viernes, 24 de septiembre de 2010

CÓMO ME HICE MONJA

¿En qué radica el encanto de la novela Cómo me hice monja, del escritor argentino César Aira? En que captura la ambivalencia de la personalidad del chico cuyo padre un día lo lleva a probar la nieve a un parque público, primero, y luego lo llevan a la penitenciaría donde el narrador se extravía y, para localizarlo, se valen en el lugar de un altavoz en que gritan su nombre: a veces femenino y a veces masculino. Así, en ese juego ambivalente se desarrolla la historia de un niño de atributos sexuales indefinidos, pero indefinidos para su edad pues si a alguien de su edad le preguntan, ¿con quién te vas a casar: con un hombre o una mujer? Con una naturalidad lógica el chico dirá que con el padre o con un hombre.

Por lo menos esta es la reacción y respuesta que ofrecen algunos jovencitos, independientemente del camino que tomen en el futuro en cuanto a preferencias sexuales, en cuanto al hostigamiento que empiecen a vivir, primero en casa y en seguida en la escuela o colegio; y más tarde frente a bestias como el cardenal Juan Sandoval Íñiguez y compañía, quienes señalaron a los homosexuales como "más dañinos que el narco". Por el momento se ofrece la entrevista que el diario argentino La Nación hizo a un valiente transexual que enfrentó a la familia y la sociedad para asumir su personalidad, distinta a la que le inculcaron los padres y cuando ella no estaba en posibilidades de definirla.

(Cómo me hice monja es mi autobiografía, parcial porque trata sólo de un año de mi vida, enre los seis y los siete, empieza cuando pruebo un helado por primera vez, y termina cuando me asesina la viuda del heladero, confesión de César Aira en una charla con su público español, el 31 de mayo de 2004, en el diario El Mundo.)

http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1307519

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