Nadie respondía
como en un cuento gótico salí
de la siesta con paraguas,
sin bufanda ni abrigo;
me guarecí del agua y la tormenta
bajo toldos grises, bajo nubes cerradas;
como en un cómic sin lectores
quise bajarme las mangas del suéter
pero ni suéter ni pipa ni gorra
de los años en b/n;
caminé sobre charcos, cauces,
canales, aparadores sin luz
ni maniquíes, cerca de cafeterías
cerradas y crespones mudos;
volví al principio del relato
de callados portones,
golpeé la aldaba tres veces;
escuché aleteos de ancianos sordos,
de lámparas apagadas.
[Inédito]
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