martes, 12 de agosto de 2014

Eduardo Chirinos (1960 )

Se llamaba María Fe

Se llamaba María Fe, pero ese no era su verdadero nombre. El hábito apenas dejaba ver su cara, la serena blancura de sus manos. El resto estaba consagrado a Dios, quien sabía su verdadero nombre y podía acompañarla en la soledad de su cuarto, mientras se escarmenaba el pelo o se ponía morosamente la pijama (¿las madres duermen en pijama?) Cada año cruzaba los dedos para que me tocara su clase, pero nunca tuve esa suerte. En los recreos la contemplaba a escondidas y me ponía rojo si por casualidad me miraban sus ojos, tan negros y tan tristes. Dicen que fue reina de belleza en un pueblo de España y que un día renunció a todo por Jesús. Y se vino a educar niños en un colegio de Lima.


(fuente: Anuario mínimo [1960-2010], ed. Conaculta, col. Práctica Mortal, 2014.)

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