Playa paradisíaca
Partimos. En la ciudad, que se cubre lentamente de ceniza,
quedaron la familia, cajones, los ejércitos (de infantería
y de caballería) y extraños animales. Cerca, por la mañana,
se ha despertado el volcán y a partir de ahora escupirá fuego
y lava sobre el país de la infancia. Partimos, aquí
hay vapor y acero, allí nos esperan educadores que aúllan
y manadas de lobos. Jugaremos a las pistas, encenderemos
hogueras y pasaremos el bautismo, nos grabarán señales
a fuego en la piel pálida y una mujer bella se desnudará
por la noche solo para nosotros, por un momento
el cielo estará en la tierra y la tierra será una estrella,
por un momento creeremos que lo que pasó por la noche
pasó realmente. Y el mar saldrá del mar, el mar saldrá
de una almeja y será salado, exactamente como la sangre.
("rima interna", traductor: xavier farré)
martes, 30 de junio de 2015
lunes, 29 de junio de 2015
Ana Cecilia Blum (1972 )
La casa rentera
Hay un lisiado rentando el piso alto de la casa,
un lisiado que se emborracha por las noches
lamenta sus piernas débiles y sus manos chuecas.
Yo lo ignoro,
mientras pague las pesetas justas
para comprar las caretas,
poco me importa su llanto.
Salgo, camino estirada, presumo:
botas de tacones altos –para disimular la pierna corta-
un abrigo largo –para esconder el declive de las vértebras-
guantes negros –para cubrir los dedos secos-
Casi modelando voy por la calle,
con un maquillaje perfecto,
un pelo perfecto,
a simple vista todo en mí es perfecto.
Pero adentro, de regreso, en la casa,
un fastidioso lisiado habita
y es, un inquilino perpetuo.
(blog de la autora)
domingo, 28 de junio de 2015
Hamutal Bar Yosef (1940 )
He olvidado cómo se grita
He olvidado cómo se grita y en qué idioma.
Eterna sospechosa de anunciar falsos lobos
silbo acostada de espaldas en multitud de flautas
una misma canción hueca
y con ojos vidriosos de sabiduría contemplo
cómo las ovejas se devoran entre sí.
("otra iglesia es imposible", traducción: mario wainstein y florinda goldberg)
sábado, 27 de junio de 2015
Laura García del Castaño (1979 )
Nadie te conoce...
Nadie te conoce
no saben cómo
dispones la risa, moderas el hambre,
controlas el celo,
la voracidad de la carne
desconocen cuándo
clavarías la lanza,
si serías quien da o quien bebe
del veneno
lo inesperado es un mundo de ciegos mirando el mar
esta habitación, la ropa sucia, tu dolor de espalda
que rujas como un niño maldito
no sugieren nada
sobre el corazón más tierno
sobre el bonsái más soleado
se esparce el musgo
florece la catástrofe.
("blog del amasijo")
Nadie te conoce
no saben cómo
dispones la risa, moderas el hambre,
controlas el celo,
la voracidad de la carne
desconocen cuándo
clavarías la lanza,
si serías quien da o quien bebe
del veneno
lo inesperado es un mundo de ciegos mirando el mar
esta habitación, la ropa sucia, tu dolor de espalda
que rujas como un niño maldito
no sugieren nada
sobre el corazón más tierno
sobre el bonsái más soleado
se esparce el musgo
florece la catástrofe.
("blog del amasijo")
viernes, 26 de junio de 2015
Matilde Tercero (1955 )
Habitaciones contiguas
Ella empieza en esta historia como hija de un plantador de té buscando nuevos
horizontes
Él como un joven apuesto divertido quería conocer mundo escribirlo
Debutaron después de la Segunda Guerra en habitaciones contiguas de una casa en
Londres
Fue Amor desde la primera hasta la última futura mirada
Hubo boda hijos viajes libros
Sin embargo él sentía habitar un cuerpo equivocado
Juntos tomaron la decisión de esperar que crecieran los hijos
Se divorciaron
Él partió al extranjero Cambió de sexo y ya como mujer escribió la experiencia
del más difícil de todos sus viajes
La nueva Ley les permitió un nuevo matrimonio
Una boda íntima acompañados de sus hijos de amigos fieles
Los nietos correteando por el jardín
Cerca del pastel en forma de pirámide dos ramos de rosas
Cuando llegue el momento quieren ser enterradas juntas
En un pequeña isla en el río Dwyfor muy cerca de su casa
Bajo una lápida que guardan desde hace treinta años
Han grabado en la piedra:
“Yacen aquí dos amigas Jan y Elisabeth Morris al final de una vida”
Pero aún no ha llegado ese momento
Y yo estoy aquí copiando un poema de amor escrito por dos seres valientes
Viendo cómo el camello pasa por el ojo de una aguja de plata
Sin dejar de pensar que un caso así es suficiente para devolver la esperanza a seis
mil millones de personas
("periódico de poesía")
Ella empieza en esta historia como hija de un plantador de té buscando nuevos
horizontes
Él como un joven apuesto divertido quería conocer mundo escribirlo
Debutaron después de la Segunda Guerra en habitaciones contiguas de una casa en
Londres
Fue Amor desde la primera hasta la última futura mirada
Hubo boda hijos viajes libros
Sin embargo él sentía habitar un cuerpo equivocado
Juntos tomaron la decisión de esperar que crecieran los hijos
Se divorciaron
Él partió al extranjero Cambió de sexo y ya como mujer escribió la experiencia
del más difícil de todos sus viajes
La nueva Ley les permitió un nuevo matrimonio
Una boda íntima acompañados de sus hijos de amigos fieles
Los nietos correteando por el jardín
Cerca del pastel en forma de pirámide dos ramos de rosas
Cuando llegue el momento quieren ser enterradas juntas
En un pequeña isla en el río Dwyfor muy cerca de su casa
Bajo una lápida que guardan desde hace treinta años
Han grabado en la piedra:
“Yacen aquí dos amigas Jan y Elisabeth Morris al final de una vida”
Pero aún no ha llegado ese momento
Y yo estoy aquí copiando un poema de amor escrito por dos seres valientes
Viendo cómo el camello pasa por el ojo de una aguja de plata
Sin dejar de pensar que un caso así es suficiente para devolver la esperanza a seis
mil millones de personas
("periódico de poesía")
jueves, 25 de junio de 2015
Miyó Vestrini (1938/1991 )
Muy poco y muy gris el tiempo que te queda
Soy frágil
para los amados.
