Dos poemas
Narciso
Ahí está
como todos los días,
haciendo abdominales y gestos ante el espejo.
Sus músculos se tensan
en el laboratorio de la sangre.
Traza movimientos y profundas respiraciones
se agitan en su pecho.
Las pesas suben y bajan
contorsionando membranas y tejidos.
Sus ojos,
aturdidos en sí mismos
se embriagan.
Su torso es esbelto y sus brazos dos garras
donde la mirada se hunde,
espesándose en su carne.
Así,
cae en el espejo nuevamente
y se ahoga.
Circe
La he visto sentada
conversar con sus dioses,
en una banca de la Alameda Central.
Su cabello rojo
-ensangrentado-
hace que sus sueños deliren.
Su sombra conjura con el sol
que brama sobre el asfalto,
y su voz enfurecida por el alcohol
lanza anatemas sobre los transeúntes,
que se convierten sin remedio en bueyes.
(textos tomados de Rituales, ed. FCE,
col. Letras Mexicanas, México, 1987)
ME TOCÓ QUE ME LOS LEYERA DEL ORIGINAL. TUVE ESA SUERTE.
ResponderEliminarPablo, anoto la liga a una "calaverita" dedicada a Arturo:
ResponderEliminarhttp://misalivatodolocura.blogspot.mx/2014/11/calaveritas-queer.html