miércoles, 20 de diciembre de 2017

Irma Pineda (1974 )



Mi madre descifró...


Mi madre descifró para mis ojos
el lenguaje de las estrellas
Depositó en mis oídos los cantos de la gente nube
Me enseñó los signos de mi nombre
A usar el ajo en la comida
a medir el dulce y la canela
a evitar el limón cuando viene la regla
a no temer el crujido del techo de madera y teja
cuando la tierra tiembla
Ella resolvía las dudas
Pero nunca le pregunté a mi madre
cómo transcurre la vida
cuando los soldados se llevan al marido
Cómo se enfrenta lo cotidiano
con la incertidumbre tras los pies a cada paso
Con qué palabras se explica a los hijos
qué es “un desaparecido”
Con qué unidad se mide la ausencia
los días oscuros
los oficios sin respuesta
Cómo nombrar de un solo golpe
las ciudades recorridas buscando un rostro
los espíritus consultados para tener indicios
de dónde encontrar un desaparecido.


La luna creciente...



La luna creciente esperaré
para plantar en tu jardín
flores blancas que se desgranan
como los días de mayo
cuando bailamos en honor de los lagartos
y celebramos la fiesta del jazmín y del ciruelo
para recordar nuestra antigua fe
sobre la que plantamos cruces para engañar a los extraños
Y aquí seguimos
pronunciando los nombres macerados por el tiempo
con las flores en nuestros vestidos
como las aves danzamos
Agua de alegría bebemos
para festejar los ojos ciegos
de quienes nos creyeron muertos.


("revista circe")

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