Algún asesino más poderoso
más fuerte
me interceptó cuando cruzaba
el callejón de los cuchillos
y me atajó.
Silencio mujer
dijo
de nada valdrá tu queja
en este momento
ni en los otros.
Muy poco
y muy gris
el tiempo que te queda
en esta madrugada de perros realengos
y borrachos asustados.
Déjame un instante
dije,
medir la luz que todos los días
me recibe y me abandona.
Déjame llorar un rato a solas.
Pero sólo había frío
en el callejón de los cuchillos.
Soy frágil
para los amados.
Algún asesino más poderoso
más fuerte
me interceptó cuando cruzaba
el callejón de los cuchillos
y me atajó.
Silencio mujer
dijo
de nada valdrá tu queja
en este momento
ni en los otros.
Muy poco
y muy gris
el tiempo que te queda
en esta madrugada de perros realengos
y borrachos asustados.
Déjame un instante
dije,
medir la luz que todos los días
me recibe y me abandona.
Déjame llorar un rato a solas.
Pero sólo había frío
en el callejón de los cuchillos.
("la mirada del lobo")
miércoles, 24 de junio de 2015
Homero Pumarol (1971 )
Modern times
Bob Dylan sacó un nuevo álbum
Que se llama Modern Times
Y tú acabas de perder otro trabajo
Aguantaste nueve meses esta vez
Y ni siquiera conseguiste liquidación
Y dicen que Dylan duró más de 3 años componiendo
Los nueve temas que contiene el álbum
Que ya se vende como arroz en todas partes del mundo
Indudablemente para ambos son tiempos modernos
Pero claro que es más interesante escuchar
Lo que tiene que decir Dylan al respecto
A quién le interesa el despido de un empleado
sin hijos, ni esposa, ni perro que alimentar
Seguro bebías demasiado o usabas drogas
Lo que en Dylan es una virtud
Piensa que ese junkie de ojos claros
ya andaba por las carreteras con los Beatniks
Y que los Beatles ya le habían dedicado un tema en Revolver
Y que hace mucho es famoso en el mundo entero
y tiene más de un disco de oro colgado en las paredes de su casa
y un álbum que te gusta mucho llamado Blonde on blonde
Y que ya había tenido muchas rubias como ángeles en la cola de su motor
Aunque hace tiempo dejó de andar en motor por un terrible accidente
al que sobrevivió
Y que siguió cantando y componiendo y tocando en Europa y Estados Unidos
y que ya había pasado del folk al blues al jazz al rock al country
cuando tú no eras ni siquiera una idea en una casa alquilada
Y casi cuarenta años después pierdes
El último empleo que has sido capaz de mantener nueve meses
En un país donde Dylan nunca fue ni será popular
Tal vez no lo creas,
Pero Bob Dylan sacó un nuevo álbum
Que se llama Modern Times.
("periódico de poesía")
Bob Dylan sacó un nuevo álbum
Que se llama Modern Times
Y tú acabas de perder otro trabajo
Aguantaste nueve meses esta vez
Y ni siquiera conseguiste liquidación
Y dicen que Dylan duró más de 3 años componiendo
Los nueve temas que contiene el álbum
Que ya se vende como arroz en todas partes del mundo
Indudablemente para ambos son tiempos modernos
Pero claro que es más interesante escuchar
Lo que tiene que decir Dylan al respecto
A quién le interesa el despido de un empleado
sin hijos, ni esposa, ni perro que alimentar
Seguro bebías demasiado o usabas drogas
Lo que en Dylan es una virtud
Piensa que ese junkie de ojos claros
ya andaba por las carreteras con los Beatniks
Y que los Beatles ya le habían dedicado un tema en Revolver
Y que hace mucho es famoso en el mundo entero
y tiene más de un disco de oro colgado en las paredes de su casa
y un álbum que te gusta mucho llamado Blonde on blonde
Y que ya había tenido muchas rubias como ángeles en la cola de su motor
Aunque hace tiempo dejó de andar en motor por un terrible accidente
al que sobrevivió
Y que siguió cantando y componiendo y tocando en Europa y Estados Unidos
y que ya había pasado del folk al blues al jazz al rock al country
cuando tú no eras ni siquiera una idea en una casa alquilada
Y casi cuarenta años después pierdes
El último empleo que has sido capaz de mantener nueve meses
En un país donde Dylan nunca fue ni será popular
Tal vez no lo creas,
Pero Bob Dylan sacó un nuevo álbum
Que se llama Modern Times.
("periódico de poesía")
martes, 23 de junio de 2015
Elsa Cross (1946 )
Mademoiselle Violette
(sobre un cuadro de Odilon Redon)
Una red invisible la separa
de su propia floración.
Racimos de lilas,
abejas,
coleópteros de cristal.
Y junto al verde
una pululación de prismas.
Su blusa blanca
es sólo otra mancha de color,
como su pelo,
como su cara,
como las flores abigarradas que la circundan.
Y ella, ajena a su abundancia,
mira sin comprender.
("acuario", ed. universidad veracruzana, col. biblioteca, xalapa, méxico, mmxv)
lunes, 22 de junio de 2015
Vicente Gerbasi (1913/1992 )
Mi padre, el inmigrante
(fragmento)
V
A veces caigo en mí, como viniendo de ti,
y me recojo en una tristeza inmóvil,
como una bandera que ha olvidado el viento.
Por mis sentidos pasan ángeles del crepúsculo
y lentos me aprisionan los círculos nocturnos.
Venimos de la noche y hacia la noche vamos.
Escucha. Yo te llamo desde un reloj de piedra,
donde caen las hojas, donde el silencio cae.
("mi padre, el inmigrante", ed.ivec, gobierno del estado de veracruz llave, méxico, mm)
.
(fragmento)
V
A veces caigo en mí, como viniendo de ti,
y me recojo en una tristeza inmóvil,
como una bandera que ha olvidado el viento.
Por mis sentidos pasan ángeles del crepúsculo
y lentos me aprisionan los círculos nocturnos.
Venimos de la noche y hacia la noche vamos.
Escucha. Yo te llamo desde un reloj de piedra,
donde caen las hojas, donde el silencio cae.
