viernes, 23 de noviembre de 2018

Fernando del Paso (1935/2018 )

PoeMar


XV

Soñé que el mar era una sola palabra,
y que yo debía pronunciar su millón de sílabas.
De estertores de azul cobalto encandilado,
se me salía el mar por los ojos
y el nácar que lucían las muchachas,
manchados sus cuellos de efélides
en las que el sol había tejido sus mejores mariposas,
se vio ceñido por lágrimas duras como granos de arroz.
Yo debía, también, pronunciar el millón de muertos
que tiene el mar, y hablar de sus descascarados fuselajes.
Los muertos del mar tienen la boca llena de musarañas
   de gelatina.
Sus cráneos son efímeras escafandras de hulespuma
donde revolotean acezantes polillas encendidas,
y en las que anidan pulpillos cuyos tentáculos
asoman por los hoyos insondables de sus fosas nasales
como si fueran negros mocos espeluznantes.
Los cadáveres del mar sonríen. Sus dientes son ventanas
   del invierno.
Sus caderas, vertederos de inmundicias prístinas.
La noche penetró por sus poros a borbotones
y los inundó con deliquios de aspereza mineral,
hasta volverlos invulnerables a las estridencias y las
  saetas de la luz.
De secretas tempestades polares se alimentan sus
   gargantas.
Los muertos del mar guardan en sus ojos esferas de agua,
   y sus costillares son jaulas de vidrio donde se inflan
   petulantes peces rojos.
Las sirenas tiñen sus inexistentes heridas con la tinta de
calamares resbaladizos, y sus médulas como bambúes se
ensartan en los tragaluces de la cúpula delmar.


("poeMar", ed. fce, méxico, 2015, segunda reimpresión)

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