jueves, 15 de febrero de 2018

Maria Joseph Escrivá (1968 )

Nota al margen


Explico latín a una chica
de mil caireles en caídas rubias.
Preparo la comida minuciosamente,
sin olvidar ningún detalle
del ritual diario.
Escombro el polvo para que nadie piense
que me gusta ver el tiempo,
pisado debajo
de mis pasos.

Escondo objetos desagradables
a la vista (a la mía sobre todo).
Clasifico cartas dentro de una caja
de zapatos y apunto "comprar carpeta"
por tal de hacer lo mismo,
con las facturas que me desordenan.

(De vez en cuando me detengo
de mis ocupaciones y te miro
el cuerpo de papel que yo he incluido
entre todos los objetos queridos
que conforman mi casa.)

Me repaso fotografía empañadas
por centenares de cambios de luna
y hago un collage, de rojos
y grises y bordes dentados.

Después todavía tengo tiempo de escribir
y de leer en voz alta,
para sentirme la voz cuando toca
las paredes. Y me canso
de no decir ya
              palabra
ni con las horas que van cayéndose
                                                      reloj abajo.


("la lengua lemosina, antología de la nueva poesía catalana", ed. de medianoche, zac., méx., trad. mario bohórquez)

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