mañana
("otras maneras de usar la boca", ed espasa, madrid, 2017, trad. elvira sastre)
miércoles, 3 de enero de 2018
Ángel Petisme (1961 )
Poemail 303
Es una piedra interesante mi puto corazón.
Cuando la miras se ilumina,
cuando la tocas, apenas
diez segundos, se pone dura
como un caleidoscopio.
A veces se cree Dios,
el corazón negro del mundo,
con su sonrisa de Sidney Poitier
o Denzel Washington.
Otras un pobre diablo reflejado
en los escaparates de LSD,
quiere crucificarse a sí mismo.
Anda, no me lleves a Urgencias. Acaríciame.
Tápame con tu piel.
Enciende una vela, amor,
sobre el agua que flota en mis ojos.
("apología de la luz" y "ruadaspretas")
Es una piedra interesante mi puto corazón.
Cuando la miras se ilumina,
cuando la tocas, apenas
diez segundos, se pone dura
como un caleidoscopio.
A veces se cree Dios,
el corazón negro del mundo,
con su sonrisa de Sidney Poitier
o Denzel Washington.
Otras un pobre diablo reflejado
en los escaparates de LSD,
quiere crucificarse a sí mismo.
Anda, no me lleves a Urgencias. Acaríciame.
Tápame con tu piel.
Enciende una vela, amor,
sobre el agua que flota en mis ojos.
("apología de la luz" y "ruadaspretas")
martes, 2 de enero de 2018
Fernando Pessoa (1888/1935 )
Ophelinha:
Quien verdaderamente ama no escribe cartas que parecen requerimientos notariales. El amor no estudia tanto las cosas ni trata a los demás como a reos a los que hay que "apretar las tuercas"
¿Por qué no es franca conmigo? ¿Qué empeño tiene en hacer sufrir a quien no ha hecho daño alguno -ni a usted ni a nadie-, a quien carga ya bastante con el peso y el dolor de una vida aislada y triste, y que no se merece que vengan a aumentárselos dándole falsas esperanzas, mostrándole afectos fingidos, y ello sin que se entienda su interés, incluso como diversión, o con qué provecho, aun de burla?
Reconozco que todo esto resulta cómico, y que la parte más cómica de todo esto soy yo.
1.3.1920
("cartas de amor", trad. isabel lacruz, ed. funambulista, impreso en méxico, 2017)
lunes, 1 de enero de 2018
Mercedes Álvarez (1979 )
Cuando haya transcurrido...
Cuando haya transcurrido tiempo
cambiará todo
Europa y su farsa de castillos
y sus hombres disfrazados de campesinos
los atractivos mundiales
un orden habitual de prioridades.
La piedra como testimonio
mudez de lo inorgánico
reemplazada por basura
el testimonio de la imagen
volverá nuevamente a las palabras
las estrellas en el cielo por toda luz
el fin de los mesianismos
el cuerpo recuperado como medio
el trabajo de las manos
los alces enterrados
bajo montañas de tecnología obsoleta .
La carne sola
frente al silencio de Dios
y finalmente
también el final de la palabra
("otra iglesia es imposible")