domingo, 7 de octubre de 2018

Uriel Martínez (1950 )


Puertas del día


Salí temprano al súper:
la vi de lejos con tres bolsas
de plástico litografiado -de esas
que tardan miles de años en asimilarse
al suelo-, su bolso de dama de ojos hermosos,
la columna subyugada por la gravedad
que da el paso del tiempo.
Se me figuró mi abuelo también
con vértebras vencidas
como quien busca el sitio
en que se abrirá de una bocanada
el piso.

Iba yo en busca de jabones,
de lácteos, de púrpura para mis ojos
cada día más vencidos, doblegados
como los andenes que me claman,
como quien busca tranvías a otra
parte, a zonas y franjas oscuras
del deseo. de la espera.

La vi ascender escalones,
descansaba su carga peldaño
a peldaño, el perfume del pelo,
la fragancia discreta detrás de uno
y otro lóbulo; el bolso negro en que llevaba
cash, chequera, tarjetas de identidad,
quizá una carta de amor manuscrita,
una viñeta, un borrador de un "te amo, loco".

No supe su nombre pero lo imagino
Sophie, Melisa, Rosario y Fermina la hermosa,
la de piel y labios desgastados.


[Inédito]

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