("mi padre, el inmigrante", ed.ivec, gobierno del estado de veracruz llave, méxico, mm)
.
domingo, 21 de junio de 2015
Uriel Martínez (1950 )
Maldición gitana
Cuando le dije que mi amor
Era como una cordillera infinita,
Sólo acertó a decir 'Panasonic';
Cuando tomé su dedo meñique
Instintivamente vio su anular
Sin una piedra preciosa;
Cuando aspiré el halo
De su cabellera azabache,
Con su sonrisa me dijo 'Daewoo';
Cuando tracé un equilátero
Que abarcó un close-up
De su aureola a su barbilla
Desplegó una mirada 'Toshiba';
Cuando le dije que ni todo el oro
Del Perú cubre de brazaletes
Sus músculos de Carrara,
Me mostró la S de su torso;
Cuando le enseñé mi cartera,
El reloj de cuarzo y los restos
De incisivos, caninos y molares,
Me amenazó con un arma blanca;
Cuando recobré el conocimiento...
("tema y variaciones de literatura", no. 22, el cuento mexicano del siglo xx, coordinación del ejempar severino salazar muro, uam-azcapotzalco, 2003)
Cuando le dije que mi amor
Era como una cordillera infinita,
Sólo acertó a decir 'Panasonic';
Cuando tomé su dedo meñique
Instintivamente vio su anular
Sin una piedra preciosa;
Cuando aspiré el halo
De su cabellera azabache,
Con su sonrisa me dijo 'Daewoo';
Cuando tracé un equilátero
Que abarcó un close-up
De su aureola a su barbilla
Desplegó una mirada 'Toshiba';
Cuando le dije que ni todo el oro
Del Perú cubre de brazaletes
Sus músculos de Carrara,
Me mostró la S de su torso;
Cuando le enseñé mi cartera,
El reloj de cuarzo y los restos
De incisivos, caninos y molares,
Me amenazó con un arma blanca;
Cuando recobré el conocimiento...
("tema y variaciones de literatura", no. 22, el cuento mexicano del siglo xx, coordinación del ejempar severino salazar muro, uam-azcapotzalco, 2003)
sábado, 20 de junio de 2015
Armando Salgado (1985 )
Tres poemas
Un poeta tiene ojos de agua.
Beben de ellos
animales pajizos
poemas coagulados
pájaros de piedra
y hasta el diablo.
Los zoológicos son distracciones
donde el espectador es inevitable.
¿Qué hay de los espacios
donde la animalidad nos obliga a olvidar?
Dijo Jeremías que mientras yo escribo me alumbro con el infierno.
¿Por eso mis manos arden?, ¿por ello el aguardiente quema mi
garganta?, ¿por el volcán que poco a poco crece en mi hígado?
El alcohol es un hacha para trozar el mar de nuestra boca. Su
filo es quemadura doble, el único lenguaje ante la hoguera.
("cofre de pájaro muerto", ediciones de punto de partida, unam, méxico mmxiv)
Un poeta tiene ojos de agua.
Beben de ellos
animales pajizos
poemas coagulados
pájaros de piedra
y hasta el diablo.
Los zoológicos son distracciones
donde el espectador es inevitable.
¿Qué hay de los espacios
donde la animalidad nos obliga a olvidar?
Dijo Jeremías que mientras yo escribo me alumbro con el infierno.
¿Por eso mis manos arden?, ¿por ello el aguardiente quema mi
garganta?, ¿por el volcán que poco a poco crece en mi hígado?
El alcohol es un hacha para trozar el mar de nuestra boca. Su
filo es quemadura doble, el único lenguaje ante la hoguera.
("cofre de pájaro muerto", ediciones de punto de partida, unam, méxico mmxiv)
viernes, 19 de junio de 2015
Diego Álvarez Miguel (1990 )
El silencio
En todas las canciones –dices mientras pones
el vinilo en el tocadiscos de tu padre–
hay un instrumento diferente
que no es de viento ni es de cuerda y
que suena entre todos los demás.
No hay músico alguno que sepa tocarlo
ni documentos en la historia que lo expliquen,
pero si me miras a los ojos mientras suena
–me dices– podrás ver que completa la canción
como el aire llena el árbol, como el cielo
hace con la imagen puntual de las estrellas.
("círculo de poesía")
En todas las canciones –dices mientras pones
el vinilo en el tocadiscos de tu padre–
hay un instrumento diferente
que no es de viento ni es de cuerda y
que suena entre todos los demás.
No hay músico alguno que sepa tocarlo
ni documentos en la historia que lo expliquen,
pero si me miras a los ojos mientras suena
–me dices– podrás ver que completa la canción
como el aire llena el árbol, como el cielo
hace con la imagen puntual de las estrellas.
("círculo de poesía")
jueves, 18 de junio de 2015
Joan Margarit (1938 )
Primer amor
Triste Girona de mis siete años:
en la posguerra los escaparates
tenían un color gris de penuria.
Y, sin embargo, en la cuchillería,
en cada hoja de acero destellaba la luz
como si se tratase de pequeños espejos.
Descansando la frente en el cristal,
miraba una navaja larga y fina,
bella como una estatua de mármol.
Puesto que en casa no querían armas,
fui a comprarla en secreto y, al andar,
la sentía, pesada, en mi bolsillo.
Cuando, a veces, la abría, muy despacio,
surgía, recta y afilada, la hoja
con esa conventual frialdad del arma.
Silenciosa presencia del peligro:
la oculté, los primeros treinta años,
tras los libros de versos y, después,
en un cajón, metida entre tus bragas
y entre tus medias.
Hoy, cerca ya de los cincuenta y cuatro,
vuelvo a mirarla, abierta en la palma de mi mano,
igual de peligrosa que en la infancia.
Fría, sensual. Más cerca de mi cuello.
("poética y poesía", fundación juan march, madrdi, mmx)
Triste Girona de mis siete años:
en la posguerra los escaparates
tenían un color gris de penuria.
Y, sin embargo, en la cuchillería,
en cada hoja de acero destellaba la luz
como si se tratase de pequeños espejos.
Descansando la frente en el cristal,
miraba una navaja larga y fina,
bella como una estatua de mármol.
Puesto que en casa no querían armas,
fui a comprarla en secreto y, al andar,
la sentía, pesada, en mi bolsillo.
