viernes, 25 de octubre de 2019

Rosabetty Muñoz (1960 )

No se crían hijos para verlos morir



Cuando el mar se llevó a sus tres hijos

ella estaba acodada en la puerta de

su casa, pensando en ollas aladas y repletas.

De pronto cayó en un vacío del que surgió

vieja y encorvada. No necesitó entrar para

vestirse de negro. Ya estaba recogiendo flores

cuando salió su hombre con la radio en la

mano, desamparado y tembloroso.



Ella es una sábana flotando sobre nosotros.

Nada detiene el remolino que alienta su vuelo.

Desde su vientre deshabitado

los ovarios violeta se abren como flores nocturnas.

La ansiedad es un arrecife

donde acerados corales hieren los cuerpos amados.

Sin hijos bajo sus ojos

quisiéramos las madres

ofrecerle un trozo de pañal

para vendar sus muñones o un arca

donde recoger los salados restos.


("revistaaltazor")

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