domingo, 4 de julio de 2010

QUERIDA MIRTILA

Para cuando recibas esta carta abierta, ya habrán cerrado las casillas y los que descreemos de nuestra democracia ya habremos expresado nuestra voluntad: que a este país no se lo lleve el carajo. El domingo amaneció lluvioso y bajo el temporal fuí a emitir el sufragio de alguien que paga puntualmente impuestos con la intención que a nuestra identidad no se la cargue, como dijo el poeta arrabalero, la rechingada.
Sabía que si a la salida algún joven me abordaba para expresarle mi opinión en las urnas, quizá le soltara la sopa (la verdad): que anulé mi voto por el nivel jodido del discurso de los candidatos:
- Cuauhtémoc es hijo de padre desconocido, ergo, es un hijo de la chingada (El laberinto de la soledad, 1950, no ha perdido vitalidad en el submundo de la política.) Sintetizó el que lleva delantera en esta, aquella y aquella otra encuestas.
- Al chico rato van a decir que yo soy un ratero y Miguel joto, declaró sonriente a la prensa el candidato a alcalde acusado no de ratero, de raterazo por el ex de Finanzas, que fue el que le abrió la cartera. Aspirante, a su vez, faltaba menos, a diputado. Y así sucesivamente, Mirtila.
Tomé la determinación de anular los tres votos, a diputado, alcalde y gobernador, porque nadie va a levantar por mí la voz para que se castigue a los autores de los 49 inocentes muertos hace un año en la guardería ABC de Sonora; porque ninguno va a exigir cuentas por los periodistas muertos y desaparecidos en lo que llevamos de esta administración panista; porque todos fingirán amnesia ante la falta de dirección en los destinos del país, ni habrá alguno que levante la voz para decir "Alto al festín de sangre", que ya acumula 26 mil vidas segadas en una "lucha" contra el crimen organizado que no tiene fecha de caducidad; porque ni unidas mil voces se escuchará la demanda de que nos revelen que el Jefe Diego, hace semanas que entró en franca descomposición.
La tarde morirá, el mes expirará, el año caducará y la sensación de atravesar un estado de sitio será gradualmente creciente. Cada día que pase alguien nos tendrá al tanto que a Fulano, Sutano y Mengano lo asaltaron tres desconocidos embozados, con armas largas, lo golpearon y le desvalijaron hasta el alma en su propia casa; que aquel estudiante con prospectos de una beca Conacyt para estudiar una especialidad en el extranjeron -en realidad buscaba el exilio político con la bandera de becario-, fue levantado cuando se dirigía a... Que los huelguistas de hambre del sindicato equis fueron desalojados de madrugada de la plancha del Zócalo porque iniciaba un maratón de Televisa por el Bicentenario de nuestra Independencia.
Querida Mirtila, sé que sobrarán tus argumentos y reproches por mi decisión que refleja un escepticismo de viejo, de caduco, de intelectual de espaldas al Mundial de Fútbol, a la comedia de las 21 horas, al Reality Show de estos días de verano, al éxito que alcanzó la última intimidad de Ricky Martin y el deceso de don Gabriel Vargas, pero no importa; sé que tienes un juicio justo cuando eres desapasionada y que un día me contestarás esta carta a un tiempo realista y amarga.
No olvides que en casa te queremos y que por tu bien esperamos que tu exilio, un día, decidas volverlo una solicitud de asilo político y encuentres una casa más limpia, más decente, menos precaria como la casa de cartón que dejaste deshabitada desde hace como un lustro, donde las aves de corral ya son parte de tus recuerdos.

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