(La acción inicia con dos mujeres en una oficina, la que escribe y su ayudante, que viste como secretaria, pueden ser de la misma edad o de poca diferencia cronológica. Mientras una lee en voz alta, la otra está al tanto de lo que dice la otra.)
Por medio de la presente le ruego encarecidamente su presencia en la dirección de este colegio para tratar asuntos referidos a su hija, que tuvo a bien entregarnos a su educación y cuidado, pues ha mostrado conducta hostil hacia sus compañeros no sólo de salón sino de otros grupos.
Aunque de ella se ha ocupado la dirección al turnarla repetidas veces con la trabajadora social y con educadoras especializadas en conductas agresivas, como es el caso de su criatura, ésta no exhibe muestra de voluntad de mejoría alguna.
Antes de vernos obligados a su expulsión, pues ésta sería un precedente negativo para su reinscripción en otro colegio, al boletinarla la Asociación de Colegios y Escuelas Particulares a su circuito en todo el territorio corintio, la dirección ha tomado la decisión de hablar con sus padres o tutores encargados de su educación.
Para esto, paso a exponerle el último episodio que se vivió a la hora del recreo el viernes de la semana pasada: la pequeña Janette Medea le reclamó airadamente a su compañera de clase el comportamiento que, a sus ojos, ha tenido ésta con el compañero de pupitre de la primera, Oscar Jasón, quien es vecino de colonia de la criatura (hija del alcalde Creonte).
Luego de negar las acusaciones, la hija de la primera autoridad de Corinto, de momento se me va el nombre, la pequeña se negó también a darle una disculpa por los señalamientos de parte de Janette: que frecuentemente le regala helados, sabritas y refresco de zarzamora, cuando su compañera de pupitre comparte con Oscarito ensalada de pepino, jitomate y otras verduras con aceite de olivo, ademàs de intercambiar a menudo videos nuevos para playstation 4, iPods y trajes originales de spiderman.
La discusión durante el recreo,como es natural, atrajo la atención de otros compañeros no sólo del mismo salón sino de otros grupos. Cuando Janette Medea vio que había logrado atraer la atención de los curiosos del colegio, cogió las muñecas que ese día había llevado para la hora del recreo y las despanzurró, ¡delante de todo mundo!, para enseguida amenazar a la hija de Creonte: "Me las pagarás, mocosa."
La dirección del colegio considera nocivo el comportamiento de la nena Medea, por lo que en reunión del consejo se tomó la determinación de plantearle el asunto al padre, en este caso usted, antes de que las cosas lleguen a mayores y de que cunda el mal ejemplo entre los demás intergrantes de este centro educativo.
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