Cuando, a veces, la abría, muy despacio,
surgía, recta y afilada, la hoja
con esa conventual frialdad del arma.
Silenciosa presencia del peligro:
la oculté, los primeros treinta años,
tras los libros de versos y, después,
en un cajón, metida entre tus bragas
y entre tus medias.
Hoy, cerca ya de los cincuenta y cuatro,
vuelvo a mirarla, abierta en la palma de mi mano,
igual de peligrosa que en la infancia.
Fría, sensual. Más cerca de mi cuello.
("poética y poesía", fundación juan march, madrdi, mmx)
miércoles, 17 de junio de 2015
Yamilet Fajardo (1984 )
La cadena alimenticia
Era reconfortante
la manera como la maestra Betty
nos lo explicaba:
Todo comienza con una planta
la planta es devorada por un conejo
ese conejo por un halcón
y el halcón por un tigre,
luego el tigre muere
pasa una semana
tal vez más
para que los gusanos
desaparezcan el cadáver.
La profesora nunca
dibujaba el cadáver
y nadie imaginaba
otro ejemplo
tan feliz.
Pero sé que todos
pensábamos en las fosas
y los hombre colgados
al final de la calle.
Agradecíamos la gran nobleza
de las larvas
que ahora estarán
alimentándose de los muertos
que nadie reconoce.
(en la web, con autorización de la poeta)
Era reconfortante
la manera como la maestra Betty
nos lo explicaba:
Todo comienza con una planta
la planta es devorada por un conejo
ese conejo por un halcón
y el halcón por un tigre,
luego el tigre muere
pasa una semana
tal vez más
para que los gusanos
desaparezcan el cadáver.
La profesora nunca
dibujaba el cadáver
y nadie imaginaba
otro ejemplo
tan feliz.
Pero sé que todos
pensábamos en las fosas
y los hombre colgados
al final de la calle.
Agradecíamos la gran nobleza
de las larvas
que ahora estarán
alimentándose de los muertos
que nadie reconoce.
(en la web, con autorización de la poeta)
martes, 16 de junio de 2015
Stanley Kunitz (1905/2006 )
Bendición
Que Dios destierre de tu casa
a la mosca, la cucaracha, el ratón
que alborota detrás de las paredes
hasta hacer caer el revoque;
que exhorte desde tu puerta
al hipócrita y al falsario;
que no permita que el miedo, asustadizo,
blando y felino suba por tu escalera,
a los agentes de tus dudas:
que Dios los eche con un silbido.
Que no permita nada contaminado del mal,
que nada que pueda marchitar
la fronda más tierna de tu corazón
invada tu sangre tierna y profunda.
En contra del gotear de la noche
tenga Dios bien cerradas las ventanas,
proteja tus espejos
de sorpresa, delirios,
no admita que el viento rezagado
dentro de tu cerrada mente
emplume el lago del sueño
con sueños. Si has de llorar
que Dios te de lágrimas, pero que te deje
soledad para tu pesar,
e islas para tu orgullo,
y amor para que anide a tu lado.
Permita Dios que hasta el hueso
seas tú misma;
permita que sea yo (mi amor)
dulce compañía.
("otra iglesia es imposible", trad. alberto girri)
lunes, 15 de junio de 2015
Laura Yasán (1960 )
Todos estamos solos en Buenos Aires
ella duerme con piyama de seda
afuera merodea un vendaval sudaca
la noche cobra víctimas
babea en las terrazas una furia homicida
nada cambia jamás
todos estamos solos en buenos aires
todos estamos turbios
todos estamos hartos
ella duerme con piyama de seda
abrazada a la almohada como hacemos los náufragos
detrás de la ventana
una mujer se enciende de pastillas
y se pone a pescar besos enfermos
todos estamos solos en buenos aires
todos estamos sucios
todos huérfanos
ella duerme y es joven hermosa vulnerable
afuera un hombre miente
en las pensiones se revuelve la sopa
en los bares circulan líquidos oscuros
todos convalecemos en buenos aires
todos estamos solos
nada cambia jamás
la noche cobra víctimas
y ella duerme con piyama de seda
("life vest under your seat")
ella duerme con piyama de seda
afuera merodea un vendaval sudaca
la noche cobra víctimas
babea en las terrazas una furia homicida
nada cambia jamás
todos estamos solos en buenos aires
todos estamos turbios
todos estamos hartos
ella duerme con piyama de seda
abrazada a la almohada como hacemos los náufragos
detrás de la ventana
una mujer se enciende de pastillas
y se pone a pescar besos enfermos
todos estamos solos en buenos aires
todos estamos sucios
todos huérfanos
ella duerme y es joven hermosa vulnerable
afuera un hombre miente
en las pensiones se revuelve la sopa
en los bares circulan líquidos oscuros
todos convalecemos en buenos aires
todos estamos solos
nada cambia jamás
la noche cobra víctimas
y ella duerme con piyama de seda
("life vest under your seat")
domingo, 14 de junio de 2015
Carlos López Beltrán (1957 )
Desabrigo
Tuve un hijo.
Entre las ramas del bosque alemán
que rayan como ráfagas de grafito la ventana
de pronto adivino su perfil y siento su presencia.
Camina solo en una ciudad desconocida por mí,
entre dos barrios lúgubres, de inmigrantes.
Lleva un suéter muy grueso y muy gastado.
Y ha encendido un cigarro...
En este mismo instante en que se me aparece su sombra
él me entrevé en este vagón oscuro
junto a una mujer dormida, escribiendo.
Escribiendo sobre él...
Siente mi turbación dolorosa
y la siente distante, fría, amortiguada
bajo la paja astrosa de la ausencia.
Tuve un padre apenas se murmura
a sí mismo cuando una rata
corriendo entre dos cloacas lo distrae.
Tuve un hijo apenas me murmuro y mi mujer despierta
y me dice quedito una rata, una rata
corriendo entre dos cloacas, en mi sueño...
Tuve un hijo.
Entre las ramas del bosque alemán
que rayan como ráfagas de grafito la ventana
de pronto adivino su perfil y siento su presencia.
Camina solo en una ciudad desconocida por mí,
entre dos barrios lúgubres, de inmigrantes.
Lleva un suéter muy grueso y muy gastado.
Y ha encendido un cigarro...
