Percance
Hace ocho años murió H, mi vecino
de la colonia cercana,
sus padres lo identificaron con
el rostro desfigurado y el coche
vuelto chatarra.
Hace cuatro días alcancé
a comprar algunos víveres
con menos pesos y centavos;
hoy no. Pagué con un Cuauhtémoc.
H vio irse planes de estudio
en poco menos que una tarde;
se supone que lo acosaron
por carretera a Aguascalientes.
Acaso lo despojarían del auto,
el efectivo, las tarjetas de crédito
y del rostro de tez morena.
Acaso...
No me despedí de él, tampoco
dejaré de hacer las compras
de la semana o la quincena.
Para qué, si la muerte es breve.
[inédito]
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