viernes, 12 de julio de 2013

Hay que ver la cultura en Dogville

Alrededor de 17 millones de pesos serán gastados en unos cuantos días en una ciudad Colombiana. Están invitados dos mexicanos: Valeria Luiselli y Tryno Maldonado.
     Hace unos días, entrevistado en un noticiero que cubre todo México, un distinguido promotor deportivo opinó que debía dársele un mejor uso al dinero. En lugar de hacer encuentros carísimos (construcción de estadios incluida), que brindan alegría por unos días y que dejan quebrantos que resolver en los administradores públicos, que siempre pagan el lujo o aumentan y heredan el déficit, deberían hacerse escuelas donde sería más útil la práctica de los deportes. Este señor se llama Nelson Vargas. Estoy de acuerdo.
     Y, trasladado el tema al ámbito literario, HAY que preguntarse si sirve de algo gastar en una gran fiesta que quién sabe si aumenta realmente el consumo de libros o la escritura y publicación de obras. ¡AY! Creo que todos los millones de pesos destinados a viajes, hoteles, unos minutos de lecturas, charlas con el público (que suele no hablar gran cosa, porque el tiempo es breve) y con los colegas, tendrían mejor uso.
     Hace unos meses hubo un Hay Festival en Xalapa. Sus efectos se verán quizás en una o dos personas de la próxima generación que lo recuerden. Y tenemos prisa. Necesitamos datos, estadísticas, prospectivas: ¿qué cambios ha habido en la literatura en Veracruz en los últimos años? Los cambios se deben a las inversiones que hacen los propios autores (¡ay!, las pestañas quemadas). Las fiestas, y sobre todo las grandes fiestas, las que cuestan millones, apenas sirven para conseguir una foto con algunos personajes invitados, o de uno mismo en un escenario que pronto será desmontado.
 
 
(Antes del Hay Festival de Veracruz, hubo uno -UNO- en Zacatecas, en las postrimerías de Amalia García Medina como gobernadora y, al parecer, como mujer política que le entregó el poder en bandeja de plata al PRI. Por supuesto que el festival pasó sin pena ni gloria: ahí, en medio de la fiesta cultural, estaba la decana de los libreros haciendo su agosto: tenía libros de Elmer, Villoro, Cercas, Yuri y otros escritores que participaron en el suceso. Pero no hubo prensa competente que cubriera las distintas mesas redondas express. Express porque se sucedían una tras otra con mínima duración. Es cierto que ya conocemos -otros escritores- de sobra el rollo perpetuo del escritor estrella de Sinaloa, lo mismo que el de Villoro, etcétera. Ricardo Haus trajo de Chile un documental -incompleto- sobre la vida, obra y milagros de Roberto Bolaño. En fin, ahora nadie en Zacatecas se acuerda de ese ¡Ay, sin ventura de mí!, festival pues Trinidad Maldonado ya había emigrado a Oaxaca. Nota copiada y pegada del blog "letras de ver", autor: Jaime Velázquez, 24 enero 2013.)

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