1.
Las actrices de cine Pina Pellicer y Miroslava Stern se quitaron la vida con dosis de barbitúricos, el actor Pedro Armendáriz de un tiro, cada uno por distintas razones. El medio literario ha sido pródigo en cuanto seres que se han privado de la vida: Eunice Odio, quien murió en la bañera de casa, Macky Corbalán, Alejandra Pizarnik, Marcela Olavarrieta, Alfonsina Storni, varones varios de generaciones distintas y por variados motivos: enfermedades incurables, mal de amores, trastornos emocionales. Pero ha habido aquellos que asumen el suicidio como un acto de libertad: soy libre de mi vida y de mi destino; también hay aquellos que cometen ese acto supremo como respuesta a un rechazo social (bullying le llaman hoy por una conducta sexual heterodoxa, por no apegarse a modelos sociales impuestos, por hostigamiento escolar). Razones hay miles. Pero últimamente en Dogville se han registrado suicidas entre menores de diez años de edad, según ha dado cuenta la prensa de nota roja.
2.
Ultimamente
He estado pensando en abandonar este pueblo
antes de que termine la Pandemia,
retirarme escuchando Los sonidos del silencio
como fondo musical.
Abandonaré todo y sólo me llevaré la imagen
de Chaplin al final de una cinta
en blanco y negro, con pasos de pato
mientras su imagen se diluye en bruma.
Dejaré mis manuscritos en cierto orden,
listos para entrar en imprenta con un diseño
otoñal, con hojas regadas
por el camino sin horizonte.
Encomendaré a Daniel e Hilario recojan
los versos inconclusos,
las cuartillas a medio redactar como
un testamento abandonado en puntos suspensivos.
Además de la ropa puesta no me haré responsable
si ya ido alguien se acomide a lavarme el cuerpo,
cortarme las uñas, emparejarme el bigote
o a peinarme las canas como quien busca pelos negros.
Ignoro si haya una mano que acomode en algún sitio
un crucifijo, una botella de aguardiente, un cajetilla
de tabacos y si no olvide mis anteojos
ya para entonces empañados.
Ya fuera de aquí empezaré una nueva vida
a partir de cero; aunque parezca inconcebible
no cargaré ni un libro, ni una libreta Scribe
nueva, ni tinta ni crayones.
Dejaré este pueblo como quien hace borrón y cuenta nueva...
Madre
Dogville, septiembre 2020 (Inédito)
2.
Ultimamente
He estado pensando en abandonar este pueblo
antes de que termine la Pandemia,
retirarme escuchando Los sonidos del silencio
como fondo musical.
Abandonaré todo y sólo me llevaré la imagen
de Chaplin al final de una cinta
en blanco y negro, con pasos de pato
mientras su imagen se diluye en bruma.
Dejaré mis manuscritos en cierto orden,
listos para entrar en imprenta con un diseño
otoñal, con hojas regadas
por el camino sin horizonte.
Encomendaré a Daniel e Hilario recojan
los versos inconclusos,
las cuartillas a medio redactar como
un testamento abandonado en puntos suspensivos.
Además de la ropa puesta no me haré responsable
si ya ido alguien se acomide a lavarme el cuerpo,
cortarme las uñas, emparejarme el bigote
o a peinarme las canas como quien busca pelos negros.
Ignoro si haya una mano que acomode en algún sitio
un crucifijo, una botella de aguardiente, un cajetilla
de tabacos y si no olvide mis anteojos
ya para entonces empañados.
Ya fuera de aquí empezaré una nueva vida
a partir de cero; aunque parezca inconcebible
no cargaré ni un libro, ni una libreta Scribe
nueva, ni tinta ni crayones.
Dejaré este pueblo como quien hace borrón y cuenta nueva...
Madre
Ya que os di esta información triste el día 24 de agosto, hoy, 8 de septiembre , os digo que mi madre ha r3gresado del hospital , @ casa, cómo si viniera de una terribl3 guerra.
Temblando, con unos 10 k.menos, balbuceando, deshidratada, escocida, fría, blanquísima...
No volveré a llevarla al hospital . A sus 93 años ,si ha de morir pronto, que muera en mis brazos. En nuestros brazos.
Cálidamente. Rodeada de amor.
isla correyero (poeta)
Dogville, septiembre 2020 (Inédito)
Impresionante. Bello y terrible. Ya lo decía Albert Camus. El del suicidio es el único tema verdaderamente filosófico. Y ahora también poético.
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