En este mismo instante en que se me aparece su sombra
él me entrevé en este vagón oscuro
junto a una mujer dormida, escribiendo.
Escribiendo sobre él...
Siente mi turbación dolorosa
y la siente distante, fría, amortiguada
bajo la paja astrosa de la ausencia.
Tuve un padre apenas se murmura
a sí mismo cuando una rata
corriendo entre dos cloacas lo distrae.
Tuve un hijo apenas me murmuro y mi mujer despierta
y me dice quedito una rata, una rata
corriendo entre dos cloacas, en mi sueño...
("otra iglesia es imposible")
sábado, 13 de junio de 2015
Ulla Hahn (1946 )
Despedida
No te cierro los párpados
No te ato el mentón
No te cruzo un brazo sobre el pecho
Puedes abrir todavía la boca
y alzar la mano mientras el tren silba
("el poeta ocasional", traducción: raúl bochardt)
No te cierro los párpados
No te ato el mentón
No te cruzo un brazo sobre el pecho
Puedes abrir todavía la boca
y alzar la mano mientras el tren silba
("el poeta ocasional", traducción: raúl bochardt)
viernes, 12 de junio de 2015
Joan Margarit (1938 )
El oráculo
Eres tú cuando niño, con un cazo.
En el pequeño matadero, aguardas
a que te vendan sangre.
Hay, sobre el suelo de cemento, un banco
con las cabras tendidas en hilera,
balando, atadas y ofrecido el cuello.
Bajo una de ellas has dejado el cazo.
Es negra y suave. Con parsimonia, un hombre
armado de un punzón, la ha degollado.
Como ocurría en Delfos, el mensaje
del chorro rojo golpeando el cazo
con el mismo sonido que ahora escuchas,
fue difícil y oscuro, y has tardado
cuarenta años en interpretarlo.
Lo haces ahora, mientras meas sangre.
("poética y poesía", fundación juan march, madrid, mmx)
Eres tú cuando niño, con un cazo.
En el pequeño matadero, aguardas
a que te vendan sangre.
Hay, sobre el suelo de cemento, un banco
con las cabras tendidas en hilera,
balando, atadas y ofrecido el cuello.
Bajo una de ellas has dejado el cazo.
Es negra y suave. Con parsimonia, un hombre
armado de un punzón, la ha degollado.
Como ocurría en Delfos, el mensaje
del chorro rojo golpeando el cazo
con el mismo sonido que ahora escuchas,
fue difícil y oscuro, y has tardado
cuarenta años en interpretarlo.
Lo haces ahora, mientras meas sangre.
("poética y poesía", fundación juan march, madrid, mmx)
jueves, 11 de junio de 2015
Amalia Bautista (1962 )
Hilos de seda
1.
Puente de plata para los que huyen,
puente de seda para nuestro encuentro.
Pero nadie transita por ninguno,
excepto la ansiedad y la tristeza,
cogidas de la mano y murmurando,
yendo y viniendo siempre, inagotables,
por ambos puentes y por nuestras vidas.
2.
Una vez conocí a un tipo tan raro
que todavía lo recuerdo. Dijo
que estaba condenado de por vida
a soportar el peso de una enorme
piedra sobre sus hombros, y que nunca
lograría llevarla a su destino.
Me contuve las ganas de decirle
"¿y qué crees que hago yo con estos hilos?"
3.
Cada día me digo, susurrando,
mantén el equilibrio. Todo acecha,
todo asusta, tu vida entera pende
de un frágil hilo y de un azar injusto.
Tu voluntad no puede demasiado.
No pierdas pie. Mantén el equilibrio.
("poética y poesía", fundación juan march, madrid, mmviii)
1.
Puente de plata para los que huyen,
puente de seda para nuestro encuentro.
Pero nadie transita por ninguno,
excepto la ansiedad y la tristeza,
cogidas de la mano y murmurando,
yendo y viniendo siempre, inagotables,
por ambos puentes y por nuestras vidas.
2.
Una vez conocí a un tipo tan raro
que todavía lo recuerdo. Dijo
que estaba condenado de por vida
a soportar el peso de una enorme
piedra sobre sus hombros, y que nunca
lograría llevarla a su destino.
Me contuve las ganas de decirle
"¿y qué crees que hago yo con estos hilos?"
3.
Cada día me digo, susurrando,
mantén el equilibrio. Todo acecha,
todo asusta, tu vida entera pende
de un frágil hilo y de un azar injusto.
Tu voluntad no puede demasiado.
No pierdas pie. Mantén el equilibrio.
("poética y poesía", fundación juan march, madrid, mmviii)
miércoles, 10 de junio de 2015
Horacio Castillo (1934/2010 )
Visita al maestro
Llueve sobre colinas y jardines.
Allá, junto a la ventana, está el fuego.
Hablar o callar ¿qué es lo mejor?
Preguntar o responder ¿qué es lo peor?
Llueve sobre colinas y jardines,
el agua salmodia en la penumbra.
¿También el callar es un hablar?
¿También el hablar es un callar?
Llueve sobre colinas y jardines.
Un caballo negro viene como volando.
¿La respuesta es entonces la pregunta?
¿La pregunta es entonces la respuesta?
Llueve sobre colinas y jardines.
El silencio del cuarto es el silencio del mundo.
("el poeta ocasional")
Llueve sobre colinas y jardines.
Allá, junto a la ventana, está el fuego.
Hablar o callar ¿qué es lo mejor?
Preguntar o responder ¿qué es lo peor?
Llueve sobre colinas y jardines,
el agua salmodia en la penumbra.
¿También el callar es un hablar?
¿También el hablar es un callar?
Llueve sobre colinas y jardines.
Un caballo negro viene como volando.
¿La respuesta es entonces la pregunta?
¿La pregunta es entonces la respuesta?
Llueve sobre colinas y jardines.
El silencio del cuarto es el silencio del mundo.
("el poeta ocasional")
martes, 9 de junio de 2015
Miyó Vestrini (1938/1991 )
Soledad
Soledad es simplemente
ese viejo marinero que nos habla de las serpientes del sur.
Es simplemente esa plegaria que se pronuncia
al pasar cerca de un mendigo.
Soledad puede ser
cualquier lagarto arrodillado;
cualquier ciudad que agoniza poblándose de emigrantes
y de mujeres desnudas.
Soledad yo te invoco.
