jueves, 6 de octubre de 2011

MUJERES DE NICARAGUA

Decenas de mariposas de cartón recorrieron hace unos días el centro de Managua. Fueron utilizadas por un grupo de mujeres que, llegadas de lugares recónditos de Nicaragua, montaron una protesta exigiendo al Parlamento del país centroamericano que restituya el aborto terapéutico (justificado por razones médicas), penalizado en 2006. Cinco años después, con otra campaña electoral como contexto, las mujeres exigen dar marcha atrás a lo que consideran un error, pero ninguno de los candidatos está dispuesto a jugarse los votos.

Para Jaqueline, de 32 años, originaria de Matagalpa, en el centro de Nicaragua, esta es su lucha. Llegó desde su ciudad a decirles a los diputados que restituyan lo que ella llama un derecho de las mujeres nicaragüenses. “Muchas han muerto por no practicarse un aborto terapéutico, por ser penado. Los políticos son unos desconsiderados, deberían pensar que ellos nacieron de una madre y tienen hermanas, sobrinas y tías. Como ellos no son mujeres, no pueden ponerse en nuestros zapatos. Queremos que nos dejen de utilizar solo cuando vienen las elecciones”, dijo.
Para los analistas, los nicaragüenses están frente a la campaña más vacía y conservadora de la débil democracia conseguida tras la caída del primer Gobierno sandinista, en 1990. “Las campañas no ofrecen nada que pueda atraer a los electores”, asegura el sociólogo Oscar René Vargas. “Esta es una campaña de gente de derecha. ¡Imagínate que un candidato ofrece la castración! Esa es una brutalidad”, dice Vargas.
Daniel Ortega continúa a la cabeza en las encuestas, con un 45,8% de la intención de voto para los comicios del 6 de noviembre, con una cómoda ventaja de más de diez puntos sobre su principal contrincante, según un sondeo reciente de CID Gallup. En segundo lugar se ubica el empresario opositor Fabio Gadea (33,5%) y seguido del expresidente Arnoldo Alemán (10,1%).
Los políticos no están dispuestos a ceder en un tema tan controvertido como el del aborto, más en un país conservador y de profundas raíces católicas, donde hasta los guerrilleros que una vez lucharon contra la dictadura somocista cargaban crucifijos en el cuello mientras lanzaban cócteles molotov. En Nicaragua, la Conferencia Episcopal tiene un peso tan grande que ningún candidato está dispuesto a contradecir a los obispos. De hecho, todos los aspirantes a la presidencia de este pequeño país se han pronunciado contra el aborto, incluido el terapéutico, y se autonombran “provida”, incluido Ortega, que participa en la elección a pesar de que el artículo 147 de la Constitución impide renovar el mandato de un presidente o elegir a alguien que ya haya sido gobernado el país dos veces.

Jaqueline, 32 años

Los candidatos de oposición también han dejado bien claro que no están a favor del aborto. Fabio Gadea, del Partido Liberal Independiente, asegura ser “provida”, aunque sus contrincantes lo critican por unas declaraciones de su candidato a la vicepresidencia, Edmundo Jarquín, disidente del Frente Sandinista de Liberación Nacional, quien en 2006 expresó su posición a favor del aborto terapéutico.
“Arnoldo [Alemán] y yo somos provida y ¿vos Fabio [Gadea] sos abortista? ¿Vos Mundo [por Edmundo Jarquín] podés decir que estás en contra del aborto?”, espetó Francisco Aguirre Sacasa, número dos de la candidatura de Arnoldo Alemán, quien aspira a regresar al poder en Nicaragua a pesar que las encuestas muestran que el 80% del electorado lo desprecia por los casos de corrupción denunciados durante su Administración (1997-2002) y por su pacto político con Ortega.
Otro de los candidatos de oposición, Enrique Quiñónez, de la Alianza Liberal Nicaragüense, ha prometido en su campaña que, de ganar la presidencia, implementará lo que desde su equipo partidista llaman una “novedosa propuesta”: castrar químicamente a los hombres acusados de violencia sexual. Posiblemente Quiñónez buscaba congraciarse con las mujeres en un país donde los delitos sexuales son comunes y donde en lo que va del año han sido asesinadas 61 mujeres.
Sin embargo, a varias organizaciones feministas no ha gustado la propuesta. Además, Quiñónez ha desarrollado una agresiva campaña contra el aborto: el día de la presentación oficial de su plan de gobierno se rodeó de muchachas que gritaban lemas contra el aborto. Y su más reciente anuncio publicitario muestra fetos despedazados en un brutal mensaje con el que espera ganar votos.
Los candidatos también han mostrado la cara más retrógrada de la política nicaragüense. Gadea se ha echado encima a las comunidades de homosexuales del país al asegurar “que no le gusta ver a dos hombres besándose” y al escribir contra la homosexualidad en artículos publicados en el conservador La Prensa.
La campaña no atrae a las mujeres. Aquel grupo que se reunió en una céntrica avenida de Managua cargando mariposas de cartón, traía un mensaje claro para los candidatos: si quieren sus votos, tienen que escuchar sus demandas. “Los programas de los políticos en estas elecciones no han integrado los derechos de las mujeres, y la única mención que hacen es para decir que están a favor de la penalización de las mujeres, que están a favor del castigo a las mujeres”, aseguró la feminista Ana Quiroz.


(reportaje de Carlos Salinas Maldonado, tomado de El País)

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