Hemigrammus Caudovittatus
a juan antonio baños
Era un pez muy solemne.
Hablaba con los ángeles, los santos y las vírgenes
que los barcos piratas habían abandonado
en las criptas sin luz de los océanos.
Y, a pesar de lo oscuro de las profundidades,
le brillaban las escamas y le brillaban los ojos
como dos lentejuelas o dos ónices negros.
Cuando me presentía,
huían sus miradas al ruido de mis pasos
como si le asustasen los cantos y las voces
de esos seres huraños con los que convivía.
Y cuando se nublaba o se escondía el sol,
subía a lo más alto,
y me traía del fondo anillos y collares
para que yo supiera lo mucho que me amaba.
("portal de poesía")
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