Y la lluvia danza a mi alrededor.
Sobre todas las cosas del olvido clavas tu aullido de niño muerto
y no obstante,
cada vez que te invoco
sólo me traes el gesto de aquel adolescente que quería morir
bajo los puentes.
Resucitaste una tarde
mientras yo le mentía al joven desconocido y él me hablaba
de una casa extraña
donde los ancianos daban grandes banquetes y ofrecían sacrificios.
Resucitaste soledad.
Conocí entonces el nombre del que me hablaba,
comprendí que la casa extraña
no era sino una vieja palabra cuya ternura utilizaban
mis antepasados para enamorar a las bailarinas del fuego.
Descubrí la mentira del tranvía que devoraba al estudiante.
Y nuevamente Soledad
me levanté contra todas las ventanas del mundo,
contra todas las palmadas dadas en los cinematógrafos.
Me levanté soledad.
Y la lluvia danzó a mi alrededor.
Maracaibo, junio de 1956
(libreriabarcodepapelny)
Soledad es simplemente
ese viejo marinero que nos habla de las serpientes del sur.
Es simplemente esa plegaria que se pronuncia
al pasar cerca de un mendigo.
Soledad puede ser
cualquier lagarto arrodillado;
cualquier ciudad que agoniza poblándose de emigrantes
y de mujeres desnudas.
Soledad yo te invoco.
Y la lluvia danza a mi alrededor.
Sobre todas las cosas del olvido clavas tu aullido de niño muerto
y no obstante,
cada vez que te invoco
sólo me traes el gesto de aquel adolescente que quería morir
bajo los puentes.
Resucitaste una tarde
mientras yo le mentía al joven desconocido y él me hablaba
de una casa extraña
donde los ancianos daban grandes banquetes y ofrecían sacrificios.
Resucitaste soledad.
Conocí entonces el nombre del que me hablaba,
comprendí que la casa extraña
no era sino una vieja palabra cuya ternura utilizaban
mis antepasados para enamorar a las bailarinas del fuego.
Descubrí la mentira del tranvía que devoraba al estudiante.
Y nuevamente Soledad
me levanté contra todas las ventanas del mundo,
contra todas las palmadas dadas en los cinematógrafos.
Me levanté soledad.
Y la lluvia danzó a mi alrededor.
Maracaibo, junio de 1956
(libreriabarcodepapelny)
lunes, 8 de junio de 2015
José Watanabe (1945/2007 )
El vado
Si vas por la playa donde se vadea el río
verás,
plantadas en el limo,
largas varas de eucalipto. Están allí
para los caminantes que van a la otra ribera.
Una será tu cayado:
con ella tantearás, sin riesgo, un camino
entre las aguas turbias
y las piedras de resbaloso musgo.
Cuida de dejar hundida la vara
con gratitud
en la otra orilla: otro viene:
acaso mi padre
que en las tierras amarillas busca sandías silvestres,
acaso yo
que regreso, retrasado y viejo,
mirando ansioso mi pueblo que tras el río
ondula o se difumina con el vaho solar.
Allí,
según costumbre, sembraron mi ombligo
entre la juntura de dos adobes
para que yo tuviera patria.
Deja el cayado clavado en el limo.
("el desierto nunca se acaba", antología, ed. textofilia, col. lumía, méxico, mmxiii)
Si vas por la playa donde se vadea el río
verás,
plantadas en el limo,
largas varas de eucalipto. Están allí
para los caminantes que van a la otra ribera.
Una será tu cayado:
con ella tantearás, sin riesgo, un camino
entre las aguas turbias
y las piedras de resbaloso musgo.
Cuida de dejar hundida la vara
con gratitud
en la otra orilla: otro viene:
acaso mi padre
que en las tierras amarillas busca sandías silvestres,
acaso yo
que regreso, retrasado y viejo,
mirando ansioso mi pueblo que tras el río
ondula o se difumina con el vaho solar.
Allí,
según costumbre, sembraron mi ombligo
entre la juntura de dos adobes
para que yo tuviera patria.
Deja el cayado clavado en el limo.
("el desierto nunca se acaba", antología, ed. textofilia, col. lumía, méxico, mmxiii)
domingo, 7 de junio de 2015
Uriel Martínez (1950 )
Los mapas
Durante mucho tiempo
supuse que el agua
saciaba la sed; que
el sol era benigno.
Supuse también que alguien
vendría y permanecería
aquí, como el silencio
que encierran los cajones.
No sé por cuantos años
di por sentado que una casa,
una cama, una cuna,
un pedernal bastaban.
En efecto, el viento, la noche,
el cerrojo, el sueño, la boca
las manos me bastan
para algo, para alguien.
Durante algún tiempo consulté
horóscopos, vísceras, vuelos,
horarios, rutas, caminos.
Pero no aparecías.
("la biblioteca de marcelo leites")
Durante mucho tiempo
supuse que el agua
saciaba la sed; que
el sol era benigno.
Supuse también que alguien
vendría y permanecería
aquí, como el silencio
que encierran los cajones.
No sé por cuantos años
di por sentado que una casa,
una cama, una cuna,
un pedernal bastaban.
En efecto, el viento, la noche,
el cerrojo, el sueño, la boca
las manos me bastan
para algo, para alguien.
Durante algún tiempo consulté
horóscopos, vísceras, vuelos,
horarios, rutas, caminos.
Pero no aparecías.
