martes, 31 de enero de 2012

Bolaño, apuntes biográficos

Mi padre, mi madre y 'Scaramouche'

Nací el 28 de abril de 1953, en Santiago de Chile. En un hospital.

Mi infancia transcurrió en el Cerro Placeres, en Valparaíso, en la casa de mi abuela en Viña del Mar, en Quilqué, en Cauquenes, en Mulchén, en Los Ángeles.

En 1968 mi madre y mi padre, en un gesto probablemente de amor, decidieron marcharse a México DF, en donde, pese al Aire Mexicano, terminaron por separarse (antes ya lo habían hecho unas diez veces, pero aquella fue la definitiva).

En 1969-70 dejé de estudiar y me puse a trabajar vendiendo Vírgenes de Guadalupe y San Martín de Porres en los barrios más miserables del gran centro del DF, de puerta en puerta.

Una mañana el coche de Tito Davison estuvo a punto de atropellarme. Le dije que quería ser actor de cine y que había escrito una novela que se llamaba La Rodilla en el Pantalón Roto. (...) Mi padre montó un comedor para obreros en el extrarradio. Dormía allí, en el suelo, y algunas veces yo lo acompañé. ¡Aún recuerdo el sabor de la CocaCola mexicana! (...)

Trabajé de maletero en Viña, la estación de tren de Miramar, vendí revistas en Cauquenes, le envié un cuento a la directora de Zig Zag con la esperanza de que sirviera como argumento para una historieta de cowboys. Aún recuerdo a los personajes principales: Lobito y Cameron (para mi sorpresa, la directora de Zig Zag me contestó, gesto que mis fantasmas le agradecerán eternamente).

De niño me peleé innumerables veces.

Fui jefe de una pandilla en Quilqué y en Viña. En Cauquenes, sólo por quedar bien, dije que quería ser cura y me escribieron desde un seminario de Canadá. Mi madre (mi padre vivía en otro lugar) casi me mata.

Mi madre me contó una vez que durante el octavo o séptimo mes de embarazo fue a ver Scaramouche y que yo me movía allí dentro como si estuviera esgrimiendo un sable. A lo largo de los años he visto Scaramouche unas 5 veces y siempre me ha dado pena y alegría y una sensación de paradoja total. (Pero yo hubiera matado a Mel Ferrer).

En Los Ángeles llegué a asistir al cine prácticamente a diario. Corrí el Maratón del pueblo.

Jugué al fútbol, en Chile y en México.

Mi padre me enseñó a boxear.

A los diez años encontré en el ropero una pistola. Grande y negra, envuelta en los calzoncillos grandes y blancos de mi padre.

Mi padre estuvo preso dos veces, una por matar a un hombre, accidentalmente, la otra por contrabando. Mi madre estuvo en cuanta huelga se hizo por aquellos años.

Abandoné Chile en 1974 y nunca más he vuelto. (...)


(El autor chileno de "Una novelita lumpen" fue una variante del rey Midas. Apuntes reproducidos del diario en línea La Vanguardia, español.)

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