("la biblioteca de marcelo leites")
sábado, 6 de junio de 2015
Jotamario Arbeláez (1940 )
Colegiala desnuda
Regresa la niña del colegio
Quién sabe qué pensamientos oculta su cabellera negra
Seguramente el profesor calificó mal su tarea
Seguramente que le tocó sus senos
Seguramente le prometió un confite
Regresa a la casa la niña que querría ser desencuadernada
Que gustaría ser repasada por un lector ávido de conocimientos
Regresa con el ánimo de despojarse de sus vestiduras
De estrenar su desnudo para ponerse cómoda
Para poder pensar sin problemas en la regla del tres
Regresa la niña del colegio con ganas de chupar un bombón
Y chupando el bombón piensa la niña que debe haber algo más dulce
Y la sangre circula como miel por su panal florido
y ella siente la voz del atavismo cosquilloso que le dice que
para poder aprender hay que despojarse voluntariamente de todo
Y deseosa de aprender ella se va quitando el vestido
Ese vestido de colegio que con tanto cariño le cosió su mamá
La blusa blanca de infinitos botones
La falda azul ajustada con un gancho de nodriza
Los zapatos del uniforme
Las medias tobilleras que escalan sus piernas derechitas
El brassier que contiene principios básicos de trigonometría
Los calzoncitos de amoníaco
Carpa bajo la cual acampa la prodigiosa respiración de la reina de Saba
Mosquitero de los deseos
Atarraya del poniente
Cabo Cañaveral del cohete carnal
La niña sabe que hay un cinco rayado en mitad de sus piernas
Un coño bien calificado
El honroso diploma
con el cual se gradúa
profesional en el amor
Colegiala del alma
míreme
"qué piensa hacer cuando esté grande"
Regresa la niña del colegio
Quién sabe qué pensamientos oculta su cabellera negra
Seguramente el profesor calificó mal su tarea
Seguramente que le tocó sus senos
Seguramente le prometió un confite
Regresa a la casa la niña que querría ser desencuadernada
Que gustaría ser repasada por un lector ávido de conocimientos
Regresa con el ánimo de despojarse de sus vestiduras
De estrenar su desnudo para ponerse cómoda
Para poder pensar sin problemas en la regla del tres
Regresa la niña del colegio con ganas de chupar un bombón
Y chupando el bombón piensa la niña que debe haber algo más dulce
Y la sangre circula como miel por su panal florido
y ella siente la voz del atavismo cosquilloso que le dice que
para poder aprender hay que despojarse voluntariamente de todo
Y deseosa de aprender ella se va quitando el vestido
Ese vestido de colegio que con tanto cariño le cosió su mamá
La blusa blanca de infinitos botones
La falda azul ajustada con un gancho de nodriza
Los zapatos del uniforme
Las medias tobilleras que escalan sus piernas derechitas
El brassier que contiene principios básicos de trigonometría
Los calzoncitos de amoníaco
Carpa bajo la cual acampa la prodigiosa respiración de la reina de Saba
Mosquitero de los deseos
Atarraya del poniente
Cabo Cañaveral del cohete carnal
La niña sabe que hay un cinco rayado en mitad de sus piernas
Un coño bien calificado
El honroso diploma
con el cual se gradúa
profesional en el amor
Colegiala del alma
míreme
"qué piensa hacer cuando esté grande"
("marcelo leites")
viernes, 5 de junio de 2015
María Teresa Andruetto (1954 )
Desnuda en la tienda
No era coqueta
Era fuerte.
June Jordan
Necesito ropa, dijiste. Una blusa
alegre, de color subido. Y fuimos
a la tienda. La chica que nos llevó
a los vestidores se llamaba tula.
Te queda rico, dijo, te queda de novela.
Nos metimos las dos en esa caja,
entrábamos apenas.
Como no había asientos ni percheros
te ofrecí mis brazos.
Te sacaste el vestido, la campera,
te sacaste la blusa, las hombreras,
te sacaste el turbante, la remera,
te sacaste el corpiño, la bolsita de mijo,
te miraste al espejo y me miraste
y yo vi tu pecho crudo, las costillas
al aire, y después tu corazón
como una piedra, fuerte y fatal
como una piedra.
("emma gunst")
No era coqueta
Era fuerte.
June Jordan
Necesito ropa, dijiste. Una blusa
alegre, de color subido. Y fuimos
a la tienda. La chica que nos llevó
a los vestidores se llamaba tula.
Te queda rico, dijo, te queda de novela.
Nos metimos las dos en esa caja,
entrábamos apenas.
Como no había asientos ni percheros
te ofrecí mis brazos.
Te sacaste el vestido, la campera,
te sacaste la blusa, las hombreras,
te sacaste el turbante, la remera,
te sacaste el corpiño, la bolsita de mijo,
te miraste al espejo y me miraste
y yo vi tu pecho crudo, las costillas
al aire, y después tu corazón
como una piedra, fuerte y fatal
como una piedra.
("emma gunst")
jueves, 4 de junio de 2015
Mariela Dreyfus (1960)
Equinos
Como todas las potrancas de este mundo
Cabalgo me encabrito y al borde de la noche
Cedo mis ancas al jinete de las barbas del oeste
Para después relinchar gozosa sobre el prado.
Incapaz de monturas o de riendas,
Sólo el azúcar, las hierbas y los niños
Y este jinete de potencia de centauro
Para calmar mi sed
A pelo, entre los lomos.
Como todas las potrancas de este mundo
Cabalgo me encabrito y al borde de la noche
Cedo mis ancas al jinete de las barbas del oeste
Para después relinchar gozosa sobre el prado.
Incapaz de monturas o de riendas,
Sólo el azúcar, las hierbas y los niños
Y este jinete de potencia de centauro
Para calmar mi sed
A pelo, entre los lomos.
("emma gunst")
miércoles, 3 de junio de 2015
César Cantoni (1951 )
Álbum de familia
Murió mi padre, murieron mis abuelos,
murieron mis tíos carnales y políticos.
Una familia entera de herreros,
ebanistas, curtidores, albañiles,
yace ahora sin fuerzas bajo tierra.
Y yo, el más inútil de todos,
el que no sabe hacer nada con las manos,
he logrado sobrevivir impunemente
para llorar delante de una foto
lo mejor de mi sangre.
Murió mi padre, murieron mis abuelos,
murieron mis tíos carnales y políticos.
Una familia entera de herreros,
ebanistas, curtidores, albañiles,
yace ahora sin fuerzas bajo tierra.
Y yo, el más inútil de todos,
el que no sabe hacer nada con las manos,
he logrado sobrevivir impunemente
para llorar delante de una foto
lo mejor de mi sangre.
("la biblioteca de marcelo leites")
martes, 2 de junio de 2015
Angelina Muñiz-Huberman (1936 )
Vilano al viento
Como no tengo raíces
no me entierro.
Ser errante,
ser sin polvo,
ser que no es ser.
Quien no tiene casa
no tiene muro.
Quien no tiene muro
no tiene yedra.
Tal vez hojas de árbol
y plumas de ave.
¿Dónde escribir entonces?
Si no tengo raíces
es que no tengo tierra.
Porque toda la tierra no es nada.
Si no tengo tierra
es que no tengo país.
No tengo país,
no tengo tierra,
no tengo nada.
A veces, en el camino, me siento a descansar.
Y amo el árbol que me apoya.
Y las hojas de cristal titilante.
A donde llego
soy extranjera
de pie leve
y mirada en tránsito.
Rodando de grano en grano,
piedra de río no pulida,
agua que no vuelve a pasar,
sol de cada amanecer.
Como he callado tanto
he olvidado el hablar.
Mis palabras nadie las entiende.
No hay eco que las repita.
De un silencio en otro silencio,
de una soledad en otra soledad.
Mis huellas desnudas sienten la tierra,
y la tierra es la misma en todas partes.
Pero yo no reconozco el tacto de la mía.
Desterrada aún sin haber nacido
ni siquiera me queda el recuerdo,
ni siquiera puedo rebuscar en mi memoria
ni un olor, ni un sabor,
ni un murmullo de no sé qué aguas cadenciosas,
ni un color, ni una forma,
ni paisajes, ni ciudades, ni calles.
Todo lo invento,
todo lo sueño,
todo lo presiento.
Como amante sin amado,
conozco el amor y no sé lo que es.
El viento, la lluvia y el sol
han golpeado mi piel
cada día del año sin herirme.
Pude escoger alguna tierra
y decir que era la mía,
pero no pude aprender a mentir.
Pude haber olvidado
lo que ya era un olvido
para sólo despertar mi memoria.
Me esforcé porque no muriera
lo que no había nacido.
Tuve entre mis manos
criatura sin forma
de sangre que yo perdía.
Creí que el mundo era redondo,
caminé, caminé, caminé,
pero no llegué.
Creí que el tiempo purificaba
y mis temores espesaron.
Los años corrieron.
Cuando volví la vista atrás,
era más el camino andado
que el por andar
y ni un signo,
ni un polvo,
ni un resquicio
en el mundo derruido.
Como siempre,
el invento de cada día,
la mirada que no se ve,
espejo roto, sin soplo.
Vilano al viento
es vilano en busca
de una tierra donde caer.
("emma gunst")
Como no tengo raíces
no me entierro.
Ser errante,
ser sin polvo,
ser que no es ser.
Quien no tiene casa
no tiene muro.
Quien no tiene muro
no tiene yedra.
Tal vez hojas de árbol
y plumas de ave.
¿Dónde escribir entonces?
Si no tengo raíces
es que no tengo tierra.
Porque toda la tierra no es nada.
Si no tengo tierra
es que no tengo país.
No tengo país,
no tengo tierra,
no tengo nada.
A veces, en el camino, me siento a descansar.
Y amo el árbol que me apoya.
Y las hojas de cristal titilante.
A donde llego
soy extranjera
de pie leve
y mirada en tránsito.
Rodando de grano en grano,
piedra de río no pulida,
agua que no vuelve a pasar,
sol de cada amanecer.
Como he callado tanto
he olvidado el hablar.
Mis palabras nadie las entiende.
No hay eco que las repita.
De un silencio en otro silencio,
de una soledad en otra soledad.
Mis huellas desnudas sienten la tierra,
y la tierra es la misma en todas partes.
Pero yo no reconozco el tacto de la mía.
Desterrada aún sin haber nacido
ni siquiera me queda el recuerdo,
ni siquiera puedo rebuscar en mi memoria
ni un olor, ni un sabor,
ni un murmullo de no sé qué aguas cadenciosas,
ni un color, ni una forma,
ni paisajes, ni ciudades, ni calles.
Todo lo invento,
todo lo sueño,
todo lo presiento.
Como amante sin amado,
conozco el amor y no sé lo que es.
El viento, la lluvia y el sol
han golpeado mi piel
cada día del año sin herirme.
Pude escoger alguna tierra
y decir que era la mía,
pero no pude aprender a mentir.
Pude haber olvidado
lo que ya era un olvido
para sólo despertar mi memoria.
Me esforcé porque no muriera
lo que no había nacido.
Tuve entre mis manos
criatura sin forma
de sangre que yo perdía.
Creí que el mundo era redondo,
caminé, caminé, caminé,
pero no llegué.
Creí que el tiempo purificaba
y mis temores espesaron.
Los años corrieron.
Cuando volví la vista atrás,
era más el camino andado
que el por andar
y ni un signo,
ni un polvo,
ni un resquicio
en el mundo derruido.
Como siempre,
el invento de cada día,
la mirada que no se ve,
espejo roto, sin soplo.
Vilano al viento
es vilano en busca
de una tierra donde caer.
("emma gunst")
lunes, 1 de junio de 2015
Miyó Vestrini (1938/1991 )
Los paredones de primavera
No enseñaré a mi hijo a trabajar la tierra
ni a oler la espiga
ni a cantar himnos.
Sabrá que no hay arroyos cristalinos
ni agua clara que beber.
Su mundo será de aguas infernales
y planicies oscuras.
De gritos y gemidos,
de sequedad en los ojos y la garganta,
de martirizados cuerpos que ya no podrán verlo ni oirlo.
Sabrá que no es bueno oír las voces de quienes exaltan el color del cielo.
Lo llevaré a Hiroshima. A Seveso. A Dachau.
Su piel caerá pedazo a pedazo frente al horror
y escuchará con pena el pájaro que canta,
la risa de los soldados
los escuadrones de la muerte
los paredones en primavera.
Tendrá la memoria que no tuvimos
y creerá en la violencia
de los que no creen en nada.
("libreriabarcodepapelny")
No enseñaré a mi hijo a trabajar la tierra
ni a oler la espiga
ni a cantar himnos.
Sabrá que no hay arroyos cristalinos
ni agua clara que beber.
Su mundo será de aguas infernales
y planicies oscuras.
De gritos y gemidos,
de sequedad en los ojos y la garganta,
de martirizados cuerpos que ya no podrán verlo ni oirlo.
Sabrá que no es bueno oír las voces de quienes exaltan el color del cielo.
Lo llevaré a Hiroshima. A Seveso. A Dachau.
Su piel caerá pedazo a pedazo frente al horror
y escuchará con pena el pájaro que canta,
la risa de los soldados
los escuadrones de la muerte
los paredones en primavera.
Tendrá la memoria que no tuvimos
y creerá en la violencia
de los que no creen en nada.
("libreriabarcodepapelny")